“La crisis es tan grande, y tantos los años de mal
gobierno, que no se puede salir de un día para otro”. Eso nos dicen los
Gobiernos de la derecha mala, estatista y mercantilista, y siempre proclive a
congeniar con la izquierda. Por ej. el Gobierno Macri en Argentina.
Pero no es verdad. Sí se puede. Si se aplican los
remedios idóneos para la naturaleza del mal, todos y a fondo, los beneficios
para la población se ven de inmediato. Y sólo así pueden ser duraderos.
Ejemplos: los “Cuatro Dragones” de Asia en los ‘70 y ‘80, y después las “Zonas
Especiales” con capitalismo en China.
Pero si los remedios no son los apropiados, o no se
aplican todos sino sólo algunos, o en medida escasa (aunque a sus enemigos,
toda pequeñez ya les parece demasiado), entonces los buenos resultados no se
verán nunca, o serán muy insuficientes y para unos pocos nada más. Y así la
izquierda regresa al poder, tras unos años, repotenciada, y revierte lo poco
bueno que se pudo lograr. Ejemplos: países de América latina con el “Consenso de
Washington”, o sea el “Neo” liberalismo, desde los ’90.
Los del Centro de Liberalismo Clásico para América
latina estamos creando fuerzas políticas que lleguen a ser mayoritarias, para
ganar elecciones, y aplicar los remedios, en varios países. Eso sí lleva
algunos años, digamos a plazo medio. En lo inmediato no hay salida; a corto
plazo no podemos salir del ciclo infernal del estatismo: fase de izquierda,
luego reacción “Neo” liberal, y después vuelta a empezar.
Los remedios son las Cinco Reformas para quitar el
estatismo de la economía y de la sociedad: (1) política: para poner al Estado
en su lugar, brindando seguridad, justicia y obras de infraestructura; (2)
económica: para poner a los privados a crear riqueza para todos, con apertura y
libre mercado; (3) educativa, para tener enseñanza privada, competitiva y
accesible; (4) médica, para que la atención privada sea eficiente y al alcance
de todos; (5) previsional, para tener jubilaciones y pensiones dignas. Eso no
ofrece el “Neo” liberalismo; mucho menos la izquierda blanda, y ni hablar del
socialismo duro.
¿Qué se requiere? Dos tipos de medidas, que pueden y deben aplicarse de inmediato, si hay mayoría suficiente: (1) recuperar, por referéndum, la vigencia de las originarias Constituciones liberales en nuestros países, por ej. la de 1811 en Venezuela, la de 1828 en Perú y Chile, la de 1834 en Bolivia, y las de 1853 en Colombia y Argentina. Con tres enmiendas, para consagrar los “tres pilares”, o sea principios y valores de la convivencia civilizada: Gobiernos limitados, mercados libres, y propiedad privada. Y con las demás enmiendas para actualizarlas, tal como explica nuestro compañero Humberto José Rivero.
(2) Esos cambios constitucionales van a dar piso
jurídico y legal para el paso lógico siguiente: derogar las leyes malas,
contrarias a estos tres principios, para que las leyes buenas anteriores
también recuperen su plena vigencia. Las leyes malas se clasifican, enumeran y
describen en nuestro “Catálogo de Leyes Malas”, parte del “Manifiesto Liberal La
Gran Devolución”, que puedes consultar por la Internet. (3) Y de esta manera
pacífica y democrática, en pocos años de Gobierno liberal, se pueden concretar
las reformas.
Ahora estamos haciendo una corriente de opinión en
favor de las reformas: una parte del público ya las conoce, se identifica con
ellas, y les hace propaganda. ¿Cómo? Por los medios de prensa, en todo lo que
se pueda, y por las redes sociales; pero principalmente de boca a oreja, cara a
cara: cada quien da a conocer este Programa y Plan político, y todas sus
ventajas, a sus allegados de la familia, amigos y compañeros de trabajo o
estudio, vecinos. La vía personalizada es básica, porque sólo así se puede
adecuar el mensaje a cada receptor, como recomienda nuestro compañero Luis José
Madero: se explican todas las reformas, pero comenzando por la que más interese
a la persona a la que se comunica, según si es maestro, taxista, informal,
enfermera, jubilado, policía, madre de familia, periodista, desempleado,
profesor o estudiante.
En Venezuela por ej. las condiciones son muy
difíciles por la escasez de bienes y servicios, por el bloqueo cambiario
decretado por Maduro, por un socialismo oficialista tiránico y por una
“oposición” socialista que es complaciente e ineficaz. Sin embargo, Humberto José
Rivero y nuestros amigos organizan una red de células, que se autofinancian con
compraventas y envíos entre los venezolanos en el exterior y en el país.
Sus miembros identifican productos venezolanos para
enviar a los familiares o amigos en el extranjero, y artículos que escasean en
Venezuela, que se puedan allegar desde los otros países. ¡Y funciona! Con este
intercambio todos nos aprovechamos, y de paso mostramos al país y al mundo que
el comercio libre es benéfico y es práctico, y el capitalismo liberal es
aplicable y es moral. No hay otra alternativa mejor.
Así ponemos las bases para edificar los partidos
políticos inspirados en el liberalismo clásico, que van a hacer las Cinco
Reformas. En su momento, y ya con los partidos en pie, lucharemos por su reconocimiento
legal. Postularemos entonces candidatos al Parlamento, y tendremos congresistas
en número suficiente como para llevar adelante “La Gran Devolución”. ¡Y también
va a funcionar!
Alberto Mansueti
alberman02@hotmail.com
@alberman02
Bolivia
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