El Socialismo no cambia su naturaleza, pero hay
diferencias entre el Socialismo clásico del siglo XX, y el Socialismo del siglo
XXI.
Ejemplo: el primero era ateo, enemigo y perseguidor
de las religiones, pero el segundo suele mimetizarse tras disfraces religiosos,
para hacerse más atractivo; pero lo hace con religiones falsas.
En un artículo anterior identifiqué cuatro de estas
nuevas “coberturas” religiosas del socialismo actual:
(1) El sionismo, desde su creación es la forma
específicamente judía del socialismo (así como el nazismo fue la forma
“alemana” y el stalinismo la forma rusa), y se cubre con el manto de la
religion judía, y aún cristiana en el “dispensacionalismo” o sionismo
cristiano;
(2) el “jihadismo” es una forma muy agresiva, criminal y terrorista
de socialismo contemporáneo, que se cubre con el manto del Islam;
(3) el
“Social Gospel” (Evangelio Social) es el marxismo disfrazado de protestantismo,
en el mundo anglosajón;
(4) y en América latina la “Teología de la Liberación
es el marxismo disfrazado de catolicismo romano.
Pero hay más: los avivamientos del Neo-paganismo en
Europa (5), de las religiones precolombinas y afroamericanas en nuestra región
(6), y del gnosticismo panteísta que llaman la “Nueva Era” (7), visible en todo
el planeta porque es la principal componente de la “religion única mundial” que
las Naciones Unidas promueven.
Hitler ya había buscado un renacer de las
religiones politeístas indoeuropeas de raíz germánica, con sus dioses de la
naturaleza; y estrechos fueron los lazos del nazismo con los movimientos
ocultistas como la Teosofía. En la “Unión Europea”, hoy el Neo paganismo busca
revivir las creencias nativas de la Europa pre-cristiana, basadas en la
veneración de los antepasados o ancestros, y de sus dioses y diosas.
El cristianismo predica una salvación individual y
no racial; y estos cultos, por ej. los de los antiguos clanes celtas, veneran los
ídolos de la tribu: son colectivistas, y por eso favoritos de las izquierdas.
Además, las religiones que vienen del brahamanismo,
como el “druidismo”, promueven una sociedad jerárquica, de castas como en la
India, dominada por los brujos o sacerdotes, muy del tipo comunista. El
animismo (espíritus de la naturaleza) les cae muy bien a los ambientalistas, y
las feministas destacan el papel de las sacerdotisas y brujas en toda forma de
ritos y conjuros.
Las religiones precolombinas de los aztecas, mayas,
incas y otras tribus o imperios tribales eran también politeístas y animistas.
Sus dioses, identificados con las fuerzas de la naturaleza, exigían
sacrificios, animales y humanos, en especial de niños. Estas religiones iban
unidas al Estado teocrático, centralista y totalitario. La mediación entre las
jerarquías de las deidades y de los hombres se confiaba a los chamanes,
expertos en distinguir los espíritus benéficos de los malvados.
Y hasta América, trajeron los españoles como
esclavos a gente que vino con sus propios dioses, que hoy en países como Cuba,
Haití, Brasil y Venezuela, aprovechan los comunistas como otro medio de dominio
muy efectivo para sus propósitos, además de la policía, los maestros y los
médicos a sueldo del Estado.
Hay muchos puntos de coincidencia entre el
hinduismo, las viejas religiones politeístas de Europa y de África, y las del
Antiguo Oriente como las de los pueblos egipcio, asirio, babilónico y cananeo.
Por su parte la Nueva Era dice ser una nueva forma
de “Espiritualidad”, no de religión. Pero es una religión, cuyo dios es el
hombre mismo. Y sus cultores han hecho una especie de “iglesia” dentro de las
Naciones Unidas, buscando imponer una “religión mundial única”, de tipo
sincretista (mezcla de varias religiones), compañera del Gobierno único
planetario, y parte clave del “Nuevo Orden Mundial”.
¿Por qué las Naciones Unidas no han sido capaces de
resolver los conflictos internacionales ni de evitar las guerras? Porque sus
líderes ya no confían en los medios tradicionales de preservar la paz mundial:
la diplomacia, los tratados y el Derecho Internacional, el equilibrio de
poderes, etc. Por eso no se ocupan de ellos, ni les conceden mucha importancia.
Han llegado a creer que el problema son los choques entre las religiones
institucionales, y por tanto, que la solución para la paz mundial es la
desaparición progresiva de las religiones conocidas para dar paso a una única
religión mundial.
El teólogo cristiano e historiador Alan Morrison ha
documentado mucho la incidencia del ocultismo y la “Nueva Era” en la ONU. En
Internet puede consultarse su escrito titulado The Occult Character of The
United Nations. Se describe por ej. la obra de Robert Muller, SubSecretario
General de la ONU desde su creación en 1945, y por 40 años, bajo los mandatos
de tres Secretarios Generales sucesivos: ha sido el principal arquitecto de
esta penetración religiosa en las altas esferas de la política socialista
mundial.
En su libro "La Conspiración de Acuario",
un resumen de las creencias de la Nueva Era, su autora Marilyn Ferguson mostró
la influencia principal en su "despertar" espiritual: el sacerdote
jesuita Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955). Y Muller también explicó que
Teilhard siempre vio a las Naciones Unidas como la encarnación institucional de
su pensamiento, porque aplicó su filosofía monista evolutiva a la política, y
propuso la desaparición progresiva de los gobiernos nacionales y un Gobierno
único mundial.
Si tiene dudas, puede Ud. visitar la "Sala de
Meditación" (Meditation Room) en el edificio de las Naciones Unidas en
Manhattan, Nueva York, o buscar fotos en Internet, y ver Ud., con sus propios
ojos, toda esta aviesa filosofía espiritual que tanto ha penetrado a la ONU.
Alberto Mansueti
alberman02@hotmail.com
@alberman02
Bolivia
QUE COMPLETA INFORMACIÓN Y DAMOS GRACIAS POR TANTA SABIDURÍA COMPARTIDA CON TODOS NOSOTROS
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