¿Por qué no entienden? Me he cansado de repetir
algo elemental, aprendido en las clases de Introducción en primer año de
Derecho y de Filosofía de la misma disciplina cuando cursábamos tercer año. Se
trata de lo siguiente: en una revolución, si es verdadera o pretende serlo,
primero van los hechos y después el Derecho. No puede estar sometida a una
camisa de fuerza permanente como es una Constitución o un ordenamiento jurídico
estable. Se paralizaría el proceso. Estaría condenada a fracasar. El piso jurídico,
nunca estable, viene después de los
hechos que se consideren necesarios para el avance y profundización del proceso
revolucionario. Así ha sido en todas partes del mundo bajo la dirección de
regímenes de inspiración socialista comunistoide. También en los tiempos del
nacionalsocialismo hitleriano o en la Italia fascista. Por supuesto que ha sido
lo mismo en la Cuba castrista y en países con la carga totalitaria de sus
gobiernos, independientemente del acento ideológico que los guía.
El nuevo Vicepresidente de la República, a pesar de
sus antecedentes, está comprometido en cuerpo y alma con este “socialismo del
siglo XXI”. Una de las declaraciones que más me ha llamado la atención fue
cuando dijo, palabras más o palabras menos, que esto “no es un gobierno sino
una revolución que gobierna” Todo lo demás sobra. Las consecuencias de tal
afirmación caminan en la dirección que hemos señalado. Quien no quiera
entenderlo que no lo haga, pero que no interfiera con la profunda lucha a la
que estamos convocados los compatriotas que creemos en el Derecho como
instrumento fundamental para regular la vida en sociedad, las relaciones entre
los ciudadanos y las relaciones de éstos con el estado-gobierno.
El Mensaje del señor Maduro a la Asamblea fue
deplorable en el fondo y en la forma. No hubo en sus palabras ni
arrepentimiento, ni dolor de corazón y mucho menos propósito de enmienda,
requisitos exigido para el perdón de los pecados. En este caso son muchos.
Mayores las omisiones que lo someramente relatado culpando a terceros de lo que
no tiene excusa. No habló de la inseguridad, ni de los problemas de salud para
sólo citar dos casos a la vista de todo el mundo. Por omisión también se peca
en todas las religiones.
Debemos hacer un justo reconocimiento a la claridad
y el coraje de Henry Ramos. Puso los temas en su punto. Lo que viene es duro.
Este año será terrible. El decreto de emergencia económica es un desastre que
profundiza todo lo malo del presente sin corregir nada. Si el régimen no cambia
y no lo hará, pues hay que cambiarlo en nombre de la libertad y la democracia
perdidas.
Oswaldo Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
Desde El Puente
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