Su conducta me ha
convencido de que su patria es el dinero con el cual proyectan su influencia,
compran conciencias. imponen su criterio y dan rienda suelta a su arrogancia.
Como una banda de
buitres que se apresuran a devorar el cadáver de la patria de Martí, un grupo
de apátridas se reunió la semana pasada en la Casa Blanca con Barack Obama, el
más reciente protector de la tiranía castrista. En la nota de prensa oficial se
les califica de "defensores de la sociedad civil, religiosos y
representantes del sector privado". Al mismo tiempo, se pone especial
énfasis en la afirmación de que: "desde el inicio de su administración,
Obama había consultado estrechamente su política hacia Cuba con la comunidad
cubanoamericana".
Pura basura para
engañar a ignorantes y desorientar a multitudes. La realidad es que este sujeto
no tolera la más mínima discrepancia con su filosofía de izquierda ni con su
política de apaciguar y financiar a los enemigos de los Estados Unidos. Así lo
hizo con Irán y lo está haciendo con Cuba Comunista. Este grupo con el que
Obama se reunió la semana pasada son los mismos apátridas que desde el
principio de su mandato han coincidido con sus designios de dar oxígeno a un
régimen que se asfixia en sus errores, su maldad y su inmundicia.
Ahora se apresuran a
dar pasos para invertir en Cuba y ser actores del cambio que se avecina antes
de que haya un presidente en la Casa Blanca que anule todas las órdenes
ejecutivas del obstinado Mesías, que antepone su legado de gran pacificador a
los intereses de los Estados Unidos. Obama necesitaba cobertura para su
iniquidad y estos sujetos se la proporcionaron sin el más mínimo pudor y con
una satisfacción nada disimulada.
Cuando leí la nota
oficial, mi primera reacción fue calificarlos de vende patrias, pero después me
di cuenta de que eso habría sido un insulto a los vende patrias. Aquellos
alguna vez tuvieron patria, pero estos cómplices de Obama en la prolongación de
nuestra pesadilla nacional demuestran no haberla tenido nunca. Tampoco la
tendrán jamás mientras anden del brazo de asesinos y de tiranos como Fidel y
Raúl Castro.
Su conducta me ha
convencido de que su patria es el dinero con el cual proyectan su influencia,
compran conciencias. imponen su criterio y dan rienda suelta a su arrogancia.
No les quita el sueño lo que piensen sus semejantes y les importa poco lo que
yo diga en este artículo. Pero yo no escribo para sordos y ciegos al bienestar
de mi pueblo. Escribo para crear conciencia entre quienes todavía ponemos la
patria por encima de nuestros intereses materiales y de nuestras frivolidades
humanas.
Creo, por otra parte,
que si andan buscando notoriedad ya la lograron. Son parte integral e indeleble
del capítulos más bochornoso de esta lucha de 57 años por la redención de un
pueblo castigado por una adversidad y una crueldad inenarrables. Su arrogancia
y su egocentrismo los hace dignos de ser émulos de Barack Obama y de Donald
Trump. Su traición a la nación cubana los pone al mismo nivel de infamia de
Benedict Arnold, el traidor que se pasó a los opresores ingleses durante la
guerra de independencia de los Estados Unidos. Un hombre que murió en Londres
en una buhardilla miserable, atormentado por su conciencia, maldecido por sus
compatriotas y despreciado por quienes lo compraron.
En un artículo,
titulado precisamente "los apátridas" y publicado en estas páginas de
LNN el 28 de enero de 2010, escribí: "La esencia y la naturaleza de estos
miserables la encontramos en un vocablo que nos llega desde la antigua Grecia,
donde se calificaba de apátridas a quienes ya fuera por castigo o por su propia
conducta ingresaban en las filas de los hombres sin patria. La lista de quienes
se han prestado a esta ignominia debe ser exhibida en un Salón de la Infamia
del museo donde en un futuro sean mostrados los crímenes perpetrados por la
tiranía en este medio siglo de barbarie y dolor".
Para que nadie los
olvide, ahí van los nombres de quienes asistieron a la reunión con Barack
Obama: Emilio Estefan, fundador de Estefan Enterprises Inc., Mike Fernández,
fundador de MBF Healthcare Partners, Angela Freyre, asesora legal general de
Export-Import Bank, Felice Gorordo, fundador de Raíces de Esperanza, Carlos
Gutiérrez, asociado de Albright Stonebridge Group, P. Fernando Hería, sacerdote
católico y juez del Tribunal de Consenso Cubano, Iglesia Católica St. Brendan,
Miami, Ric Herrero, director ejecutivo de #CubaNow, Consuelo Isaacson,
presidenta de Amigos de Caritas Cubana, Jorge Mas, presidente y cofundador de
MasTec, Alejandro Mayorkas, subsecretario del Departamento de Seguridad
Interna, John McIntire, presidente de la Fundación Cuba Emprende, Ralph Patiño,
fundador de Patiño & Associates, Ariel Pereda, presidente del Consejo de
Negocios Engage Cuba, Carlos Saladrigas, presidente de Cuba Study Group, Micho
Spring, presidente de Global Corporate Practice, Weber Shandwick, Silvia
Wilhelm, directora ejecutiva de Puentes Cubanos.
Pienso, por otra
parte, que la mejor arma para desnudar esta infamia es una lista abreviada de
los actos más brutales perpetrados por los tiranos contra el pueblo de Cuba.
Según el Dr. Armando Lago, fundador y director de Archivo Cuba,
www.CubaArchive.org, entre el primero de enero de 1959 y el mes de abril de
2009, la tiranía castristas había producido 8,220 víctimas de distintas
categorías. Un estudio más detallado efectuado por analistas del Memorial
Cubano, identificó con nombres y apellidos a esas víctimas como 5,732
fusilados, asesinados y desaparecidos. Además enumeró 515 muertes en prisión
por negligencia médica, suicidio y accidente.
http://www.memorialcubano.org/PDF/MC_List_2009_UPDATED_feb_2008.pdf
Uno de esos actos de
ruindad y de venganza fanática fue perpetrado por el despreciable Osmani
Cienfuegos cuando ordenó el hacinamiento para transporte a La Habana de 160
patriotas de Bahía de Cochinos en un espacio donde no cabían siquiera la mitad.
Incluyo los nombres de las víctimas de lo que ha sido denominado en nuestra
historia como Rastra de la Muerte: Alfredo José Cervantes Lago, José Daniel
Vilarello Tabares, José Santos Millán Velasco, Hermilio Benjamín Quintana
Pereda, José Ignacio Macías del Monte, Santos Ramos Álvarez, Pedro Rojas Mir,
René Silva Soublete y Moisés Santana González.
Sigo con más nombres
porque una víctima identificada con nombre y apellido vale por cien mil
estadísticas. En este caso, los patriotas cubanos muertos en huelgas de hambre:
Roberto Lopez Chavez 1966, Francisco Aguirre Vidarrueta 1967, Luis Alvarez Rios
1967, Carmelo Cuadra Hernandez 1969, Pedro Luis Boitel 1972, Olegario Charlot
Espileta 1973, Enrique Garcia Cuevas 1973, Reinaldo Cordero Izquierdo 1975,
Jose Barrios Perez 1977, Santiago De Jesus Roche 1985, Nicolas Gonzalez Reguero
1992, Orlando Zapata Tamayo 2010 y Wilman Villar Mendoza 2012.
Aunque creo que el
asesinato de cualquier ser humanos es un acto reprobable, considero que no
existe mayor cobardía que el asesinato a mansalva de mujeres y niños desarmados
por el solo hecho de buscar la libertad. Ese fue el caso del hundimiento por la
tiranía del Remolcador Trece de Marzo, el 13 de julio de 1994. De los setenta
pasajeros, 41 perecieron en el fondo del mar, entre ellos 10 niños menores de
12 años. Para una lista pormenorizada puede el lector pinchar en
http://www.cubademocraciayvida.org/web/article.asp?artID=2795
Y de todos los
asesinatos, no existe otro más documentado y que apunte con mayor certeza a la
culpabilidad directa del asno ensangrentado que hoy oprime a los cubanos que el
derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. Los cuatro jóvenes asesinados
aquel fatídico 24 de febrero de 1996, en una misión humanitaria para salvar
compatriotas, fueron: Carlos Costa, Armando Alejandre, Mario de la Peña y Pablo
Morales.
Para no hacer esto
demasiado largo, concluyo con los asesinatos de dos figuras cimeras de la
oposición interna en la lucha por la libertad de nuestra patria: Laura Pollán y
Oswaldo Payá. Según fuentes dignas de crédito: "Laura Pollán ingresó al
parecer con el azúcar descompensado, problemas respiratorios y dolores-fiebres
del tipo dengue. La secuestraron de inmediato en Terapia Intensiva,
declarándola en estado de salud “muy grave”, justificación perfecta para
imponerle el más estricto régimen de aislamiento".
En el caso, aún más
obvio, de Oswaldo Payá, la Fundacion de Derechos Humanos señala que Oswaldo
Payá y Harold Cepero murieron el 22 de julio de 2012 "en circunstancias
cuyo esclarecimiento ha sido activamente impedido por el Estado" cubano. Y
concluye con la afirmación categórica: "La evidencia excluida de manera
deliberada apunta a que los hechos ocurridos no fueron un accidente, como fue
calificado rápidamente por las autoridades en los medios estatales (…) sino el
resultado de un incidente automovilístico provocado deliberadamente por agentes
del Estado."
Para que nadie alegue
ignorancia en el futuro sobre esta pesadilla nuestra aquí tienen con nombres y
apellidos a los buenos y a los malos, a los patriotas y a los apátridas. Cada
quién que emita su propio juicio de acuerdo con sus principios y su conciencia.
El mío sigue siendo y seguirá siendo mientras respire el que emití en abril de
2009 en mi artículo La Patria: "¡Que se cuiden los tiranos y los apátridas
de la santa ira de un pueblo en la reconquista de su libertad perdida!
Alfredo Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de
www.lanuevanacion.com
Estados Unidos
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