Síntoma y llaga es el
vahído que recorre a cierta élite gelatinosa por el retiro de los cuadros de
Chávez y del Bolívar-zombi inventado por el procerato rojo. El problema no son
los cuadros sino la voluntad del régimen de anular o, si puede, hacer
desaparecer la Asamblea Nacional hoy en manos opositoras. Ese, y no otro, es el tema.
En pocos días han
apelado a diversos instrumentos. Por allí anda un espantodenominado “asamblea
comunal”, sacada de la mochila de las fanfarronadas, contrapuesta a la legítima
AN. Como ha sido tan estrafalario el intento, los camaradas han buscado métodos
alternativos. Luego, al instalarse la Asamblea, les dio un surménage porque
Henry Ramos Allup les aplicó el mismo Reglamento Interior y de Debate que los
rojos han modificado a su antojo para asfixiar a la oposición.
Más adelante, el
intento de desconocimiento de los diputados elegidos en Amazonas, a lo cual la
AN no le hizo el menor caso. Para seguir con lo que el régimen asume como una
ofensa, al descolgarse los cuadros de un ex presidente por qué no CAP o Rafael
Caldera?) y del Bolívar de la época del vudú chavista.
Todos elementos que
no son sino excusas para justificar la anulación de la AN.
Ahora vienen con la
tontera –comprada por uno que otro opositor– según la cual la sensibilidad de
los chavistas se hiere por cuadros descolgados, como si el chavista de a pie
fuese bobo y no supiera que todo no es más que burda manipulación. Como la de
hace unos meses, cuando se arroparon con la bandera por las sanciones de
Estados Unidos funcionarios violadores flagrantes de los derechos
humanos.Padrino López, quien iba a ser reemplazado como ministro de la Defensa,
parece haber encontrado la continuidad en su cargo con la maniobra de afirmar
que el honor militar –a su juicio, “condición suprarracional”– ha sido
escarnecido1.
Este es el mismo
general que no ha dicho esta boca es mía ante las barbaridades repugnantes en
contra de los héroes civiles y militares de la República, proferidas por
quienes defiende. La prueba al canto: José Antonio Páez y Rómulo Betancourt. Ni
nada sobre el pestilente dominio cubano en Venezuela.
La salida de una
dictadura es también la superación de su narrativa. Sus símbolos serán
sustituidos y Bolívar, el del patrimonio común, también renacerá de los
escombros digitales manipulados al que lo confinó la horda militarista que ya
trabaja sobretiempo.
Según el DRAE el
honor no es nada suprarracional: “Cualidad moral que lleva al de los propios
deberes respecto del prójimo y de uno mismo”.
Carlos Blanco G.
@carlosblancog
www.tiempodepalabra.com
Caracas - Venezuela
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