domingo, 25 de octubre de 2015

LEONARDO MORALES P., ALIAS “COBERO”

Tiempo atrás, no llevo la cuenta de cuanto, buscar el significado de una palabra implicaba echar mano de un diccionario, quizás del más popular y conocido era el Larousse, ampliamente recomendado por los maestros y profesores de entonces y llamado por los estudiantes como el ”mataburros”. Ahora, dominados por las tecnologías de la información y el conocimiento, el diccionario que conocimos ha dado paso a otro más rápido en su respuesta: Internet y su popular motor de búsqueda Google. Basta escribir “cobero” y Google responderá de inmediato con: “Mentiroso, persona que miente, acción de cobear.”

Luego de la Revolución bolchevique y precisamente al producirse la muerte de Lenin (1924), la conducción revolucionaria fue continuada por Stalin, tiempos en que el ejercicio de la coba como política de Estado jugó un papel relevante. Tal ejercicio- la coba como política de Estado- sirvió para asesinar a antiguos servidores y luchadores revolucionarios pero que estorbaban a los planes stalinistas. La lista de asesinados es larga y la excusa siempre fue que la revolución estaba en peligro o que éstos pretendían actuar contra el gran líder revolucionario. Aunque suene conocido el ritornelo no escribo sobre Venezuela sino sobre la extinta Unión Soviética. Una forma amena pero larga de sumergirse en esa historia es la lectura de “El hombre que amaba los perros” del escritor cubano Leonardo Padura.
En Venezuela se recurre a la coba como política de Estado: son frecuentes los anuncios de atentados contra el presidente que terminan en el cesto de basura sin la presentación de la más mínima prueba; de la fauna saboteadora (iguanas, aves y otras especies) de la red eléctrica pasaron a personificarlos en la derecha, lugar espacial carente de individuos, de seres mortales; la guerra económica que mantiene los precios del crudo por los 40$, los anaqueles de los mercados y farmacias vacíos y la inflación cuyo valor se desconoce por su muy alto vuelo; sugieren que son dirigidos por algún personaje de la Liga de la Justicia que acorrala a la revolución.
En esa nueva disciplina, el gobierno ha hecho varios anuncios fantasiosos: nos aseguró que pulverizarían el dólar paralelo y éste aumenta pulverizando el pronóstico gubernamental; nos sugirió un repunte en los precios del petróleo y ya vemos como las reuniones de los técnicos de la OPEP rechazan la tesis venezolana; ofrecieron la liberación de la sociedad del hampa y ya se nota el fracaso de la OLP y los atentados contra sedes de policías con granadas y armas de guerra hacen enmudecer al gobierno.
Maduro seguirá en el ejercicio de la coba como política de Estado preparando para los próximos días, específicamente los cercanos a los comicios electorales, anuncios acerca de la derrota de la guerra económica, liberando toneladas de comida y bienes esenciales que intentarán dar la idea de que la escasez ha llegado a su fin.
Es una práctica inhumana someter a la población a largas colas para adquirir alimentos, también lo fueron los fusilamientos conducidos por Stalin, pero la  revolución exigió muertes en el caso de éste, y mentir para Maduro es parte de la política revolucionaria.
Esperemos que ese espejismo no cambie lo que está por venir para bien de la  nación.
Leonardo Morales P.
leonardomorale@gmail.com

@leomoralesP

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