Luego del contundente
y constitucional triunfo de la unidad democrática el pasado 6 de diciembre, en
las elecciones parlamentarias, los venezolanos hemos comenzado a sentir “los buenos aires” de la división de poderes.
Ahora no será el todopoderoso señor gobierno el que regirá los destinos de la
nación, sino que además el poder legislativo podrá controlar, supervisar,
auditar y legislar. Esa situación al parecer ha puesto a “correr” a los
llamados dirigentes del oficialismo, que en su afán de no querer entregar
cuentas inventan de todo.
Pero es que la
situación económica del país, es desastrosa. De entrada, hay que recordar que
la AN no tiene la “varita mágica” de cambiar la situación económica, pero sí de
ir destapando esa “olla podrida” de corrupción de estos tres últimos lustros.
Los venezolanos no
salimos del asombro, de encontrarnos un Estado, convertido en el
hazmerreir mundial por situaciones de
narcotráfico, corrupción, nepotismo, de una dirigencia que abusó de la buena fe
de sus copartidarios.
A mediados del mes de
diciembre hemos conocido nombres como Roberto Rincón y Abraham Shiera Bastidas,
detenidos en Estados Unidos por lavado de dólares, que han amasado fortunas a
través de sus conexiones con la
petrolera venezolana. PDVSA está mal, muy mal. En esta oportunidad salen a
relucir también casos que involucran al ex gerente de contrataciones de PDVAL y
sus socios quienes se han convertido en empresarios multimillonarios. “ José
Manuel González y Tulio Farías, los cuales no sólo han ayudado a destruir la
economía de Venezuela estafando a PDVSA sino que han acabado con la comida del
pueblo, responsabilizando a la empresa privada de mantener una supuesta Guerra
Económica.”
Desde el 2009 y 2014, que el gobierno estadounidense
comenzó a investigar los negocios con el gobierno venezolano, con la estatal
petrolera, su filial Citgo, las
investigaciones arrojaron que más de mil
millones de dólares fueron escaneados, de los cuales 750 millones de “los verdes”
eran manejados sólo por Rincón entre 2010 y 2013, descubriéndose una estela de
complicidad interna a nivel gerencial en PDVSA.
“Éramos muchos y
parió la abuela” y como si fuese poco este escándalo, ahora la DEA señala al
secretario privado del Presidente, de haber recibido dinero producto del
narcotráfico. Amén de los casos que ya conocemos de “los sobrinos” y del
“cuñado”. Algo podrido huele en el ambiente.
Por eso es titánica
la labor de la nueva Asamblea Nacional, devolver la credibilidad en el sistema
democrática y sus instituciones. En la honorabilidad legislativa para destapar este bodrio de corrupción que ha convertido a
Venezuela, en una especie de “caja chica”, de quienes alguna vez tuvieron la
responsabilidad de conducir los destinos del gobierno.
Ahora no nos queda
sino concertar, dialogar, no “empantanar”, con todas las fuerzas vivas de
Venezuela, para sacar lo mejor de nosotros y enrumbar definitivamente al país. A pesar de saber que
los indicadores económicos del 2016, no se presentan nada halagadores, si
tenemos la disposición de salir adelante.
Cuando estamos a pocas
horas de despedir el 2015, hagamos una reflexión colectiva de lo mejor que
deseamos para Venezuela. No estamos solos. El empeño y el coraje del venezolano
que día a día sale a cumplir con su labor de construir un mejor país nos
acompaña. Lo demás, fue un tiempo perdido que nunca debió existir. ¡Feliz Año
Nuevo 2016!
Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Caracas - Venezuela
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