Venezuela vivirá el próximo 6 de
diciembre uno de los momentos más críticos de su historia. Ustedes, oficiales
activos de la Fuerza Armada, no pueden ver esas elecciones como una más de las tantas que se han realizado durante
estos trágicos dieciséis años. Es tal su importancia, ante la absoluta certeza
de un arrollador triunfo de la oposición, que nuestro pueblo se pregunta
permanentemente sobre la posición que ustedes asumirán. ¿Se prestarán para
respaldar al gobierno en un intento de desconocer los resultados? ¿Garantizarán la paz y el orden público ante las graves amenazas de
las bandas armadas? Existen serias dudas al respecto.
Esa suspicacia está
justificada por la lamentable y parcializada posición de algunos jefes
militares que, al mantener que la Fuerza
Armada es chavista y revolucionaria, han
generado una gran falta de credibilidad y desprestigio institucional. Ustedes
tendrán una gran oportunidad el día de las elecciones para demostrar que
realmente “la Fuerza Armada es una organización profesional creada por el
Estado para estar al servicio de la Nación y no de una persona o parcialidad
política”…
. Ustedes
no pueden ignorar la realidad nacional. Es más que conocido que la elección del
6 de diciembre no será justa ni equitativa. El gobierno tiene meses utilizando
un descarado ventajismo para torcer la mayoritaria voluntad popular. Su
desespero reside en el convencimiento que
tiene del seguro triunfo de la oposición. Recientemente circuló en los medios
de comunicación una extraordinaria carta del Secretario General de la OEA, Luis
Almagro, en la cual señalaba, entre varias observaciones críticas, lo
siguiente: “ausencia de topes o controles al gasto de campaña; acceso desigual
a los medios de comunicación a candidatos del oficialismo y de la oposición;
confusión al momento de sufragar por las características de las papeletas de
votación; limitación de la libertad de expresión como consecuencia a la
implementación de medidas de seguridad; judicialización y amenaza a las
manifestaciones pacíficas; intervención
de partidos políticos por el poder judicial; negación de los derechos y
garantías constitucionales por vía de los estados de excepción”, etc. No creo
que alguno de ustedes esté sorprendido por estas verdades.
Respetar la voluntad popular no es sólo una obligación
constitucional sino moral para los miembros de la Fuerza Armada. Estoy seguro
que ustedes deben haber reflexionado profundamente sobre esa responsabilidad.
La Fuerza Armada, en más de una oportunidad, ha tenido que actuar como factor
de estabilidad en las crisis nacionales. En el caso de mi generación militar,
por ejemplo, fuimos factores fundamentales en el complejo proceso político que
se desarrolló como consecuencia de los cerrados resultados de la elección
presidencial de 1968. . Rafael Caldera, de COPEI, obtuvo el triunfo, después de una tensa
semana de espera de los resultados, al obtener 1. 083. 712 (29,13 %) ante Gonzalo Barrios, de Acción Democrática,
que obtuvo 1.050.806 (28,24 %). En esos días surgieron todo tipo de rumores. La
opinión a lo interno de la organización militar fue una sola: hay que respetar
la voluntad popular. La situación se normalizó ante la firmeza del presidente
Leoni, la honorabilidad del presidente del Consejo Supremo Electoral, Manuel
Rafael Rivero y la inteligente opinión de Gonzalo Barrios: “la oposición puede
ganar por 30.000 votos, el gobierno no” …
Los miembros de la Fuerza Armada tienen el 6 de diciembre
unas claras obligaciones. Son los únicos responsables del mantenimiento del
orden público y de la seguridad personal de todos los ciudadanos. Los recientes
ataques armados a líderes de la oposición democrática, demuestran que existen razones para temer que
se trate de intimidar a los electores. Cumplan su deber. Ustedes poseen las armas de la República.
Tienen el monopolio de la violencia. Utilícenla con la responsabilidad que
corresponde. Ese día debe imperar el respeto y el orden. Es necesario prever
los posibles acontecimientos que pueden ocurrir al conocerse los resultados.
Posiblemente ocurrirán manifestaciones de júbilo. Esperemos que el Consejo
Nacional Electoral de a conocer los resultados con la rapidez requerida sin
crear suspicacias en la opinión pública. También pueden ocurrir manifestaciones
de protesta. Ustedes tienen la obligación de protegerlas. Son venezolanos que
ejercen su derecho a manifestar pacíficamente. Es una oportunidad de gran
trascendencia para que la Fuerza Armada Nacional recupere la credibilidad y el prestigio perdidos.
Nota; leí el artículo de Toby Valderrama y Antonio Aponte en
Aporrea, en el cual se critica el mío titulado “La absurda política militar de
Chávez”. Les responderé el próximo domingo.
Fernando Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich
Caracas - Venezuela
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