Los jefes del
Gobierno están contrariados con la acelerada baja en los precios del barril de
petróleo, por el descalabro de la economía rusa, de la que han puesto a
depender importantes asuntos del país, y por las sanciones que a violadores de
derechos humanos han impuesto el Congreso y el Presidente de los Estados Unidos
de América.
A estos hechos se
agrega la aproximación política y diplomática entre Cuba y los Estados Unidos
de América, celebrada en todos los rincones del planeta pero al parecer nota
luctuosa en los pasillos de Miraflores y de la Asamblea Nacional.
En el marco de esas
circunstancias externas que atenazan nuestro presente, el día a día sigue como
desde hace mucho tiempo: desabastecimiento, alto costo de la vida, terrible
inseguridad y conflictividad política.
En vez de acercarse a
los actores de la economía y de la política para escuchar sus pareceres y para
mostrar los planes que tienen para enderezar los entuertos, el Gobierno ha
optado por decisiones que desaniman la actividad productiva y enrarecen el
debate público.
Maduro decretó un
conjunto de leyes que en vez de atacar la corrupción, razón de la solicitud de
la Habilitante, penalizaba a los pocos empresarios sobrevivientes de los
últimos años. Más impuestos, más sanciones, más advertencias y amonestaciones.
Ni un solo incentivo. Solo intimidaciones y amenazas.
El ministro del ramo
militar, por su parte, condecoró y ascendió a efectivos de la Guardia Nacional
que participaron en operativos que fueron denunciados por numerosos sectores
del país como actos de torturas y de violaciones a los derechos humanos.
Los diputados del
Gobierno, disciplinadamente instruidos, violentaron el artículo 279 de la
Constitución, según el cual mediante el voto favorable de las dos terceras
partes de la Asamblea Nacional se designarán el Fiscal General, el Contralor
General y el Defensor del Pueblo.
Por si fuese poco lo
anterior, el Procurador General de la República, defensor de los intereses del
Gobierno, es el escogido como Contralor General de la República.
No es con estos actos
de provocación que se pueda tejer el clima político y económico necesario para
enfrentar tan exigente hora histórica. Además de talento, como que también
falta un poco de humildad.
Claudio Fermin
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin
@claudiocontigo
Caracas, Venezuela
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