Como
sigo por estos lados del charco le hice seguimiento a los independendistas catalanes, pero sin dejar de revisar las
noticias de mi terruño. Por ello necesito hacer la odiosa comparación, por
abismal, entre los casos: Mas - López y Mendoza. Resulta que entre todos los
intentos que ha hecho el Presidente de la Generalidad, Artur Mas, para que los
catalanes decidan acerca de su futuro, está un llamado a referéndum, que era
inconstitucional, por resolución del Tribunal Constitucional. Por ello, la Sala
Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha decidido
allanar el camino para que se tramiten
las denuncias contra Mas, una por organizar la consulta, delito de desacato, y
otras por prevaricación, usurpación de funciones y malversación de fondos. Hace
un tiempo Mas enfrentó una serie de denuncias que llamaron el 3% porque era la
comisión, que supuestamente, cobraban por contratos. Es decir, nada que con lo
que no estemos familiarizados.
Lo que quiero significar es que Mas está
enfrentando un juicio político y de propio la sentencia lo es. Sin embargo,
está en la calle haciendo su trabajo, buscando y recibiendo respaldos, para que
no lo condenen o para que esa condena no cuente con apoyo popular. Es decir,
está haciendo política y sus opositores
están buscando por todos los medios legales y políticos de destruirlo, por
debajo le darán puntapiés, pero abiertamente están en la arena de la lucha cada
uno con sus armas, ya veremos quién gana.
El Estado español no entra en este juego directamente.
En Venezuela no. En Venezuela no son los
actores los que se enfrentan, es el Estado. Leopoldo López hizo un llamado a
unas protestas pacíficas “la salida”, y está preso e incomunicado. Porque ahora
todas las muertes por efecto de las “guarimbas”, son responsabilidad de él,
según la inefable sentencia que lo condena, sin pruebas. Independientemente de
estar de acuerdo con “la salida” o no, que no lo estuvimos nunca, es el hecho,
el acto antidemocrático por medio del cual un líder político está preso, sin
defensa alguna porque todo el peso del Estado está sobe él y sobre su familia.
Leopoldo López no puede hacer política como Mas, no puede buscar aliados, no
puede convencer a nadie, no. Esta condenado por el Gobierno.
Lorenzo Mendoza en un acto normal y cotidiano
de conversar con un amigo expresa una opinión “creo que Venezuela debe pedir
dinero al FMI”, palabras más palabras menos, el gobierno se entera porque había
grabado la conversación, lo cual es ilegal y abusivo, se arma el zafarrancho,
amenaza con cárcel, adelantando que tiene muchas celdas libres, para todos los
que osen opinar igual. Quiere decir, que
el presidente decretó el delito de “pensar diferente”.
Acciones diametralmente opuestas, la
institucionalidad española donde los poderes públicos son independientes,
permiten el juego democrático de los consensos y disensos. En Venezuela es el
Estado el que hace política y quien no esté de acuerdo lo aplasta. Urge en
Venezuela recobrar el juego democrático, restablecer la pluralidad, diversidad
de opiniones y recobrar la política de manos de la intolerancia y la
mediocridad que nos gobierna, para ello un buen escenario el 6D, cuando debemos
votar por los candidatos de la Unidad Democrática. NO TE EQUIVOQUES, que lo que
pasa es muy grave.
Carlota
Salazar Calderón
carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar
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