Las miradas se cruzan y el silencio anuda la
garganta. La sangre hierve en las venas y el corazón pulsa incontenible cada
latido de inquietud venezolana. El corazón del venezolano fortalece su latir
porque tiene que llenarse de reciedumbre para no abandonar la lucha de la
libertad. Y esas miradas expresan el sentimiento de rechazo contra la
ignorancia alzada en uso y abuso del poder, para dejar claramente establecido,
que Venezuela es una patria libre y soberana, en absoluta determinación de su
condición democrática.
El país se une en resguardo de su integridad
frente a un estado de ingobernabilidad que avanza, destruye y crea situaciones
extremadamente peligrosas. Porque hay escasez de los productos esenciales para
la vida. Una población sometida a carencias de lo que solo la mentalidad del
atraso con ínfulas prepotentes del poder absoluto, es capaz de hacer posible
sin medir en la justa proporción de los hechos la funesta realidad que deja a su
paso.
Esa situación de hechos que van contra la
estabilidad de la familia venezolana, que producen situaciones lamentables por
las graves carencias que se viven a diario, gravita enormemente en la armonía
social. Hay un estado de desasosiego que abraza la población en general. Hay
hambre en Venezuela y, hay también, una actitud que crece persistentemente de
rechazo general a un régimen antinacional que empobrece la nación y deja
comprometido por décadas el ingreso nacional.
Eso pasa en Venezuela por lo que los
habitantes de pueblos y ciudades están en una actitud de desobediencia civil
que crece y se enfrenta con valentía al terror que, con armas largas, dejan ya
muertos y heridos que tan solo con el vigor de su espíritu de lucha y defensa
de la razón de vivir en la patria que los vio nacer, son ya los mártires que
para la eternidad, son ejemplo imperecedero de una Venezuela que le ha tocado
vivir lo que jamás imaginaron sus hijos.
Hay descontento en el país y ese descontento
tiene su razón de ser por cuanto una nación encaminada a niveles importantes de
desarrollo, está en penosa situación tanto económica como en el ámbito social.
Empobrecimiento de la población venezolana latiguea en la conciencia nacional
ávida de cambio en todos los sentidos. En todos los sentidos con apremio de un
gobierno democrático capaz de enderezar la economía de la nación y recomponer
la situación económica para crear un estado de armonía social que haga posible
la recuperación nacional.
Estamos en la necesidad imperativa de un gobierno democrático. Desde hace casi tres quinquenios todo ha representado retroceso hasta el sol de hoy que campea la miseria en todo el territorio venezolano. Ese cuadro terrorífico de empobrecimiento de una población ávida de una manera exigente y honrada de conducción política y administrativa capaz de mantener niveles de vida apropiados, demanda la acción coherente, decidida, valiente, inteligente y vigorosa, para que Venezuela comience a transitar por la vía democrática, de paz, desarrollo sustentable que hagan posible la Venezuela de la properidad.
Rafael Bello
bello.rafael@yahoo.es
@unidadylagente
No hay comentarios:
Publicar un comentario