La amenaza de una confrontación
que trascienda lo verbal, seguida de un autogolpe, no desaparecerá de Venezuela
mientras los chavistas y maduristas, golpistas y conspiradores por naturaleza y
tradición, permanezcan en el gobierno o con alguna cuota de poder que les
permita fungir de quinta columnas dentro de un estado de democrático.
Estos irredentos políticos no
toleran ninguna otra forma de gobierno, que no sea controlando ellos el poder
absoluto. Por lo tanto, van a vivir conspirando continuamente contra el
adversario hasta que la muerte los separe, o que el soberano los separe
completamente de la vida política. Nadie dentro de la oposicion está pensando
en ayudarlos a morir; creemos que ellos deben procurar su muerte natural.
A pesar de la victoria
arrolladora que obtuvimos la oposición en esta última contienda electoral del 6
de diciembre, los chavistas y maduristas siguen siendo una fuerza política
considerable. Ellos no van a emplear esa cuota de poder para impulsar las
reformas que el país nacional les reclama, ni para evaluar su derrota y
enmendar sus errores. No, ellos van a usar su poder para arremeter contra la
oposición y, por ende, conspirar contra el poder legislativo a quien el
soberano le otorgó el mandato.
Estas circunstancias
condicionadas y alimentadas por el oficialismo, podrían exacerbar los ánimos
entre ambos contendores y desembocar en el autogolpe ansiado por el
desgobierno. Un sector de la oficialidad venezolana está tan identificada y
comprometida con la robolución en sus manejos dudosos, que junto con sus socios
podrían intentar refugiarse en un gobierno de facto.
Sea Dios Veraz…!
Carlos E. Mendez
carlosemendezs@gmail.com
@carlosemendezs
Caracas - Venezuela
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