No fue ninguna sorpresa. El pacto de sangre se disolvió cuando las
armas giraron de manera contraria apuntándose
los unos a los otros. Después de
16 años de revolución bonita le toca al gobierno -en estas horas de dificultades- decidir su propia suerte como consecuencia de la crianza. Los parieron y
los bautizaron con nombres y tareas establecidas, llevándolos a ser más
poderosos que cuando se crearon "los comandos populares
anti-golpe" y "las milicias obreras", cuyo objetivo era
enfrentar a sectores que protestan o
disienten del régimen. Cómo olvidar que
Hugo Chávez es el padre de la criatura, que en la parroquia 23 de enero a pocas
cuadras del palacio de Miraflores y con la venia del guerrillero Marulanda
erguido en su pedestal, nacieron "los colectivos".
Esto es apenas un
párrafo de la historia. Hoy se habla de
arsenal, de dominio de las calle y de una fuerza superior a la del
gobierno; hoy esa gente desde algunos
sectores humildes es perseguida por cientos de efectivos de las diferentes
fuerzas del Estado, con resultados que ponen en duda las actuaciones legales de
las instituciones públicas y la preservación de los derechos humanos. ¿Quién entrega cuentas de los seis o cuatro
acribillados en cada incursión y sobre qué base se pueden llevar a docenas de personas calificadas de sospechosas?
De la mala siembra se
cultivó la cosecha que les ha tocado recoger: “cría cuervo y te sacarán los
ojos”. No hubo tiempo para hacer labor
educativa integral y escolar, tampoco
para hacerle honor a la promesa del difunto vivo sobre “los hijos de la patria”; de allí la cosecha de esa mala hierba.
Lo curioso de la confrontación entre viejos aliados es que la planificación contra la inseguridad solo va orientada hacia los barrios de mayor pobreza; el centro y urbanizaciones donde el crimen, la extorsión, los asaltos y secuestros suceden con frecuencia y reseñados por la prensa diaria, no parecieran contabilizar votos en los planes represivos calculados para tal fin.
En mal momento para
este régimen, la cercanía de las elecciones parlamentarias lo ha llevado a cometer locuras atroces. Lo más sensato es cada quien por su lado;
Maduro provocando situaciones que le den condiciones favorables para suspender
las elecciones, mientras los factores de la oposición -de la mano con las grandes mayorías de
venezolanos- nos preparamos para votar el 6 de diciembre.
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
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