Pasado
el proceso electoral del 25 de Octubre los Uribistas de todo el país tenemos
una clara lección y un mandato, que es lograr el entendimiento para recuperar
los espacios perdidos por culpa de la intolerancia, la superficialidad, el fanatismo,
los caprichos o ambiciones personales de unos y otros, que nos llevaron a
cometer tan incomprensibles desatinos en algunas regiones. Se debe aclarar que
el liderazgo del presidente Uribe no estuvo sometido a consideración de los
electores, si hubiese sido así habríamos ganado con el 64% de los votos de los
Colombianos como lo señalan todos los estudios de opinión.
Los
resultados obtenidos son los de la dirección política en las regiones y nos
advierten que no se pueden impulsar liderazgos artificiales sin formación
ideológica-política y sin consultar las bases, no se debe continuar el
hostigamiento y la exclusión de reconocidos dirigentes porque se pierde el
sentido de la realidad electoral, a veces el poder político impuesto destruye a
quienes lo detentan, son algunos aspectos que tendrían que ser al menos
revisados por la cúpula que dirige el partido Centro Democrático en la capital
de la República.
Los
electores Colombianos nos reclaman la incorporación estratégica de las
comunidades desde el Barrio, corregimiento, Municipio y Departamento, todo
dentro de un marco apegado a los estatutos del partido, con valores de
inclusión, responsabilidad, pluralidad y transparencia y con reglas claras que
se tienen que respetar, todos bajo la conducción del presidente Álvaro Uribe,
figura fundamental para este proceso de entendimiento que permitiría la
consolidación y el reimpulso de la estructura política.
El
respeto y admiración al presidente Uribe así como su ampliamente demostrada
experiencia política, nos servirán de apoyo para desarrollar mecanismos adecuados que permitan reagrupar y
consolidar la unión para el fortalecimiento del Centro Democrático en la
provincia, echando las bases de una estrategia de acercamiento para avanzar en
la exigencia del cambio que reclaman todas las regiones de Colombia, y en
especial una de las más sufridas como lo es la frontera del Norte de Santander
con el Estado Táchira en Venezuela.
El
camino para la inclusión y el fortalecimiento del Centro Democrático es prioritario,
se requiere de un gran esfuerzo de humildad y desprendimiento para que esas
mayorías silenciosas, que fueron excluidas o tomaron otros rumbos sin
desprenderse de sus ideales Uribistas, vuelvan a su lugar de origen y se
incorporen en la tarea de lograr la Colombia del futuro, más segura para vivir,
más segura para invertir, más educada y con una creciente clase media que
fortalezca la democracia y la inclusión social.
Nestor
Solano
solano.nestorep@gmail.com
@SolanoNestorep
Colombia
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