Recién se instaló la “Comisión de la Verdad y la
Justicia”, un verdadero aquelarre político, un baile de escobas al estilo
“Halloween”, integrado por personajes de ética cuestionada, mercachifles de la
política, chulos de oficio, con escasa solvencia moral para admitir la crisis
humanitaria y la destrucción del país en manos de un régimen incapaz, ineficaz,
inepto y verdugo de los venezolanos, una estafa nacional, son sólo cómplices
del desastre que vive el país.
Siniestros personajes
incapaces, como el régimen todo, para alcanzar
consenso en torno al interés general, menos, para alcanzar la veracidad
de lo que ocurre en el país.
Son los mismos
personajes que han amparado desde sus posiciones políticas la gran estafa del
SSXXI, una de las mayores vilezas cometidas contra un país. Han contribuido a
convertir a Venezuela en un país donde los derechos retroceden y donde los
servicios que el ciudadano recibe del Estado son de una calidad insultante, “Estado de Desecho”, líder internacional del
narcotráfico, blanqueo de dinero, desempleo, avance de la pobreza, desprestigio
de la clase política gobernante, desigualdad entre ricos y pobres, impunidad de
los poderosos, manipulación de la realidad, imperio de la mentira y decenas de
suciedades más, personajes sin grandeza
ni solvencia ética que imparten lecciones sobre la vieja e insostenible
doctrina castrista y dan lecciones de democracia y libertad, pero, definitivamente,
el legado del galáctico es para no querer recibir lecciones de nadie.
En ninguna de las
actuaciones del régimen han salido bien los derechos humanos, nunca ningún
oficialista en los últimos 17 años, respetó la libertad, el pluralismo, la
justicia y la tolerancia pasó todo a ser
una intolerable degeneración colectiva de la ética política, social y
económica. Cárceles con características
de campos de concentración, juicios amañados a los disidentes políticos,
hambrunas provocadas acompañan al régimen en su recorrido nefasto por el país,
crisis humanitaria contra los ancianos, los niños, los enfermos, los impedidos,
con la complicidad de los “samperes”, “evos”, “correas”, “castros” y sin
excepción.
Lleva el régimen casi
18 años prometiendo abundancia y generando miseria, hablando de libertad e
imponiendo la esclavitud, prometiendo la igualdad y generando la división y el
odio, clamando por la paz e imponiendo el terror y la guerra, promulgando el respeto
e irrespetando al ciudadano, prometiendo el hombre nuevo y destruyendo al
individuo…Ah, pero entonces, sus defensores, muchos de ellos reunidos estos
días en el aquelarre de la “Comisión de la Verdad y la Justicia”, una burla más
para el país, alegan que todo eso son
dolorosas desviaciones del capitalismo, del imperio, de la derecha, escudándose
en su propia degeneración.
Es conocida la cita
de Marx, que bien podría haber presidido la base “ideológica” del régimen: “El
bien es el mal en cierto sentido. Es el que debe ser eliminado. El mal es el
bien puesto que produce el movimiento que hace historia al continuar la lucha”.
Esta es la mentalidad oficialista y de los copartícipes en el aquelarre, el mal
debe privar sobre el bien, el terror y el hambre amparan al régimen. Lamentablemente hoy estamos atravesando una
dura crisis económica con graves efectos sociales y la gente tiene
incertidumbre, está asustada pero brava, además parece que no comprendiera muy
bien lo que está pasado.
Pero en el río revuelto
de la crisis, los chamanes del aquelarre de la vergonzosa Comisión han visto la
gran ocasión para destruir el sistema democrático e imponer su por ahora
agazapada tiranía. Los venezolanos demócratas somos mayoría y no dejaremos
pasar la gran oportunidad histórica del 6D de ser una Nación tranquila,
homologable, próspera y compartible por una inmensa mayoría. No podemos seguir
pasando por ignorantes, conformistas, cómodos y masoquistas cómplices del
hundimiento, empobrecimiento y desprestigio de Venezuela.
Un régimen
constitucional es una garantía para la convivencia, la tranquilidad, la
libertad, el pluralismo, la tolerancia, la democracia y la recuperación
económica de nuestro sistema de bienestar. Es también lo único que garantiza la
unidad y el afecto entre los ciudadanos.
Fernando Facchin
Barreto
ffacchinb@gmail.com
@fernandofacchin
Carabobo - Venezuela
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