lunes, 4 de enero de 2016

RODERICK NAVARRO, LIBERTARIOS Y LIBERALES DE VENEZUELA

La Libertad es lo más importante, porque sin ella la vida sería una muerte, un vegetar. Esto es una filosofía de vida. Este pensamiento libertario, esta invitación a mayores profundidades, no puede verse simplemente como una ideología política más del montón.

Cuando digo libertario lo hago para utilizar una etiqueta que me permita diferenciarme del ideologismo de las “élites” liberales. El liberalismo venezolano, convertido formalmente en un primo hermano del progresismo y que a ratos añora la social-democracia del siglo pasado, no es la solución al problema que tiene nuestro sistema político, sino más bien existe como una consecuencia del problema en su raíz: la cultura. Las 3 grandes banderas del liberalismo, el Estado mínimo, los derechos individuales y la economía libre, fueron alienadas y sometidas por la tan pop justicia social de la prole blanquiverde.

Más allá de ésta observación, hay muchos liberales en Venezuela que no siguen a estas “élites”. No respaldan incoherencias y no toleran que el Estado siga metiéndose en sus vidas. A ellos, es a quienes dirijo también mi interés en este año nuevo.

Venezuela necesita un cambio sumamente profundo, de raíz, en lo político. El inicio de este cambio se encuentra en lo cultural. La cultura como el periódico cultivo del hombre, es una relación de su pensamiento con su comportamiento. En este sentido podemos innovar como nunca antes había ocurrido en la historia de nuestro país: nunca antes había existido un movimiento cultural libertario que quiera impactar en la sociedad hasta hacerla cambiar su rumbo. Hablo de un Renacimiento venezolano. Soñemos por 5 segundos. Una consecuencia a largo plazo de esto sería la llegada al poder de un grupo político libertario. ¿Y qué haría un gobierno libertario? Haría de Venezuela, en términos muy generales, un país con una positiva cultura influyente en la región, el más exitoso en términos económicos y en un ejemplo político a seguir. Esto es posible en una década de vida-país.

Pero volvamos a la realidad. Tenemos que comenzar desde cero. Esa fue la frase que marco el nacimiento de Venezuela Futura como centro de pensamiento político y cultural hace tres años. Y comenzamos, desde cero. Ni imaginábamos el alcance que tendríamos, tampoco la cantidad de venezolanos que creen en ésta filosofía de vida que mencionaba al principio. Y es que en las raíces más profundas de nuestra cultura como civilización se encuentran el hedonismo, el caos y la productividad muy unidos entre sí. Tres elementos positivos para mí, sobre todo el  caos, porque es una constante invitación (actitud) al cambio y a la creación en momentos de oscuridad.

Tenemos un escenario propicio en Venezuela para el nacimiento de un movimiento cultural sin precedentes. Los libertarios tenemos que hacer cultura, tenemos que hacer política. Los liberales de verdad, también. Por esto uno de mis propósitos más fuertes en este año nuevo es conocerles e invitarles a unir nuestros talentos, esfuerzos, experiencias y recursos para ser más fuertes que los socialistas, desplazarlos, salvar al país y disfrutarlo como debe ser, como nos lo merecemos.

Nada de gracia tiene la muerte lenta de nuestra juventud en manos de tantos mediocres. Al final de esta historia, nosotros mismos nos convertimos en nuestra única opción, somos nuestra única esperanza de vivir libres y prósperos en Venezuela.

Un libertario es muy fácil de reconocer. Es una persona que no quiere que el Estado se meta o controle los distintos planos del desenvolvimiento de su vida, sobre todo en lo económico. Es una persona que le gusta que las cosas funcionen: cree en la responsabilidad individual y en el yo-puedo-hacerlo, es decir, un libertario no le dice a usted no se o no puedo, sino vamos a intentarlo o busquemos al que sabe hacerlo. Un libertario le gusta la excelencia, por eso apoya a políticos de altura; si no existen políticos que lo representen no tendrá problema en decir “ninguno me representa”, porque antes que apoyar a un menos peor prefiere dormir tranquilo con su conciencia. Un libertario es aquella persona que cree en la diversidad y en la Libertad de pensamiento, por eso respeta lo que piensa y lo que es el otro. Cree en la legítima defensa si el Estado no puede cumplir con su rol de Seguridad y Defensa. Además, valora mucho trabajar para ganarse las cosas: no le gusta nada regalado, sobre todo si viene de políticos o del Estado. Al libertario le gusta leer porque le es importante tener criterio propio, es decir, no son superficiales como los que dicen “si lo dijo fulano o mengano entonces eso es lo que creo”. El libertario es una persona de espíritu sumamente joven porque le gusta disfrutar, gozar, su vida a plenitud, es por eso que tratan a los demás como quisieran que fuesen tratados de vuelta. El libertario es un ser ambicioso y soñador. Y en esta época, un libertario nunca le dirá que vivimos en Democracia.

Nosotros tenemos la determinación y la firmeza que no tienen los que NO pudieron detener la destrucción de Venezuela. Y cuando digo la destrucción quiero que lo veamos como una forma de esclavitud. No se puede ser libre cuando NO se vive como uno quiere porque el  país no te lo permite. Es por eso que la rebelión cultural que representa la unión de los libertarios y liberales de Venezuela es un romper con esa esclavitud como forma de vida y como destino. Destruir esa normalidad es una actitud vitalista y contra mundum que rompe el cordón umbilical con los políticos que absorben nuestras vidas elección tras elección sin cambios. Destruir y crear. Crear y disfrutar. Disfrutar y trascender.  Vamos a emprender,  innovar y transformar nuestro entorno. Estimulando lo mejor de nosotros mismos, estaremos estimulando lo mejor de nuestra civilización.

Los libertarios que hacemos política por pasión, hace mucho tiempo que tomamos la decisión de prepararnos para ser los mejores y gobernar el país en el largo plazo. Si no comenzamos a darle vida a ese propósito, en menos de 50 años nuestro país será despedazado territorialmente por otros países. Pasaríamos a ser reclamados por intereses en Brasil, Colombia, Rusia y China por solo mencionar algunos obvios ejemplos. De viejo yo no podría ver a los ojos a ningún joven nacido en esta tierra.

De tal manera que no hay lugar para desánimos ni brazos cruzados. Esa es la actitud genuflexa que es grata a los ojos de los déspotas. Nada se conquista sin sacrificios, sobre todo la Libertad de un país. Nuestro deber es defender a Venezuela, cueste lo que cueste.

Hagamos lo propio y demos el primer paso en este año que llega: seamos la alternativa al socialismo que necesita Venezuela para salvarse.

Libertad o nada
Roderick Navarro
rodnavarro13@gmail.com
@RoderickNavarro
@VFutura
Foro Libertad

Miranda - Venezuela

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