domingo, 25 de octubre de 2015

LUIS GARRIDO, FUERON POR LOS SUYOS

 No fue ninguna sorpresa.  El pacto de sangre se disolvió cuando las armas giraron de manera contraria apuntándose  los unos a los otros.  Después de 16 años de revolución bonita le toca al gobierno  -en estas horas de dificultades-  decidir su propia suerte como  consecuencia de la crianza. Los parieron y los bautizaron con nombres y tareas establecidas, llevándolos a ser  más  poderosos que cuando se crearon "los comandos populares anti-golpe" y "las milicias obreras", cuyo objetivo era enfrentar a sectores que protestan  o disienten del régimen.  Cómo olvidar que Hugo Chávez es el padre de la criatura, que en la parroquia 23 de enero a pocas cuadras del palacio de Miraflores y con la venia del guerrillero Marulanda erguido en su pedestal, nacieron "los colectivos".   
                      
Esto es apenas un párrafo de la historia.  Hoy se habla de arsenal, de dominio de las   calle y  de una fuerza superior a la del gobierno;  hoy esa gente desde algunos sectores humildes es perseguida por cientos de efectivos de las diferentes fuerzas del Estado, con resultados que ponen en duda las actuaciones legales de las instituciones públicas y la preservación de los derechos humanos.  ¿Quién entrega cuentas de los seis o cuatro acribillados en cada incursión y sobre qué base se pueden llevar a docenas  de personas calificadas de sospechosas?              
De la mala siembra se cultivó la cosecha que les ha tocado recoger: “cría cuervo y te sacarán los ojos”.  No hubo tiempo para hacer labor educativa integral y escolar, tampoco  para hacerle honor a  la  promesa del difunto vivo  sobre “los hijos de la patria”;  de allí la cosecha de esa mala hierba.  
Lo curioso de la confrontación entre viejos aliados es que la planificación contra la inseguridad  solo va orientada hacia los barrios de mayor pobreza;  el centro y urbanizaciones donde el crimen, la extorsión,  los asaltos y secuestros suceden con frecuencia y reseñados por la prensa diaria, no parecieran contabilizar votos en los planes represivos calculados para tal fin.       
En mal momento para este régimen, la cercanía de las elecciones parlamentarias lo   ha llevado a cometer locuras atroces.  Lo más sensato es cada quien por su lado; Maduro provocando situaciones que le den condiciones favorables para suspender las elecciones, mientras los factores de la oposición  -de la mano con las grandes mayorías de venezolanos-  nos preparamos  para votar el 6 de diciembre.      
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com

@luirgarr

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