Venezuela no se está
despertando de una pesadilla. No, es más dramático porque de lo que realmente
despierta es de un sueño de festines
Estimados lectores.
Comienzo mi primer escrito del año con una visión optimista de nuestra
situación. ¡Todo va a salir bien!. Se trata lógicamente de un optimismo pragmático
y racional frente a las adversidades porque todos sabemos lo que se avecina,
pero es por primera vez en 17 años, optimismo del más puro y simple. Así que me
explicaré mejor. Hace poco escuche un discurso que hacía alusión a la Mesa de
la Unidad invocando a la moraleja de la famosa fabula del burro, el niño y el
anciano (molinero). Si el burro va solo los llamaran tontos, si el anciano va
sobre el burro lo llamaran explotador, si por el contrario es el niño dirán que
es un desfachatado y si los dos se montan serán unos sinvergüenzas. En fin que
el cuento tiene varias moralejas, pero la más evidente es esta: “hagas lo que
hagas, siempre habrá alguien que te critique”.
Por su parte, el
gobierno jamás tuvo ese dilema porque en su momento el anciano que era un
delirante, tomó la decisión de matar al burro y en cada pobladito al que
llegaba hizo fiesta en el que el niño cantaba y servía una parrilla con pedazos
de burro, engañando a todos con que era carne de res, hasta que se acabó el
burro justo en el momento en el que el anciano falleció. Así que para ellos fue
en extremo fácil caerle bien a un gentío que nunca se dio cuenta que el anciano
era un tipo atroz, que explotaba a un niño robándole su futuro, que habían
sacrificado al burro y terminaron por creerse que el anciano era el tipo mas
chévere que habían conocido.
Por eso Venezuela no
se está despertando de una pesadilla. No, es mucho más dramático porque de lo
que realmente despierta es de un sueño de festines pero cuando voltea a los
lados, después del derroche, continúa en el mismo rancho y con más carencias
que nunca. Por eso hay optimismo, porque en los ranchos empiezan a descubrir
que el anciano estaba loco y que ya no hay a quien echarle la culpa, sobre todo
cuando ve al niño, que antes bailaba enriquecido o comprándole pollos a los
“pelucones” a 65 bolívares, y vendiéndolo a los más necesitados en 1.300.
Mientras, lo poco que queda del legado ya no puede explicar nada, salvo que se
terminó la fiesta y lo regalado se debe acabar. Así que es inevitable, en poco
tiempo emergerá una Venezuela donde ya no cabrá más la idiotez ideológica sino
el pragmatismo y lo mejor, es que ya todas las criticas van al perdedor.
Esa es otra gran
razón para ser optimistas, porque los nuestros no estuvieron de fiesta, sino
trabajando con las uñas. Piénselo por un instante, nuestros 112 representantes
y sus partidos llevan varios años siendo perseguidos e investigados hasta la
medula, llegan en su mayoría limpios porque han trabajado con las uñas mientras
los otros se la ha pasado de fiesta, en fiesta y nunca han sido siquiera
sujetos al menor escrutinio. Imagínese por un instante el pánico que en este
momento siente una insignificante minoría enriquecida por la corrupción que ha
perdido todo el poder por paliza, frente a una masa molesta pasando hambre y
penurias.
Por eso usted lo
primero que tiene que ver en una deprimente alocución pública donde se prometen
“pepazos en la cabeza”, es contra quienes es la escalofriante amenaza, no es
para la oposición, el llamado es para vengarse de los cientos de miles de ex
chavistas considerado traidores porque que están en este momento saltando la
talanquera, taxistas incluidos, que no quieren estar en el bando perdedor, ni
mucho menos recibir un taxi o un camión “radioactivo”. Observe que mientras
amenazan con la comuna y sin real, cientos de comunas, con cheques millonarios,
camiones, tractores etc. -que como dicen medios y analistas pro oficialistas-
fueron entregadas a primos, cuñados y amigos, están siendo cerradas a toda
prisa y hoy en inmensas piras queman todos los documentos, por si son
requeridos por la Asamblea. Así que véalo todo desde otra perspectiva, porque
el lenguaje interno es desesperado.
Comparen amigos
lectores una alocución de Chávez, llena de gente importante y otra de Maduro
para que se de cuenta ya lo poco y la calidad de lo que lo rodea, porque nadie
se quiere retratar con los vencidos. Lógicamente cuando vea quienes son los más
radicalizados, se dará cuenta que son cuatro gatos que están buscados por la
justicia internacional y dentro del propio chavismo, pareciera que tuvieran
lepra. Vea como Maduro está atrapado en sus propias redes, no puede nombrar
siquiera un nuevo gabinete, porque su gente le está exigiendo que saque a
patadas a la “derecha endógena”, mientras ésta lo amenaza radicalmente, se
encuentra arrinconado porque cualquiera de sus escogencias lo llevarán a
terminar en la soledad más absoluta.
Pero lo más duro para
el equipo perdedor, está por venir. Porque hoy lógicamente la Asamblea Nacional
ocupa el primer lugar de los titulares y las fotos de las colas han sido
desplazadas momentáneamente. Pero mientras Maduro y su TSJ trata de birlar la
soberanía del “pueblo mesmo” la gente sigue en las calles, haciendo cola,
saliendo de su peor Navidad en décadas, peleando por un pedazo de comida o una
inexistente medicina y no pocos comienzan nuevamente a escarbar en la basura de
los más privilegiados, quienes paradójicamente son altos jerarcas
revolucionarios. Le ruego que piense en ese funcionario público enriquecido,
pero frente a los millones de abajo pasando trabajo, imagine a los generales de
vuelta a los cuarteles y su encuentro con todos esos tenientes, suboficiales y
los miles en las tropas y sus familias, todos pasando trabajo. Pondere esto que
es verdaderamente dramático para Venezuela: por primera vez todos estamos en la
misma cola para comprar un pollo, café o buscando medicinas y preguntándonos
¿qué pasó en verdad?, de allí mi optimismo.
Piense que mientras
Maduro tiene que enfrentar un paquetazo profundo en el peor momento histórico,
y grita que ahora o nunca logrará implantar el comunismo, todos verán la
terrible suerte que correrán algunos de sus familiares en Nueva York y entonces
la Asamblea se encargará de mostrar sus muchos dientes, ampliando un poco más
la vida de ricos y famosos que tienen unos pocos abonados directos del
petróleo. Así que estemos pendientes de las jugadas sucias y desesperadas del
régimen, pero en lo que hay que trabajar es en sostener la poca
institucionalidad que queda, y recoger los pedazos, cuando este régimen termine
de descascararse. Por eso, el próximo 5 de Enero, fecha en la que posiblemente
los representantes chavistas apuesten por poner de nuevo la torta frente al
mundo, atendamos y acudamos al llamado de acompañar a nuestros 112
representantes a la Asamblea, mientras el planeta entero que nos ha respaldado
estará vigilante y con mucho optimismo observando ese día histórico para
Venezuela.
Thays Peñalver
thays.penalver@me.com
@thayspenalver
Caracas - Venezuela
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