Algunas propuestas para enfrentar el naufragio económico
y social de la gestión de Maduro buscan dinero mediante diligencias ante el
Fondo Monetario Internacional.
Son gestiones complicadas dadas las raquíticas reservas
internacionales y la desconfianza que genera la improvisada e improductiva
gestión del gobierno.
El oficialismo ha pretendido capacidad de respuesta
aumentando la hipoteca con China, pero ni ellos confían ya en las capacidades
de pago de sus socios venezolanos.
Las gestiones ante miembros de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo no han convencido a nadie para que disminuyan
producción y pierdan mercados. Así, manipulando la oferta petrolera para subir
el precio, se han acostumbrado a obtener más ingresos. Es la única vía que en 17
años han ensayado.
Mientras tanto el tiempo pasa y la situación empeora. Van
casi dos meses del año y los recursos se siguen empleando de manera equivocada
y dañina.
Centenares de miles de barriles de petróleo que
deberíamos vender a precio de mercado para obtener dólares para comprar
medicinas, se siguen regalando a Cuba y a socios políticos caribeños. Eso
debería acabarse y destinar esa riqueza a las necesidades de los venezolanos.
No hay dinero para importar medicamentos para los
diabéticos, los hipertensos y los asmáticos. Tampoco para garantizar
tratamientos a enfermos de cáncer, pero si para compra de armamentos.
Los productores agropecuarios se encuentran paralizados
porque no hay repuestos para tractores, herbicidas ni pesticidas. No encuentran
semillas ni otros insumos a los que deberían tener acceso para activar la
producción nacional. Pero sobran dólares para viajes inútiles de ministros,
comisionados, gruesas comitivas de burócratas y del propio Maduro, quienes han
hecho del turismo diplomático un desagüe de dinero público.
Hay que revisar el presupuesto fiscal aprobado para 2016
y eliminar gastos inútiles, atender nuestras urgencias y cuidar miles de
millones de bolívares que se malbaratan en propaganda y culto a la
personalidad.
Todo eso debe y puede hacerse. Redefinir el presupuesto
de 2016 depende de nosotros, no así nuevos endeudamientos y el precio del
barril de petróleo. Hay recursos para atender la emergencia, sólo se necesita
de un liderazgo consciente del drama que vivimos, con firmeza y coraje para
tomar decisiones.
Claudio Fermin
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin
@claudiocontigo
Caracas, Venezuela
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