sábado, 28 de noviembre de 2015

CINISMO EXTREMO, ALBERTO LÓPEZ NÚÑEZ, CASO COLOMBIA,

Je suis Charlie, Je suis France, Je suis Paris, todas estas son expresiones normales de expresión de solidaridad con el pueblo francés con ocasión de los ataques terroristas perpetrados en esa gran nación que conmueven al mundo. Lógicamente las personalidades, instituciones y el mismo pueblo colombiano, se hicieron partícipes de ese sentimiento. 

Lo que no es lógico es que esa misma afectación no se exprese con ataques terroristas similares, ni por los colombianos , ni por los extranjeros; jamás hubo un Yo soy Bojayá, Yo soy el Nogal, Yo soy La Hora de la Verdad, Yo soy cientos de poblaciones atacadas por los terroristas  y criminales de lesa humanidad de las Farc.  Pienso que es cuestión de tercermundismo, de querer darle más importancia a los acontecimientos del centro que a los de la periferia, así sean los nuestros, es pues un fenómeno cultural cuasi natural.

Lo que si es de un cinismo extremo, que debería ser reprobado pues roza lo inmoral, es la pretensión de quienes colaboran de una u otra manera con ese narcoterrorismo de presentar dos tipos de terrorismo uno bueno, los criminales de lesa humanidad de las Farc y otro malo, cualquier otro que no sea el de sus aliados narcoterroristas.
Es eso lo que ha venido sucediendo consuetudinariamente  en Colombia, las élites han sido benevolentes con el terrorismo fariano, al punto de dictarse sentencias de Altas Cortes donde se vanagloria el terrorismo altruista, esta actitud siendo la causa de la permanencia de ese terrorismo en la vida nacional, salvo cuando un Presidente ( Uribe) cambia el chip e introduce una Política de Seguridad Democrática que de no haber sido por el apoyo de las dictaduras vecinas lo hubiese aniquilado.
El camarada Santiago, infiltrado dentro de las fuerzas democráticas, se hace del poder con un camuflado de demócrata, para  hacer el rol de Kerenski colombiano y posibilitar la instauración del Socialismo del Siglo XXI en nuestro país. Esto no es raro, lo curioso es la actitud divergente entre la masa y las élites respecto a ese intento antidemocrático del actual gobierno.
Permanentemente al menos tres cuartas  partes del electorado ha rechazado las condiciones con las cuales se quiere firmar los acuerdos de paz, verbigracia no cárcel para los criminales de lesa humanidad, no entrega de armas, elegibilidad política y permanencia del narcotráfico en manos de las Farc, es decir, paz con impunidad.
Por el contrario, las élites, de todo tipo,  políticas, empresariales, gremiales, mediáticas, sindicales y así en un largo etcétera se han plegado lisonjeramente a la mermelada del farcsantismo aceptando con impudicia ese intento de implantación del Socialismo del Siglo XXI en este país.
El problema que se les presenta es que ante el abrumador rechazo del pueblo colombiano a la paz con impunidad, que no es más, repito, que un intento bajo un eufemismo bueno- la paz- de  implantar un régimen de terror el SSXXI, el farcsantismo no ha tenido límites y ha de hecho desde ya implantado una dictadura, en donde el Parlamento se ha castrado para convertirse en el eunuco del coro de la ópera trágica de la sumisión del Estado ante los narcoterroristas y criminales de lesa humanidad; el Poder Judicial son los corifeos de la implantación de esa trágica dictadura, los militares testigos mudos de la tragedia y las élites enmermeladas  el público excitado que clama a rabiar al dictador que entrega el país a los terroristas.
Es un cinismo extremo lo que se vive en Colombia en los actuales momentos, cuando se clama contra el terrorismo allende de las fronteras, pero se arrodilla sumiso ante el narcoterrorismo local, existe un solo terrorismo, y debe ser combatido tenazmente por todos los medios que el Estado de Derecho permite, incluyendo las excepciones a éste incluidas en los dispositivos legales. Si el mundo no entiende esto y sigue con la doble moral de luchar contra el terrorismo del medio oriente, pero no contra sus socios americanos, pronto se verá arropado por una dictadura de terror macabra de proporciones universales. El terrorismo es uno solo y Obama, Hollande, Cameron, Merkel etc. Deben derrotarlo en todas sus versiones: ISIS, Al Quaeda, Hezbolla, ETA, FARC, ELN, Cartel de los Soles, Cartel de los Florez, etcétera.
Bravo por los excepcionales personajes que no se dejan amedrentar  por el matoneo de los “compagnons de route” de esa dictadura farcsantista, donde ya ni siquiera las formas se guardan, sino que el nepotismo brilla cual Cuba o Venezuela. El Presidente Uribe, el Procurador Ordoñez y la Rrepresentante María Fernanda Cabal destacan por su coherencia, ante  los sinvergüenzas que lamen de la mermelada de las manos de Juanhampa, entregando su vida futura por unos réditos al corto plazo.
Alberto López Núñez
alopezn62@hotmail.com
@alopeznunez
Tachira - Venezuela

Colombia

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