Habrá
quienes piensen que utilizar el termino “holocausto” para describir lo que
ocurre en Venezuela es una exageración, pero no lo es, el termino describe con
precisión lo ocurrido en la Alemania de
Adolf Hitler en la que se produjo una matanza masiva de más de seis millones de
judíos por el régimen nazi durante la segunda Guerra Mundial.
Durante
el tiempo que el partido nazi permaneció en el poder, millones de judíos murieron no solo en las
cámaras de gas, también murieron por
enfermedad, por agotamiento físico, por hambre ó asesinados debido a la política de intimidación, miedo y
violación de Derechos Humanos con las que también exterminaron sus riquezas
materiales y espirituales.
La
grave situación social, política y económica que enfrenta Venezuela como consecuencia del saqueo, la corrupción y
el robo al que a sido sometida por una camarilla de rateros, hace que las
cifras superen las 250 mil muertes y asesinatos de venezolanos, lo
que equivale decir que el Estado Portuguesa habría desaparecido durante los
diecisiete años en los que el PSUV
partido político de la “revolución bonita” ha permanecido en el poder.
De
este dantesco escenario es responsable un régimen raquítico que como un
borracho se tambalea sin terminar de caer debido al apoyo de una cúpula militar
corrupta y a una oposición política, a la que para darle el beneficio de la
duda no se ha cuenta que el territorio nacional está convertido en un ambiente
de penuria y sacrificio donde en las
interminables colas convertidas en ring de boxeo para encontrar un paquete de
Harina Pan, las venezolanas traen un hijo al mundo y un hombre de la tercera
edad muere de un infarto.
La
falta de medicinas, la inseguridad desbordada convirtió a Venezuela en un país
donde sus habitantes están desprotegidos y a merced de una delincuencia que ha cotidianizado el asesinato y la muerte
en complicidad con los poderes del estado
arrodillados a un régimen que les cambio el honor personal y profesional
por dinero y cuotas de poder.
Venezuela
es victima de un grupo de rateros que en su ambición por el poder
“ignora" que madres venezolanas se
suicidan por la impotencia y la angustia que les produce el hambre y la falta de medicinas que
necesitan para combatir la enfermedad terminal que las ataca. Las calles
venezolanas son los lugares desde donde se puede expulsar del poder a la
dictadura que asesina a los venezolanos, pero aún permanecen vacías.
Coronel
Antonio Semprun
coronelantoniosemprun@gmail.com
@AntonioSemprun
Caracas - Venezuela
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