domingo, 25 de octubre de 2015

NEURO J. VILLALOBOS RINCÓN, LA PÉRDIDA DEL PODER

“El orden absurdo se convierte en un orden depredatorio o de asaltantes cuando los exaltados se transforman en bandidos organizados.” Alberto Borea O.
Ya no debe quedar la menor duda que el régimen que comprende los gobiernos de Chávez y de Maduro se planteó una estrategia de empobrecimiento general y un descabezamiento de todo liderazgo con perfil presidencial que pudiera poner en riesgo su proyecto de poder la cual le ha resultado exitosa hasta ahora. Definitivamente nos han colocado a las puertas de la miseria, y la ausencia de liderazgo ha causado serias dificultades al desenvolvimiento político de la oposición democrática.
Sólo una estrategia diabólica y morbosa podría explicar que habiendo ingresado ese enorme caudal de recursos de más de un billón de dólares, el país se encuentre al borde de la miseria. Esa estrategia incorporó el enriquecimiento súbito de la élite en el poder y de los incondicionales del régimen, con la justificación de una cacareada “revolución” que le daría más poder al pueblo, que ha resultado una farsa y una estafa histórica.
Este es un régimen refractario a la inteligencia y a la honestidad. Cualquier señalamiento o propuestas de sectores intelectuales o de expertos con intención de lograr rectificación o un cambio de rumbo económico, es considerado subversivo. Los liderazgos con fortaleza popular y vocación democrática han sufrido encarcelamiento y destierro.
Frente a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre próximo, el régimen ha considerado oportuna la decisión de tomar por asalto a las empresas productivas del grupo Polar que son una isla de eficiencia en el país. Es un “Polarazo”, repitiendo las acciones del “Dakazo”. Se proponen ganar las elecciones “como sea”, nada importa someter a la población a mayor escasez y desabastecimiento en el corto plazo; tampoco importa el exabrupto de pretender enjuiciar al presidente de ese conglomerado empresarial que seguramente quieren mostrarlo preso como cabecilla de la supuesta “guerra económica”.
El Estado no tiene ninguna posibilidad de producir bienes y servicios eficientemente para mitigar el hambre y la desnutrición del pueblo; no tiene capacidad para abatir la inflación por sus desacertadas decisiones económicas y no tiene suficientes dólares ni quien le preste o le fíe para importar alimentos. Solo le queda asaltar a la Polar para tratar de diferir lo inevitable: la pérdida del poder.
Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com

@nevillarin

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