El gobierno de Santos
es manirroto con los narcoterroristas de las Farc, pero avaro con los sectores populares; eso quedo demostrado
el pasado 30 de diciembre con el aumento del salario mínimo que apenas fue
del 7% quedando en
689.455 pesos mensuales, los cuales no alcanzan para que las familias
del millón setecientos mil trabajadores
que lo devengan puedan sobrevivir, y eso sin contar con el 60% de la
población económicamente activa que se encuentra en la informalidad, de la
cual una
mayoría no gana ni el mínimo
igual que millones de
asalariados, agregando a lo anterior el
porcentaje de desempleo que sigue siendo
uno de los más altos en Latinoamérica
El exiguo
aumento del mínimo para el 2016, es
el punto de quiebre entre el gobierno y las organizaciones sindicales,
ya que el actual presidente prometió en su campaña reeleccionista la
rebaja al 4% en los aportes a la salud de los pensionados que actualmente es del 12%,
además planteo derogar la ley 789 del 2002 que prolongo el día hasta
las 10 de la noche para no pagarle horas extras a los trabajadores, igual
sucedió con los dominicales y festivos que fueron reducidos salarialmente, lo
anterior significa que la administración central va rumbo a una encrucijada
social; en donde los diálogos de la Habana no pueden servir de excusa para
frenar la autentica y legitima
movilización social en cabeza de las organizaciones populares.
Por ello hay que rechazar en la lucha social, el
oportunismo y la infiltración de la secta marxista con sus diferentes
mascaras. Comenzando por las bandas armadas de las Farc y el Eln quienes
nunca han representado los intereses del
pueblo, ya que a sus cabecillas no les
interesa solucionar las aflicciones de
las masas, pues lo que han buscando por más de 51 años es tomarse el poder
político para siempre, usando un discurso miserabilista en donde de manera
ladina dicen defender a los humildes, pero como patraña para adelantar sus aviesos planes.
En el 2016 las
organizaciones sindicales y sociales, se
deben disponer para grandes movilizaciones a lo largo y ancho del país, pues
las fuerzas populares alejadas
de los intereses mezquinos del marxismo son las llamadas a desarrollar las luchas reivindicativas
en favor del pueblo colombiano y en
contra de las medidas antipopulares del gobierno, en donde todo esa sumatoria
de esfuerzos debe desembocar en un Paro
Nacional; que le exija al ejecutivo cumplir lo prometido, con un aumento digno
de salarios para los trabajadores, amén de las
otras reivindicaciones sociales y
económicas de amplios sectores populares que
esperan una repuesta
efectiva por parte de Santos
La CGT (confederación general del trabajo) como la central sindical
con mayor capacidad de convocatoria en
Colombia, debe convertirse en promotora de
las movilizaciones para mostrar
el repudio a las medidas del gobierno,
que tampoco le ha cumplido a los campesinos, quienes realizaron el paro
nacional agrario de 2013, y por ello se espera que el sector rural vuelva por
sus fueros para hacerle cumplir al ejecutivo
las promesas emborregadas.
Para no caer en confusiones y engaños se debe de separar las negociaciones de La
Habana con las luchas sociales que se avecinan, pues como lo hemos reiterado en
varias ocasiones las Farc únicamente se representa a ellas mismas, y si algunos
campesinos van a las marchas que
ha promovido la narcoguerrilla es por la
amenaza y el terror que sucintan en las
zonas en donde hacen presencia. Entonces la mermelada santista que sirve para
mantener la corrupción, el clientelismo y complacer a la narcoguerrilla,
endeudando mas al país ante el bajonazo
internacional de las materias primas, no
tiene nada que ver con los más
humildes como ocurrió en el caso del aumento del salario mínimo, de ahí que la
protesta social esta al orden del día y por ello se debe emplazar al gobierno
nacional para dar soluciones a los graves problemas sociales y económicos que
aquejan a las mayorías nacionales.
El gobierno debe
fortalecer el dialogo con las organizaciones populares especialmente las
sindicales, para abandonar esa política
social engañosa que ha manejado durante
más de 5 años, así como busca
afanosamente un acuerdo en Cuba con un grupo violento que lo más notorio que tiene para presentar es el terrorismo con el cual amedranta a la población, ya que al ser las Farc una ínfima minoría pretende mediante la fuerza bruta imponer su
voluntad siguiendo la teoría foquista del asqueroso criminal “che” Guevara quien decía
que si no hay condiciones para tomarse el poder, el foco insurreccional
las crea; por eso a las Farc poco le
interesa la opinión del pueblo o las
afugias de las mayorías nacionales, pues los sofismas marxistas leninistas que
siguen y que son supersticiosos, les han enseñado a despreciar
el querer y las aspiraciones de las
masas.
Los sindicatos como
principales representantes de la sociedad civil, tienen que estar preparados
para la lucha en el 2016, desarrollando
la protesta social y pacífica, basada en
la autonomía y solidaridad, principios fundamentales del movimiento de los
trabajadores que permite tener independencia frente al gobierno; por ello
reiteramos que la CGT es la central obrera que tiene la mayor capacidad para ponerse al frente de la protesta, reafirmando
que la lucha social jamás es un activo
del marxismo. Las movilizaciones para
las reivindicaciones inmediatas e históricas
con un trabajo decente por una vida digna, no pueden ser manoseadas por
el comunismo totalitario cuyos intereses burocráticos y estatistas son
inversamente proporcionales al de los
trabajadores.
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia
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