miércoles, 9 de marzo de 2016

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, VENEZUELA, AUTOCRACIA TOTALITARIA PARA UN REFUGIO TERRITORIAL.

En Venezuela, muchos aportes de alto valor intelectual referidos al pésimo desenvolvimiento económico de los últimos años impulsado por un decadente “proyecto socialista”, se insertan en un contexto “interpretativo” de nuestra realidad asumiendo propuestas democráticas para un régimen autocrático cuya mayor demostración de democracia se ha reducido al derecho a votar; al tiempo de irse perfeccionando un tipo especial de “dialogo político” entre sordos y mudos teniendo como testigo presencial la neurótica desesperanza del pueblo.

Etimológicamente, es clara la diferencia entre democracia (cracia: gobierno y demos: del pueblo) equivalente a “poder del pueblo” sustentado en la soberanía popular y en presencia de una división de poderes como garantía del respeto del derecho de los ciudadanos y  de un control sobre el manejo de las finanzas públicas;  dictadura (ura: actividad y dictaré: de quien apunta) donde el “dictador”  tiene el poder para hacer y aplicar las leyes sin conocer límites legales e igualmente los derechos ciudadanos se restringen según disponga la “autoridad”;  totalitarismo como un sistema político donde una sola persona tiene todos los poderes sin ningún límite hasta regular la vida pública y privada, siendo el Estado el soberano absoluto que restringe la participación ciudadana al igual que los derechos individuales; y autocracia totalitaria donde el poder se concentra en pocas manos y se ejerce todo el control político, económico, social e ideológico, teniendo la precaución mediática de conservar algunas instituciones de la democracia pero bajo un rígido control del Gobierno en un contexto nada equivalente a la soberanía del pueblo, y muy por el contrario se perfila como una “democracia dictatorial” Estos sistemas tan opuestos, tienden a coincidir cuando p.ej. un “gobernante democrático” ejerce el mando de forma autoritaria (¿?), persigue a los opositores, gobierna para un solo sector del país y limita la libertad de actuación política-partidista al extremo de criminalizar con cárcel su ejercicio.
La crisis socio-económica de tipo estructural que presenta la Venezuela del presente, hace necesario mantener una actitud de lucha con espíritu crítico ante el definitivamente imperfecto socialismo del siglo XXI que ¡está cavando su propia tumba! con la potencialidad de ¡enterrarnos a todos!; ante lo cual (y para salvarnos todos) debemos liberar nuestra energía creadora  con la finalidad de propiciar una inmediata revolución social entendida como un movimiento que se origina en la sociedad en aras de enfrentar las élites gubernamentales, a la luz de grandes protestas  utilizando el proceso político como vía para lograr un cambio, en aras de romper la  estructura económica, política y social con el propósito de sustituir la “sociedad económica” en conjunto con los métodos de producción (generación de bienes consumibles a partir de materia prima bruta) y con los modos de producción (diferentes formas de organizar la fabricación e intercambio de bienes), bajo la figura de una “autodestrucción innovadora” para posteriormente estabilizarla. Vale recordar, que Lenin Vladimir Ilich Ulianov  (Lenin) en su condición de líder del primer “Estado obrero” del siglo XX condujo una revolución social para derrocar una autocracia; acción ciudadana nada parecida a un “golpe de estado” que se afianza en procurar un cambio de régimen por medios usualmente militares, que a nivel mundial han demostrado históricamente ser peor como remedio que la enfermedad que pretenden “curar”. Es de resaltar, que en general las revoluciones sociales son altamente desorganizadas con mucha espontaneidad en las protestas que usualmente concluyen en disturbios (no intencionales) sin dejar de mencionar lo atinente al mínimo papel activo que juegan las élites sociales; escenario integral en mucho generado por no existir un objetivo único y uniforme cuya ausencia nos sitúa en un indeseable conflicto ideológico  entre los participantes(cuando  el “enemigo” es el mal gobierno) como por ejemplo cambiar por completo la estructura de poder existente versus procurar reformas políticas y legislativas (en deseable dialogo) para mejorar las condiciones del bienestar social. Indefinición, que para el caso venezolano, es aprovechado por el gobierno para inducir una incompatibilidad funcional entre los dos poderes originarios (Ejecutivo y Legislativo) bajo el amparo cómplice del tsj (minúsculas intencionales), que p.ej. emitió recientemente una “sentencia” (de nuevo minúsculas) para restringir la materia contralora de la AN, fijando “limites democráticos para garantizar el equilibrio entre poderes” (¿?).
Capítulo especial merece la corrupción, que es la mayor enemiga de la democracia al deteriorar las condiciones económicas, habida cuenta de generar incertidumbre y aversión al riesgo limitando la inversión y obviamente las posibilidades de crecimiento, desarrollo y progreso. Resulta ilustrativo señalar, que en América Latina durante los últimos 30 años han sido condenados  por corrupción unos ¡12 expresidentes!: Antonio Noriega (Panamá), Luis García Meza (Bolivia), Rafael Videla (Argentina), Efraín Ríos (Guatemala), Alberto Fujimori (Perú), Carlos Menen (Argentina), Alfonso Portillo (Guatemala), Jorge Quiroga (Bolivia), Rafael Calderón (Costa Rica), Arnoldo Alemán (Nicaragua), Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), y para el caso venezolano Carlos Andrés Pérez (condenado por un “delito económico”), mientras que a la  fecha se está iniciando un proceso judicial contra el expresidente Lula Da Silva (Brasil); configurando un contexto de trascendencia que puede aplicarse en la Venezuela del presente y del futuro, ya que visionariamente los delitos contra el patrimonio público no prescriben, es decir nadie podrá salvarse del castigo al cometer delitos de corrupción.
Nos permitimos una puntualización, especialmente dirigida a los “revolucionarios venezolanos” que continuamente citan al marxismo con frases construidas que ni ellos entienden ante la ausencia de conocimiento sobre su vida y pensamiento: Karl Heinrich Marx nació el 05/05/1818 en Prusia (actual Alemania) en el seno de una familia económicamente acomodada y culta, su padre fue un brillante abogado judío y un hermano ocupó el cargo de ministro del interior. Carlos, por su parte, vivió exiliado durante muchos años en Londres mientras luchaba y escribía en un ambiente de absoluta miseria que motivó la muerte de varios de sus hijos. Una vida  cargada de VALORES (al margen de la acera donde nos encontremos) que impulsó el “marxismo” sin llegar a ciencia ya que carece de fórmulas y tablas, incluida la explicación sobre las debilidades del capitalismo que a su parecer lo llevaría a su autodestrucción y que paradójicamente lo convirtió en “salvador del capitalismo”; siendo por tanto tarea de los “marxistas” edificar su indefinido socialismo-comunismo.
Reflexión final. La “explosión” de nuevos ricos surgidos del “proceso revolucionario”, la mayoría provenientes de familias humildes que violentaron su estructura de Valores muy especialmente la honestidad, están configurando un cuerpo de “apátridas del mundo” por su delictiva conducta; razón por la cual aspiran convertir a Venezuela en un refugio territorial de su oscuro comportamiento personal “en revolución”.
Jesús Alexis González      
jagp611@gmail.com       
@jesusalexis2020
Coordinador General , Observatorio 2012
Miranda - Venezuela

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