viernes, 25 de diciembre de 2015

HUGO CALZADA, ¿SOMOS ASÍ?, ASÍ NOS IRÁ..., DESDE ARGENTINA

Si le digo la verdad
de aquellas de mozo payo,
tenga paciencia y aguante
aquel que le venga el sayo.

“Un país que no es amado por su pueblo, no puede progresar ni estará en condiciones de ser defendido en la guerra. Sin un pueblo unido, ninguna gran empresa es posible” (Clausevich).

Ya no es la patria de antes
Vencido el porvenir en sus deseos,
Treparon a la cumbre los pigmeos,
Y bajaron a la tumba los gigantes.
(autor desconocido)

“Jamás los argentinos hemos marchado de un punto al otro de la república a encontrarnos con los brazos abiertos como hermanos, sino con los brazos armados como enemigos. Así hemos asesinado la idea y el sentimiento de patria...” (declaración de Mármol en el debate parlamentario de 1860, cuando se trató la reincorporación de Buenos Aires a la Confederación).

Idiosincrasia del argentino tipo (lo breve si es breve, es dos veces breve)

Nuestro lenguaje común revela que eludir responsabilidades es : “...yo, argentino”; sabio consejo de experiencia es “...no te metás”; la puntualización de los errores políticos y culturales, jamás nos involucra: se trata de “...ese país” y no del mío (o nuestro). Marcos Markic comenta al respecto que “... la obra maestra del argentino es el desarraigo... el concepto de ajenidad a la propia tierra...”.

Superficialmente superior, individualista y altanero, hemos desarrollado una personalidad agresiva y arrogante que no nos ha generado precisamente simpatías en el contexto latinoamericano.

Creo que es tiempo de que recordemos y nos empeñemos a dar cuerpo a aquel vital consejo que nos dejara Ortega y Gasset hacia 1940: “Hay que apurarse, pueblo joven. El tiempo corre y la vida colonial termina ahora, y con la vida colonial, termina el vivir “ex – abundantia”. Las glebas se van llenando de hombres. La población se densifica. Ya no hay tanta buena tierra. Mientras hay tierra de sobra, la historia no puede empezar. Buena suerte pueblo joven en esa historia que para ustedes comienza. ¡Argentinos, a las cosas.

Primero vino Uriburo
Diciendo ¡yo lo acomodo!
Pero lo arregló de un modo
Que era mejor el barullo;
Dejó arreglado lo suyo
Y empeoró lo de todos.

Y la nación desde entonces
Va de Herodes a Pilatos:
Todos le ofrecen buen trato
Y el arreglo de sus cosas,
Pero ellos rompen la loza
Y el pueblo paga los platos.
(Arturo Jauretche 1901 - 1974)

Los pueblos que quieren y necesitan cambios, generan nuevas esperanzas. Para ello, debemos optimizar el ingenio y la fertilidad imaginativa. Eliminemos la antropofagia.

En Azul y Blanco
Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942
Argentina

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