Pareciera
que todo se va avizorando para que en Argentina varíe la forma como se viene
ejerciendo la política desde hace más de diez años cuando un modelo, sustentado
en la acomodaticia etiqueta del peronismo y sostenido bajo macabras estructuras
populistas, se hizo con el poder.
Por
más que el ministro de justicia y las autoridades electorales, en una actitud
por demás nerviosa e incómoda, demoraron los resultados para dar a entender que
existía una brecha mínima entre el candidato oficialista Daniel Scioli y su
principal contendor Mauricio Macri, no lograron silenciar la voz de un pueblo,
que a través del sufragio, pidió poner fin al abuso y a un régimen que ha
empleado el temor, la justicia y el miedo para imponerse.
Aunque
muchos, empezando por Cristina Fernández y el propio candidato del gobierno,
creyeron que podía evitarse la segunda vuelta, el voto ciudadano y la acción de
los testigos de mesa jugaron papel preponderante para obligar a que el destino
del país se defina en una segunda ronda que se llevará a cabo el domingo 22 de
noviembre.
Aunque
no exento de polémicas declaraciones y de planteamientos en algunas ocasiones
populistas, la campaña de Macri tuvo el acierto de involucrar a sus adversarios
en las primarias, Ernesto Sanz y Elisa Carrió, quienes se sumaron junto a sus
grupos y partidos para ayudar a que Macri captara el voto de los radicales
socialdemócratas e independientes y pudiese convertirse en una opción con
oportunidad real.
Queda en la historia que a otro peronista, pero disidente del kirchnerismo le toca decidir, pues el apoyo de Sergio Massa, quien tuvo una votación importante, será definitivo para determinar al ganador, pudiendo incluso jugarse su futuro en caso de no tomar una decisión adecuada y preferir que a la libertad pueda imponerse una vetusta etiqueta política como es el peronismo.
¡Cambiemos!
Ha dicho gran parte de la sociedad argentina. Con el voto organizado, el ánimo
para enfrentar cualquier abuso y las convicciones claras, ese dicho puede
hacerse realidad. De todas maneras, gane quien gane los comicios, pueden decir
que en Argentina la forma de hacer política cambió y que el kirchnerismo, no
será más que un recuerdo tenebroso en la historia republicana
.
Luis
D. Alvarez V
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com
@luisdalvarezva
Caracas
- Venezuela
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