martes, 22 de diciembre de 2015

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, LA TRAMPOSA TIBISAY

Es la gran noticia que nos anuncia el alcalde de Caracas Jorge Rodríguez: “Tibisay es tramposa”, lo intuíamos, lo sabíamos, los denunciábamos, peros los bolivarianos con Rodríguez a la cabeza la defendían días antes, el sistema electoral venezolano es “perfecto” aseguraban. Ahora quieren impugnarlo, lo que nos llevaría a investigar también los anteriores procesos, sobre todo de aquellos que los declararon ganadores, por un “bien estrechito” margen.

A la tramposa le temblaba la voz hace unas noches, yo creí que era debido a los resultados electorales que se vio obligada a anunciar, esta vez los militares no la dejaron invertir cómputos. Ese ser deshonesto, responsable de la pérdida de confianza de los venezolanos, en una institución que debería ser garante de la imparcialidad en los procesos electorales, aparece ahora indirectamente condenada como incapaz, por sus propios compañeros de partido.
A la “imparcial” rectora del CNE la vimos utilizando durante los funerales del insepulto, el brazalete tricolor del 4F, como confiesa es su corazón psuvista. Para la época los rojitos aprobaban a la fiel empleada de la revolución fracasada, ahora la “servidora” se muestra tartamuda y nerviosa… espera inquieta la línea partidista ¿La tildaran de ineficaz o de tonta? ¿Terminaran cortándole la cabeza, sacrificada en el altar de la patria, para justificar una acción ilegal contra los resultados electorales?
Se encuentra desmemoriada, olvidó que afirmaba que “en Venezuela tenemos un sistema electoral que garantiza la decisión soberana de los electores y electoras, porque es auditado en cada una de sus fases”. Pensará rechazar las “infelices” declaraciones realizadas por el alcalde de Caracas, tal como lo hizo con la secretaria de Estado adjunta de EE.UU. para Latinoamérica, Roberta Jacobson, cuando afirmó “Creemos que los venezolanos merecen unas elecciones abiertas, justas y transparentes en las que todos pueden ejercer su voto con la confianza de que su decisión será respetada”, las condenará por aquello que los venezolanos decimos “que la salsa que es buena para el Pavo, lo es también para la Pava”.
Tanto Rodríguez como Mario Silva… pájaros de un mismo plumaje, cacarean fraude electoral. Pero no dijeron nada cuando la Lucena estuvo más de año y medio en el CNE de manera irregular, ni cuando reorganizó los circuitos electorales para que le dieran ventaja al PSUV en las pasadas elecciones parlamentarias. Tampoco cuando rehusó imponer sanciones al expresidente Hugo Chávez antes o a Maduro ahora, quienes usaron las cadenas televisivas para difundir mensajes electorales y hacer campaña a través de los medios de comunicación del estado, ella representaba un árbitro electoral siempre complaciente con el Gobierno y sin ocultar su participación en actos político partidistas.
Tibisay se ha convertido en un “pájaro de mal agüero”, por ahí afirman que personifica la peor pesadilla del partido de gobierno, retrasó la fecha de las elecciones, pero la presión nacional e internacional no le dejó otra salida que convocarlas. Cambió las reglas del juego después que la Unidad Opositora había seleccionado y anunciado sus candidatos, permitió una tarjeta falsa de la Unidad, justo al lado de la tarjeta de la oposición, mantuvo la mayor tolerancia ante el ventajismo y el uso y abuso del poder a favor de los candidatos del régimen… inclusive durante la jornada electoral, pero no logró transformar esta vez la tendencia irreversible.
Los ojos del mundo estuvieron puestos en Venezuela gracias a los observadores internacionales imparciales, quienes eran rechazados por la Presidenta del Consejo Nacional Electoral, sufrieron amenazas, negativas a darles credenciales y también seguridad, se les impidió entrar a los centros de votación y hasta se le retiraron acreditaciones.
Su parcialidad fue tal, que hasta el Cardenal tuvo que hacer un llamado a los sectores que tenían la responsabilidad de evitar “ilegalidades y desmanes en el proceso comicial: el CNE, las fuerzas armadas y el presidente de la República”. Exigiendo a Maduro detener su incitación a la violencia, el cumplimiento de las leyes y el cese de amenazas contra los partidos de la oposición.
Pero a pesar de todo Tibisay se encontró con que la realidad sobrepasaba sus trampas… olvidaba que los votantes son los mismos que hacen colas, que no encuentran comida ni medicinas, son los que temen por sus hijos, los que van a las morgues a reconocer cadáveres. Existe en el país un grado de conciencia frente a la inseguridad y la escasez, que no había poder, chantaje, presiones, promesas, ni alusiones al más allá, que pudieran torcer la decisión tomada.
La oposición venezolana obtuvo 7.707.422 votos, aventajando por más de dos millones de sufragios al chavismo, imagínense nada más, cuando frente a un referéndum o un nuevo proceso electoral presidencial, voten también el millón y medio de venezolanos que se encuentran en el exterior. Como consecuencia de los resultados muchas han sido las manifestaciones gubernamentales, que del mundo entero saludan esta nueva etapa de Venezuela, confiando que una vez que asuman los nuevos diputados se dé inicio a una transformación Democrática.
Maduro se planteó ganar “como fuera”, sin que la rectora abriera la boca, tras la amenaza quedó el cuerpo del joven Luis Manuel Díaz, secretario municipal de Acción Democrática en el estado Guárico. Este suceso tuvo como antecedentes los ataques con armas al diputado Miguel Pizarro y al gobernador Henrique Capriles.
Asociaciones y universidades sufrieron los embates del CNE, a quienes les prohibió cualquier referencia a las elecciones parlamentarias, mientras el Estado participaba activamente en el proceso y el propio Presidente amenazaba con salir a la calle armado, si el resultado le era adverso.
No podemos dejar de destacar la mas grave de las advertencias que recibió Tibisay Lucena, la misma vino de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general Luis Almagro recordó a Lucena que su obligación era que las condiciones permitieran la celebración de las elecciones de forma “justa y transparente”.
Almagro dirigió una extensa comunicación donde denunciaba tres elementos claves del abuso: “la inhabilitación grosera y unilateral de siete candidatos, que afectaba solo a políticos de la oposición; la manipulación de las circunscripciones para que produjeran más diputados en las regiones que hasta ese momento habían mostrado más simpatía con el régimen” y lo que denominó “la bajeza más grande en la elaboración del tarjetón electoral”, “dentro del cual, metiendo gato por liebre, trataron de disfrazar un movimiento afecto del oficialismo como una organización opositora”.
La ahora “pavosa” Tibisay parece condenada a callar, tendrá que esperar reunirse con su comandante, para poder responder y reclamarle que es su culpa, por haber dejado en su puesto a un inútil que arruinó al país y enterró la revolución bolivariana… Réquiem in pace.
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@nelcasher
Venezuela Futura

Francia

No hay comentarios:

Publicar un comentario