
Los tiempos que se avecinan seguirán signados por la
violencia, la intransigencia y la confrontación. Así lo indican el contenido y las acciones del discurso
gubernamental. El irresponsable
aprovechamiento por parte del gobierno de la institucionalidad del país
en desmedro de la legalidad, el orden y la justicia; el comportamiento
irracional de las masas adeptas aún al gobierno, fundamentado en la
intolerancia y en el odio de clases, es una de las estrategias que ha venido
siendo utilizada para tratar de
amedrentar y acorralar a los grupos opositores.
La violencia institucional del gobierno al pretender
gobernar sin haber dado cumplimiento a las exigencias constitucionales y sin la
apertura de espacios para el diálogo y la concertación, imponiendo, por
cualquier medio, un modelo de sociedad autoritario, excluyente y
antidemocrático, y; el cierre deliberado
de las instancias a las que se podría acudir
en demanda de justicia y control a tales exabruptos, son factores engendradores
de violencia. A pesar de los llamados pacifistas de la oposición, podría
desatarse en el seno de los desafectos al gobierno acciones de legítima defensa
ante el arrinconamiento y las provocaciones de las que son objeto.
La sociedad
venezolana no puede permitir que sean la
violencia, la confrontación y la subversión social la única salida política que
le queda a la oposición frente a las
inaceptables pretensiones gubernamentales de conculcar los derechos
básicos a la vida, la libertad y la dignidad. No se debe tolerar que el
gobierno acose a la oposición y prosiga en el descabellado empeño de imponer un modelo de sociedad concebido para
hacer a todos los ciudadanos vasallos del Estado.
La oposición transita una ruta pacífica, respeta las
normas democráticas ha formulado planteamientos que no han sido respetados por
los poderes públicos y el aquelarre chavista. Es deber y responsabilidad del
régimen, tomar las acciones necesarias que eviten llevar al país por un sendero
de inútiles enfrentamientos fratricidas, y si no quiere o no puede hacerlo, que
se dedique en el tiempo que le queda en el gobierno a reflexionar fría,
objetiva y profundamente sobre el enorme daño que este malhadado régimen le ha
causado al país y que se prepare a enfrentar las responsabilidades que sus
desaciertos reclaman. Tengan un poco de cordura y acepten lo que es
irremisible: el 6D, el régimen recibió de los venezolanos un caudal de votos en
su contra que reflejan el deseo de cambio, la certeza que 17 años de horror y
penurias han de terminar y el enorme y profundo hastío que tenemos de todo lo
que representan-un naufragio inexorable de la historia-. Por favor, no sigan
jugando con fuego con sus irresponsables balandronadas y piensen que el mejor y
único servicio útil que ustedes le
pueden rendir a la Nación, es irse con su música a otra parte.
Pedro Luis Echeverria
pedroluis.echeverria33@gmail.com
@PLEcheverria
Miranda - Venezuela
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