Venezuela es prisionera del “Síndrome de la Desesperanza
Inducida”, a causa de un mal gobierno prolongado, el cual ha generado “por
incompetencia y perversión” un desastre social, económico y político, que
derivaron en calamidades que inciden en
el mal vivir “diario” causado por los
empoderados magnates del “PSUV y MUD”. El síndrome, que también se llama de
DESESPERANZA INDUCIDA, tiene como características fundamentales la
vulnerabilidad, desprotección y adaptación de la persona en situación de
maltrato y abuso crónico, que llega a creer que está completamente indefensa
por su mala suerte y castigo divino. Convenciéndose el individuo “ciudadano” de
que no tiene ningún control y que nada que pueda hacer será útil para salir de
esa situación. Su adaptación llega a tal punto que se convence que todo lo que
le pasa es por su culpa, que se lo merece e incluso justifica al o a los
agresores “opresores” porque él le dio su voto ayer (PSUV) y hoy (MUD). Piensa
que no vale la pena hacer nada, porque
haga lo que haga, nada cambiará en un país desintitucionalizado, sin vigencia
constitucional, con gobernantes descalificados y corrompidos en lo moral y
ético.
Los psicólogos nos dicen que generalmente las mujeres
afectadas por la violencia son incapaces de ayudarse a sí mismas, lo cual
también le sucede al ciudadano que vive para trabajar. Esto es consecuencia del
desgaste psicológico que provoca la continúa exposición a la violencia, mal
vivir, engaño político y el desprecio de los gobernantes. Los ciudadanos
víctimas de los malos tratos, se sienten desamparados e incapaces de lograr sus
metas vitales, pasando a un estado de ausencia de motivación. Como resultado de
un proceso sistemático de violencia, mal gobierno y mal vivir, la víctima
aprende a creer que está indefensa, que no tiene ningún control sobre la
situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil.
A la indefensión se llega cuando: se expone a la víctima
a peligros físicos (el riesgo latente de muerte, el atraco, secuestro, robo de
la bolsa de comida, del celular, carro y moto), y no se le advierte o ayuda a
evitarlos, no hay autoridad para protegerlo y si denuncia se le extorsiona en
la policía, fiscalía y tribunales, se la sobrecarga con trabajos de busca de
justicia, se le hace pasar por torpe, descuidado, ignorante etc.; la falta de
afecto y ayuda solidaria, unido a la repetición y prolongación en el tiempo de
actitudes despreciativas, acompañadas con bruscos cambios del estado de ánimo
del agresor y el agredido, sólo es comparable a algunas torturas.La
desesperanza se convierte en voto inconsciente o castigo equivocado, el cual
prolonga los males y la conchupancia del bipartidismo MUD y PSUV.
A pesar de esto, son muchas las víctimas de maltrato
condenadas a oír, cómo se les cuestiona por el hecho de creer en sus
victimarios PSUV/MUD. El desconocimiento
de la complejidad en el tema, muchas veces nos impide comprender qué ocurre en
la mente de quienes sufren la violencia recurrente. Buscar salidas con los que
generaron y se beneficiaron con riqueza “corrupción” indebida es uno de la
secuela de esta enfermedad.
Este síndrome provoca una “adaptación psicológica”, es
una salida posible que encontraron las víctimas para procesar tanto dolor,
sienten que es una situación sin salida ante la que no hay nada que pueda
hacer. La incapacidad para reaccionar es
consecuencia del deterioro psicológico que produce la violencia y el mal
gobierno. Generalmente no basta con la decisión para poner fin a la violencia y
mal gobierno. Es necesario el apoyo de profesionales o de esfuerzos
organizativos políticos, sociales y humanos para romper con esa situación.
Movilizarse, organizarse y construir salidas democráticas es mejor remedio.
Causas sociales:La socialización de género, el aprendizaje de los roles de
género (entendiéndola como la interpretación que hace una cultura de la
diferencia genital) implica manipulación y el aprendizaje de la indefensión
resultante, al educarnos mediante la internalización de normativas sociales que nos aseguran la
aceptación y pertenencia social (necesidades humanas básicas) para
organizarnos, actuar, hacernos respetar y educar a nuestros entornos familiares
y sociales sobre el respeto a la dignidad de lapersona humana y trabajar por el
bien común. Es una manera civilizada de SALVAR A VENEZUELA.
Un aspecto que merece destacarse es que esas normativas,
imperativos sociales que introyectamos como imprescindibles desde la
vulnerabilidad en la que nos encontramos en Venezuela nos remonta“como cría
humana” (durante las primeras etapas de la vida) y nos condiciona y son
constituyentes de nuestro psiquismo, marcan nuestra subjetividad... desde esta
mirada podríamos afirmar que la gran mayoría de los ciudadanos (mujeres y
hombres) hemos aprendido esa indefensión y que mientras no la desaprendemos, es
núcleo de esa primera socialización, permanecemos expuestas a los diferentes
modos de relaciones abusivas... Este es un aporte más bien desde la tarea
clínica, desde pilares en los que se cimienta la "subjetividad
humana" en la expectativa social. En Venezuela estamos obligados a
sacudirnos de los lastres y vicios “Mal Gobierno” y recomponer las
instituciones con hombres y mujeres con valores humanos, libres de sospecha de
conchupancias corruptas, vicios, perversiones, simulaciones y bajezas
subordinadas a los polos que mal gobiernan hoy. Los venezolanos aun podemos y
debemos echar el resto para cambiar esto.
Al enfrentamiento
pernicioso y reiterado en la conducta del PSUV y MUD hay que buscarle unasolución
civilizada, participativa y pluralista en democracia y libertad. Si no
respetamos la individualidad del venezolano e insistimos en vender mentiras por
cadenas presidenciales, prensa y medios oficialistas, en trampear las
elecciones yperder el tiempo irremediablemente con maldades y retorica. Pronto
la miseria, pobreza, inflación y escasez cobran con dureza y Dios permita que
el costo en sangre y vidas humanas sean pocos ¿Por qué no recapacitar? ¿No
sería mejor pactar un gobierno de salvación nacional? y construir un Estado
“con gobierno” para paz, orden y bienestar.
Como apostamos que al
final va a privar la sensatez, el sentido común, la ética y honradez de
proceder y saldremos bien. No le tengamos miedo a nada y a nadie, actuaremos
con cabeza, corazón y coraje, siempre respetando y reconociendo el valor
cualitativo y cuantitativo de todos, cada demócrata, opositor o revolucionario
honrado y de buena fe, aporta y es útil. UNA UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA ES
POSIBLE.
Juan de Dios Rivas
Velásquez
rvjuandedios@gmail.com
inpresjubiladosypensionados@gmail.com
@rvjuandedios
Solidaridad
Independiente
Caracas -
Venezuela
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