martes, 29 de diciembre de 2015

ENRIQUE MELÉNDEZ, RAMOS ALLUP ANTE EL NUEVO ESCENARIO

         
A eso que se ha interpretado que el pueblo venezolano se sintió víctima del chavismo, habría que añadirle que por primera vez se identificó con la oposición, es decir, no comió más casquillo con ese cuento de los ricos y de los pobres; que tanto atizaba el chavismo, y que le había dado resultado por prejuicios ancestrales, que estaban latentes en nuestro inconsciente colectivo; donde la riqueza se ve mal; una especie de votos de pobreza, y Chávez se afincó allí; porque el venezolano se ve pobre.

         -Echó para el lado de los pobres, y por eso fue que se ganó el voto de nosotros- recuerdo yo que gritaba el chofer de un colectivo poco antes de las elecciones de 2012, y que se veía más bien de clase media.
         Entonces, como dicen los economistas, Chávez desfalcaba al país; ese año le ingresaban más de 90 mil millones de dólares por factura petrolera; además de las deudas que contraía, y lo recaudado por impuesto; que era lo que le permitía repartir a manos llenas, sobre todo, casas; que sería el primer caso de populismo, donde se regalan hasta viviendas, y, sobre todo, para sostener su régimen; cuyos horrores, como dice el historiador mexicano Enrique Krauze, no los hemos visto del todo. En efecto, hoy en el chavismo cunde la descomposición, y es así como uno de sus voceros ha dicho que queda demostrado que con regalar no se gana nada.
         Además, el pueblo se identificó con la oposición, porque descubrió que todo era mentira, y que de este lado estaba la verdad, y la prueba está en que el pueblo salió a votar; no se abstuvo, como lo suponía el chavismo, dada una realidad que se había vuelto inexpugnable para ellos; ilustrando muy bien la situación Aristóbulo Istúriz, cuando dijo que las colas los habían derrotado; puesto que no las habían sabido solucionar.
         Porque, además, si aquí hubo ricos, a éstos los acabó Chávez; los corrió con sus expropiaciones, y de modo que todo el aparato productivo se quebró; que fue lo que no produjo la hecatombe; cuando se derrumbaron los precios del petróleo en 1996, en tiempos del gobierno de Rafael Caldera, pues el mismo estaba intacto para ese momento, y no se generó esta grave escasez y este altísimo costo de la vida que confrontamos hoy en día; una de las causas, por lo tanto, de las colas; aparte de la caída en un 60% de los ingresos por factura petrolera; de modo que aquel Chávez que se ufanaba que podía comprarlo todo, y lo favorecía la circunstancia de que el precio del petróleo crecía al ritmo de la inflación en Venezuela; pues era el instante en que se nadaba en la abundancia con un barril de petróleo a 120 dólares, que qué lástima que ahora no esté vivo, para que se diera cuenta de que él no era el factor que movía los precios hacia el alza, gracias a la nueva estrategia, supuestamente, que había adoptado al llegar a Miraflores, de reducción de la producción de Pdvsa.
         Es por eso que dice que, mientras a Chávez le tocó comerse las maduras, ahora a Maduro le toca comerse las verdes; como decimos en criollo, quedó guindado. Sobre todo, porque hay algo que lo mantiene atado, y es su ceguera ideológica, su mimetismo con Chávez que, entonces lo lleva a actuar fuera del sentido común. Resulta difícil imaginarse, en ese sentido, a Maduro negociar un acuerdo mínimo de gobernabilidad; con la aprobación de un plan de ajuste económico, así como un plan de emergencia social y humanitario; pero la pregunta es válida, ¿tendrá el poder de seducción Henry Ramos Allup, como para que Maduro admita este acuerdo, y no se esté acordando del fantasma de Chávez; cuya memoria se transforma entonces en una aberración para él, y que es lo que lo lleva aún a pasarse más de la raya, como lo hace ver Krauze?
         Porque si algo hay que reconocer en esta oportunidad es que en este nuevo escenario, que se pone de ahora en adelante, Henry Ramos Allup ha consolidado su liderazgo, y es el hombre de más alto perfil hoy en día en la política venezolana; con independencia de que Primero Justicia haya superado en números a AD; habiendo sido un operador político arrogante, sectario, hegemónico; le han dicho de todo sus enemigos políticos. Sin duda alguna que se trata de un hombre muy controversial; muy mordaz y sarcástico para referirse a ciertos personajes o situaciones, valiéndose de juegos metafóricos muy a lo Rómulo Betancourt, pero muy preciso en sus definiciones, acerca de los conceptos propios de la legislación; es decir un hombre con una oratoria muy brillante; gracias a una gran cultura política, al igual que su maestro Betancourt, a quien le debemos “Venezuela: Política y Petróleo”: la vez que lo entrevistamos para Noticiero Digital nos mostró un denso volumen salido de su pluma, que estaba por publicar, sobre el tema de los populismos. Asimismo, nos habló de una obra suya sobre el neoliberalismo, que lleva varias ediciones.
         Todo esto lo digo, además, porque en estos días se ha recordado mucho su actuación en la oportunidad de la Mesa de Diálogo en Miraflores; que hasta el pueblo lo recuerda: el otro día hablaba con un amigo en la Plaza Candelaria, y uno de los barrenderos, con una casaca roja, al oírnos hablar del tema del momento, que es el relativo a quien va a ocupar la presidencia de la AN, recordó, precisamente, que quien se impuso allí fue Ramos Allup; cuando le dijo al entonces todopoderoso Diosdado Cabello, que a él no le iba a callar la boca, y se tomó todo su tiempo para hablar. Claudio Nazoa graficó muy bien esta situación con un artículo muy gracioso que publicó bajo el título de “Ramos Allup, te amo”. Es decir, el presidente de AD hoy en día se transforma en la máxima conciencia del país; algo que lo hace ver, incluso, la asociación de presos de La Tumba del Sebín; cuando solicitan que ocupe esa presidencia, y numerosos grupos que se han pronunciado al respecto.
Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
Lara - Venezuela

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