No podemos continuar debatiendo sobre el sexo de los
ángeles mientras el régimen concluye su “obra maestra”: La destrucción total de
Venezuela.
Es baladí analizar y seguir reflexionando sobre causas,
errores, traiciones y un sin número de variables pretéritas, que nos
mantendrían estancados en la trampa que nos puso Cuba: la resignación a vivir
en el olvido, en la tierra del “pudo haber sido pero no fue”.
A dos meses del 6D, es obvio que la Asamblea Nacional no
logrará cumplir ni el 5% de las promesas hechas en tiempos de campaña. Lo que
está a la vista no puede negarse. La razón por la que tanto advertimos de la
futilidad de seguir ese camino es porque conocemos a fondo la naturaleza vil de
lo que nos tiraniza, y bien sabíamos que sería inútil izar la bandera
institucional cuando el Estado está secuestrado por una mafia que solo entiende
el lenguaje de la aberración. La
esterilidad de la AN, con cualquier mayoría, estaba cantada, pese a las
infundadas esperanzas que se les sembraron a tantos venezolanos de buena fe.
Pero reconocemos que el 6D se abrió una compuerta
fundamental que debe aprovecharse sin dilación, solo así se podrá capitalizar
un evento que fue un arma de doble filo.
Entregando la AN, el narco régimen tomó oxígeno. Su plan consistió en
mostrarle al planeta un rostro democrático y endosarle un porcentaje alto de
sus culpas a las fuerzas opositoras, concentradas en la MUD (Ver:
http://www.lapatilla.com/site/2015/12/11/juan-carlos-sosa-azpurua-reflexiones-post-electorales-jugada-maestra-de-fidel-castro/).
Frente a la olla de presión que estuvo a un grado de
explosión antes de las elecciones parlamentarias, para la “Corporación Fidel
Castro”, escuela del mal con sesenta años de experiencia en las prácticas del
engaño y la simulación, la AN representaría la manera de huir hacia adelante
que la realidad le exigía a gritos. Despojándose de la AN, quiso ganar tiempo
para ensayar cualquier vericueto para mantenerse con vida en nuestra tierra.
Las negociaciones entre EEUU y Cuba se aceleran, y cuando
se comiencen a materializar los negocios que hoy están en papel, la salud
financiera del “proceso revolucionario” mutará de color progresivamente.
También la apuesta de los precios del petróleo es una
variable importante. Cada día que pase, es día que esos precios pueden mejorar.
Muchos de los grandes proyectos petroleros no pueden financiarse con las
cotizaciones actuales. Los petroestados están activando medidas dirigidas a
cambiar el curso de las aguas. Arabia Saudita ya logró sacar del juego a muchos
productores independientes y ahora quiere que los precios retornen a niveles
superiores. Igual lo desea Rusia y cualquiera de los productores grandes,
incluyendo a Estados Unidos, cuyas principales empresas no pueden seguir
postergando las nuevas exploraciones y desarrollos, ni sacrificando ganancias
en áreas que en el presente operan a pérdida.
Y si los precios del crudo se recuperan, aunado a la
apertura comercial cubana, eso generaría un flujo de dólares que podrían
convertirse en los polvos mágicos que necesita Maduro para resucitar de su
muerte política, que hoy expele los peores olores… en política los muertos sí
resucitan.
No debe perderse de vista que la AN es exactamente lo que
el régimen necesita para ganar tiempo.
Allí se montó un teatro perfecto que produce ilusiones peligrosas. Si el país no copia a Ulises y se ata al
mástil de la razón, tapándose los oídos con cera, la tentación de sucumbir a
los cantos de sirena será imposible de resistir.
Esos cantos seductores son los discursos carismáticos de
Henry Ramos Allup. Con su swing de viejo zorro político, y ese verbo encendido
que señala los pecados del régimen, el vicepresidente de la internacional
socialista provoca una catarsis poderosa en las angustias colectivas. Y así
seguirán discutiendo leyes que jamás se ejecutarán y propondrán salidas que al
final conducirán a ninguna parte.
No pongo en duda la buena fe de quienes hacen propuestas
como la Enmienda y la Constituyente, pero a tenor del apocalipsis actual, las
mismas son píldoras de cianuro para la libertad de Venezuela.
Y lo son porque ambas alternativas implican darle más
tiempo al régimen para que descubra la fórmula que necesita para recuperarse,
mientras Venezuela sigue destruyéndose.
La Enmienda, en el mejor de los casos, le regalaría
catorce meses de vida a Maduro, y siempre con la certeza que al final su
ejecútese sería destruido por un TSJ que la declarará improcedente.
Y la Constituyente, no solo tendría que transitar todo el
camino electoral para su estructuración, sino que una vez activada, la dinámica
de su desarrollo implica meses de debates y confrontaciones que ni en un país
ideal es óptima para finales felices. No hay tiempo.
Ante este panorama, a mi modo de verlo, tenemos solamente
dos caminos posibles:
1) Develar la verdad sobre la fecha de muerte de Hugo
Chávez y exigir que se demuestre la incapacidad de Maduro de ejercer el cargo
de presidente, entre otras, por no cumplir con los requisitos constitucionales
referentes a la nacionalidad.
Si se devela la farsa sobre la fecha del deceso de
Chávez, el asunto de la nacionalidad sería irrelevante (y lo mismo al revés),
porque igual Maduro tendría que entregar el cargo por haber sido cómplice del
fraude a la nación y al planeta. Para lograr esto, la AN tendría que exigir una
revisión exhaustiva de todos los decretos originales firmados por “Chávez”
desde diciembre de 2012 (presunta fecha de su muerte) y el 05 de marzo de 2013
(fecha oficial de su deceso, sospechosamente coincidente con el aniversario de
la muerte del “Dios revolucionario” J. Stalin).
La AN debería nombrar un comité de expertos
internacionales en grafología y determinar la autenticidad de la firma plasmada
en esos decretos. Logrado esto, es obvio que el TSJ nunca lo reconocería, pero
la AN podría hacerle un llamado al país para que, en base a esa realidad
fraudulenta revelada, se pronunciase en las calles, incluyendo la institucionalidad
militar que aún se puede salvar en sus mandos medios y soldados rasos, no
corrompidos como el alto mando, al que obviamente tendrían que desconocer.
Esa institucionalidad militar, confrontada con la farsa
descubierta, seguramente se inclinaría por el respeto a la Constitución, y se
pondría en consecuencia del lado de la libertad. Y lo mismo tendría que hacerse
con el asunto de la nacionalidad.
Desconocido Maduro y sus cómplices (incluyendo al
vicepresidente actual), le tocaría al presidente de la AN asumir la primera
magistratura nacional con carácter interino y el deber de convocar a elecciones
presidenciales en un lapso no mayor a treinta días.
Especulando, no sé si esta alternativa opaque las
ambiciones de Ramos Allup de lograr la presidencia de la República por un
período completo, tras una enmienda constitucional que acorte el período de
Maduro a cuatro años; pero los intereses de Venezuela deben estar por encima de
cualquier ambición personal, por más tentador que resulte contar con la tarima
de la AN para hacer campaña presidencial durante un año.
Y en todo caso, el presidente de la transición tendría el
chance de pasar a la historia como la bisagra que hizo posible el retorno a la
democracia, tras tantos años de sufrir una tiranía inaceptable; oportunidad que
debería ser suficiente para las ambiciones personales de cualquier político.
Pero visto que la AN no ha dado muestras de ningún
interés en tomar el camino de la revelación de la farsa respecto a la muerte de
Chávez; y el asunto de la nacionalidad de Maduro está en veremos, la única ruta
constitucional restante sería el Referéndum Revocatorio, que no depende de la
AN y tampoco del TSJ.
2) Referéndum Revocatorio: Aquí es donde tenemos que
concentrarnos y aprovechar lo ocurrido el 6D. El mundo tomó nota que el régimen
perdió el apoyo de la mayoría del país en forma aplastante y es imposible hacer
creíble que en un puñado de meses esa realidad pudiese voltearse, sobre todo
teniendo en cuenta que la crisis humanitaria se ha seguido profundizando y el
régimen no ha contado con ninguna posibilidad de maniobra, gracias a su colapso
financiero motorizado por la crisis de los precios del petróleo.
Pero para que este camino conduzca a buen puerto, es
imprescindible actuar de inmediato, sin perder un solo día en discusiones
estériles o cayendo en mezquindades que pongan en segundo plano los intereses
más sagrados del país, que no son otros que nuestra libertad.
No debe preocupar el hecho de que el revocatorio solo
revoque a Maduro, manteniendo intacta la estructura de un Estado secuestrado.
Siendo Venezuela un país presidencialista, la elección de un nuevo presidente
haría las veces del jaque mate, donde muerto el rey, el resto de las piezas en
el tablero se vuelven nada.
Un presidente de la República ajeno al narco régimen, y
trabajando en conjunto con una AN dispuesta a colaborar, tendría todo el poder
necesario para sacar a la luz pública los expedientes criminales de quienes
pretendiesen seguir pervirtiendo las instituciones del Estado para favorecer a
una mafia. Las ratas saltarán rapidito
del barco, y muchas buscarían encaramarse en el nuevo buque.
Los cambios necesarios fluirían rápidamente, teniendo el
nuevo presidente que aliarse con el mundo civilizado para acelerar todos los
procesos de limpieza institucional y construcción de puentes para que circulen
las variables correctas que faciliten la recuperación del país.
Para tener éxito con el Referéndum Revocatorio solo hay
que recolectar cerca de tres millones novecientas mil firmas. Esta meta luce muy alcanzable y lo mismo la
meta de los 7.585.579 votos para que se materialice la revocatoria del
“mandato” de Maduro (nunca olvidando que dicho mandato fue usurpado).
Partiendo del reglamento vigente del CNE, habría que
recoger las firmas en tres días, lo que solamente con la activación de todo el
país será posible. Esto igualmente se perfila como lograble, gracias al
hartazgo nacional, que hoy es un grito desesperado de libertad.
Y ese hastío sería el mejor incentivo para que las calles
reaccionaran en caso de cualquier maniobra del CNE para sabotear lo logrado.
Quiero insistir en el hecho de que esta propuesta solo es
viable si se hace de inmediato (a más tardar en abril), lo que significaría una
suerte de Jiu-jitsu ejercido sobre la estrategia de la “Corporación Fidel
Castro”, ejecutada el 6D, cuando el títere militar de Cuba en Venezuela acató
la orden superior de no robarse los resultados.
Si los venezolanos queremos liberarnos de la mafia que
nos borra el destino, tenemos que activarnos desde ya en la campaña por el
Referéndum Revocatorio de un usurpador que nos llena de vergüenza y deshonra.
No hay otro camino de libertad que luzca mejor en este
momento.
Juan Carlos Sosa Azpurua
venezuelafenix@gmail.com
@jcsosazpurua
Miranda - Venezuela
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