Ustedes saben, queridos lectores que entre
cielo y tierra no hay nada oculto y que tarde o temprano la verdad siempre
florece. A veces, los gobernantes se olvidan de ese refrán y creen que con la
mentira; la trampa, los entuertos, pueden gobernar y torcer la realidad, cuando
se les presenta adversidades y contrariedades propias de la vida en sociedad,
que de alguna manera afecta su gestión.
En época de los gobiernos de los hermanos
Monagas-hace más de 160 años-, se vivió en Venezuela momentos revueltos, y esos
dos hermanos se turnaban con el poder en medio de un sin fin de triquiñuelas y
haciendo valer aquello “…que el papel aguanta todo”, según expresaba el
mismísimo José Tadeo Monagas. Sin embargo, las contrariedades no resueltas
desembocaron en la Guerra Federal: Triste final, lleno de sangre por todos
lados.
Actualmente, vivimos –valga la comparación
forzada-, un momento muy similar, en el cual, el dúo Diosdado-Maduro quiere
manejar el país haciendo reinar el autoritarismo, las inhabilitaciones de
candidatos; la persecución al sector político y económico, espionaje barato
escuchando conversaciones, carcelazos, tortura y prisión como la que se hizo a
los ciudadanos que abuchearon a la mujer de Diosdado; montaje de expedientes
judiciales como el caso de Leopoldo López, que le quieren tener preso a juro;
desconocimiento e irrespeto de diputaciones como el despojo a María Corina; la
corrupción y pillaje más grande de nuestra historia que ha hecho fluir por el
sistema financiero mundial grandes fortunas, incluida las cuentas de la hija del ex presidente
Chávez; en fin, la lista de asuntos que describe la acción que ejecuta este
gobierno es bochornosa y muy larga, pero cada día se ve más clara bajo la luz
del sol.
Cada día nos quedamos con “la quijada en el
piso” al observar el “compinchismo” que avala al poder Ejecutivo con el comportamiento
del TSJ, la Fiscalía, el CNE, la Defensoría del Pueblo, que están en manos de
aduladores; que unificadamente limpian el piso con la Constitución y los
valores democráticos. Realmente da pena ajena, esto que nos ha tocado vivir y
que en otra parte del mundo, no dudo que hubiese desencadenado un conflicto
social de profundos enfrentamientos.
Entonces, no solo vivimos escasez de
alimentos, falta de producción de alimentos, alta inflación-que por cierto es
desvirtuada-, desempleo, etc., sino que además estamos en presencia de un
gobierno perverso, que viola los derechos humanos, de expresión, de pensamiento
y fomentan una especie de apartheid.
Pero, como decía mi abuela Pía, entre cielo y
tierra no hay nada oculto y yo sinceramente ruego a los cielos, porque nuestro
pueblo piense, descifre lo que vivimos y democráticamente vote por el cambio de
régimen para sacar a Venezuela del foso y la oscuridad. No estoy hablando con
un slogan electorero. No queridos amigos…yo espero que el populismo vulgar ejecutado,
dando bolsitas de comidas, pensiones apuradas, casas construidas a golpe y
porrazo no compre conciencias.
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui
No hay comentarios:
Publicar un comentario