No es exagerado reconocer que a ciertos
políticos les molesta que los critiquen o se diga de ellos que no son líderes.
En honor a la verdad sí hay líderes y también hay otros por los que no se puede
apostar ni un bolívar devaluado. En nuestro país, caído, exilado, golpeado y
desmembrado, quedan figuras a través de sus planteamientos, con un alto sentido
de responsabilidad y arraigo social del sentir ciudadano y el país.
Contamos con políticos que a lo largo de
necrófilos años de revolución dictatorial, han dejado plasmado en pensamientos,
palabras y obras, el objetivo de replantear una nueva Venezuela desde sus
bases.
El objetivo del carcomido difunto fue
concebir un plan destructor para “aplastar” (su palabra favorita) mayorías en
contra de minorías y viceversa. Finalmente, terminó “aplastando” lo que era de
provecho para ambos lados, es decir, arrasó con la producción. Lo sabía el
grupo que, hoy arrepentidos, muestran al país lo absurdo que era el mentor,
pero se sirvieron de la olla para ellos comer bien durante años y luego
montados en el error manifiestan ahora la podredumbre.
Adondequiera que vaya el destino de
Venezuela, tenemos un grueso número de personalidades, con aguda inteligencia,
visión y sabiduría, (otros desaparecidos del mundo dejaron un interesante
aporte) con sólidas salidas para la actual crisis que enfrentamos los
venezolanos.
Los notables de la Academia Nacional de
Ciencias Económicas, en un comunicado manifestaron que “el régimen ha
despilfarrado y destruido la capacidad productiva doméstica, alimentado la
inflación, y aumentado nuestra dependencia del ingreso petrolero y de
proveedores foráneos”.
El grupo de venezolanos especialistas, con
gran capacidad, asumen como parte de las alternativas que se deben hacer, de
forma imperativa, para enrumbar a Venezuela, “la liberación de las fuerzas
productivas para aliviar la escasez, generar fuentes de ingreso que
complementen progresivamente al petróleo en la provisión de divisas y proveer
empleo productivo y bien remunerado. Venezuela tiene los recursos con los
cuales superar la presente situación”. Así se lee en el documento expuesto
recientemente a la opinión pública.
Cuando el anterior punto de vista viene
sustentado por venezolanos pensantes, preparados en las mejores universidades
del país, podemos sentirnos a salvo, ya que aún queda material humano en la
empobrecida Venezuela. Son especialmente capaces de lograr un consenso nacional
para cumplir esa formidable tarea de recomponer al menor costo posible lo que
va quedando de país. Sería un plan en el que los sectores más vulnerables
jugarían un papel importante para sacarlos del desnutrido confort, abriéndoles
oportunidades de vida productiva.
Los notables de la academia, además informan
que para este año se vislumbra una caída significativa de la producción
doméstica –estimada por el Fondo Monetario Internacional en 10%-, que se
acumula con la contracción del 4% ocurrida en 2014.
Qué de malo tiene que un venezolano
competente e inteligente aspire a ser presidente de Venezuela. Sino aspira y hay sospechas de
que sí aspira, al menos la gente sensata que aún queda en nuestro país lo ve en
Miraflores al reconocer que nos ha suministrado alimentos toda una vida, con
eficiencia. Al profesor de Harvard lo visualizan preparando un monumental y
moderno plan de la nación con el cual se desaten los nudos económicos de
Venezuela.
Les daría un voto a esos dos venezolanos,
-sin tener seguridad de que ellos pudieran dejar al descubierto todo lo
relacionado con los “guisos”- no, no, de comida no, me refiero caso Andorra,
Pdvsa, CNE, entre otros.
Ambos son profesionales, criollos y no
reencauchados. Pero lejos de esa “nimiedad”, sí, porque después de haber puesto
en práctica la presidencia de Venezuela ubicada en la zona fronteriza, cómodo
solio por legados conuqueros, eso no tendría mayor importancia; mejor aún si un
intelectual, con una asentada empresa productiva de mayor existencia en el país
que la edad del mandatario actual, gobierne en Venezuela.
Con tanto empobrecimiento creado por el
régimen en todas las áreas, no habría que insistir, votaría por él, ¿y tú?
Susana
Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
www.susanamorffe.blogspot.com
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