De lo heroico a lo ridículo no hay más que un paso. Simón Bolívar
Esta revolución bolivariana hablachenta e ineficiente, es experta
solamente en polarizar a la sociedad: chavistas vs. escuálidos, patriota vs.
vende patria, revolucionarios vs. imperialistas, capitalistas vs. socialistas,
derecha vs. izquierda, ellos vs. nosotros, proletario vs. pelucón, en fin,
venezolanos vs. venezolanos.
Esta vez, vistas las venideras elecciones parlamentarias, ya no esgrimen
el rojo – rojito vs. cualquier otro color -
propio de una Guerra de colores que en su oportunidad y entre otras
razones le costó la vida a Piar -, ahora
se trata de la valentía vs. la cobardía.
Los valientes, más bien valentones, son los oficialistas; de sus
valerosos actos tenemos pocas evidencias, han sido bravos ante las cámaras y
micrófonos, y ahora en las redes sociales para atacar y tacar, con denuedo y
sin piedad, a los innúmeros enemigos que arremeten contra el esforzado Proceso
revolucionario que pocos esfuerzos hace para darle comida, salud y felicidad a
los sufridos súbditos bolivarianos. Es valiente para defender lo indefendible,
sobre todo cuando toma forma de droga, guerrilla o terrorismo. Más que valientes, nuestros socialistas del siglo XXI son audaces,
olvidando lo señalado por Napoleón Bonaparte: “Con audacia se puede intentar
todo, pero no conseguirlo”.
Nuestros audaces y poco valientes revolucionarios apelan ahora a la
cobardía del contrario para intentar recuperar la seguridad y el coraje
perdido, manifestado en los dicentes y contundentes números de todas las
encuestas electorales que muestran el fracaso de una pretendida revolución, el
desencanto de un otrora esperanzado pueblo. Cobardes, cobardones, gallinas,
culilluos, pávidos, asustadizos, rajaos, son los opositores que han hecho gala
de paciencia y civismo para esperar en la “bajadita” electoral del 6D - y en las que vienen - a los bravucones, a los guapetones, a los
baladrones, a los fanfarrones, a los matasietes bolivarianos.
Ante las próximas elecciones parlamentarias, es conveniente recordar lo
acuñado por la sabia sabiduría popular:
“El valiente vive hasta que el cobarde quiere”.
Enrique Viloria Vera
viloria.enrique@gmail.com
@EViloriaV
Salamanca - España
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