Je suis Charlie, Je suis France, Je suis Paris,
todas estas son expresiones normales de expresión de solidaridad con el pueblo
francés con ocasión de los ataques terroristas perpetrados en esa gran nación
que conmueven al mundo. Lógicamente las personalidades, instituciones y el
mismo pueblo colombiano, se hicieron partícipes de ese sentimiento.
Lo que no
es lógico es que esa misma afectación no se exprese con ataques terroristas
similares, ni por los colombianos , ni por los extranjeros; jamás hubo un Yo
soy Bojayá, Yo soy el Nogal, Yo soy La Hora de la Verdad, Yo soy cientos de
poblaciones atacadas por los terroristas
y criminales de lesa humanidad de las Farc. Pienso que es cuestión de tercermundismo, de
querer darle más importancia a los acontecimientos del centro que a los de la
periferia, así sean los nuestros, es pues un fenómeno cultural cuasi natural.
Lo que si es de un cinismo extremo, que debería ser
reprobado pues roza lo inmoral, es la pretensión de quienes colaboran de una u
otra manera con ese narcoterrorismo de presentar dos tipos de terrorismo uno
bueno, los criminales de lesa humanidad de las Farc y otro malo, cualquier otro
que no sea el de sus aliados narcoterroristas.
Es eso lo que ha venido sucediendo
consuetudinariamente en Colombia, las
élites han sido benevolentes con el terrorismo fariano, al punto de dictarse
sentencias de Altas Cortes donde se vanagloria el terrorismo altruista, esta
actitud siendo la causa de la permanencia de ese terrorismo en la vida
nacional, salvo cuando un Presidente ( Uribe) cambia el chip e introduce una
Política de Seguridad Democrática que de no haber sido por el apoyo de las
dictaduras vecinas lo hubiese aniquilado.
El camarada Santiago, infiltrado dentro de las
fuerzas democráticas, se hace del poder con un camuflado de demócrata,
para hacer el rol de Kerenski colombiano
y posibilitar la instauración del Socialismo del Siglo XXI en nuestro país.
Esto no es raro, lo curioso es la actitud divergente entre la masa y las élites
respecto a ese intento antidemocrático del actual gobierno.
Permanentemente al menos tres cuartas partes del electorado ha rechazado las
condiciones con las cuales se quiere firmar los acuerdos de paz, verbigracia no
cárcel para los criminales de lesa humanidad, no entrega de armas, elegibilidad
política y permanencia del narcotráfico en manos de las Farc, es decir, paz con
impunidad.
Por el contrario, las élites, de todo tipo, políticas, empresariales, gremiales,
mediáticas, sindicales y así en un largo etcétera se han plegado lisonjeramente
a la mermelada del farcsantismo aceptando con impudicia ese intento de
implantación del Socialismo del Siglo XXI en este país.
El problema que se les presenta es que ante el
abrumador rechazo del pueblo colombiano a la paz con impunidad, que no es más,
repito, que un intento bajo un eufemismo bueno- la paz- de implantar un régimen de terror el SSXXI, el
farcsantismo no ha tenido límites y ha de hecho desde ya implantado una
dictadura, en donde el Parlamento se ha castrado para convertirse en el eunuco
del coro de la ópera trágica de la sumisión del Estado ante los
narcoterroristas y criminales de lesa humanidad; el Poder Judicial son los
corifeos de la implantación de esa trágica dictadura, los militares testigos
mudos de la tragedia y las élites enmermeladas
el público excitado que clama a rabiar al dictador que entrega el país a
los terroristas.
Es un cinismo extremo lo que se vive en Colombia en
los actuales momentos, cuando se clama contra el terrorismo allende de las
fronteras, pero se arrodilla sumiso ante el narcoterrorismo local, existe un
solo terrorismo, y debe ser combatido tenazmente por todos los medios que el
Estado de Derecho permite, incluyendo las excepciones a éste incluidas en los
dispositivos legales. Si el mundo no entiende esto y sigue con la doble moral
de luchar contra el terrorismo del medio oriente, pero no contra sus socios
americanos, pronto se verá arropado por una dictadura de terror macabra de
proporciones universales. El terrorismo es uno solo y Obama, Hollande, Cameron,
Merkel etc. Deben derrotarlo en todas sus versiones: ISIS, Al Quaeda, Hezbolla,
ETA, FARC, ELN, Cartel de los Soles, Cartel de los Florez, etcétera.
Bravo por los excepcionales personajes que no se
dejan amedrentar por el matoneo de los
“compagnons de route” de esa dictadura farcsantista, donde ya ni siquiera las
formas se guardan, sino que el nepotismo brilla cual Cuba o Venezuela. El
Presidente Uribe, el Procurador Ordoñez y la Rrepresentante María Fernanda
Cabal destacan por su coherencia, ante
los sinvergüenzas que lamen de la mermelada de las manos de Juanhampa,
entregando su vida futura por unos réditos al corto plazo.
Alberto López
Núñez
alopezn62@hotmail.com
@alopeznunez
Tachira -
Venezuela
Colombia
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