martes, 23 de febrero de 2016

JESÚS BOLÍVAR, ¿MADURO ESTÁ BUSCANDO QUE LO TUMBEN?

Las últimas semanas en Venezuela han estado influenciadas por una mar de rumores, tanto de sectores de la denominada revolución como factores de la citada oposición, todos hablan de la salida del Presidente Nicolás Maduro, ya sea por vías constitucionales o por mecanismos no democráticos: golpes de estados, conspiraciones, revueltas, etc. El ambiente viene acompañado de las supuestas intenciones de avizorar la concreción de un supuesto Autogolpe, y la sombra castrense nuevamente se ha posado sobre los más ardidos dirigentes, como una forma de señalar que aún su preponderancia no ha desparecido en América Latina.

Observar el caso venezolano en referencias a Autogolpes y salidas negociadas nos lleva a pensar en el papel histórico, de un movimiento popular de izquierda. Para la Revolución Bolivariana y el gobierno de Maduro, la posición en la historia es sumamente importante y eso nos lleva a interpretar que la salida negociada es un recurso de último interés, porque si esta vía fuera tomada dejaría el proyecto como un barco que fue abandonado a merced del desastre político, social y económico del país. La Revolución seria un movimiento de cobardes, que defraudaron al pueblo y lo dejaron en manos del futuro incierto y de la barbarie.

Basta rememorar algunos sucesos de la historia Latinoamericana para obtener una visión más clara:

Chile 1973: Salvador Allende toma medidas que van en pro de garantizar la soberanía del cobre y la sal. Estatiza empresas privadas, y se convierte en el líder de la izquierda suramericana. Pero todo ello trajo consigo un ataque de las corporaciones, por haber diezmado sus intereses. La vertiente económica del gobierno de la Unidad Popular comienza a hacer metástasis, el déficit presupuestario aumenta, las reservas internacionales caen en picada de forma terrible. Y por último se da lo que los economistas llaman una contracción económica, porque Allende respondió a distorsiones en la economía con un régimen de control de precios que provocó que muchos productos desparecieran de los anaqueles y que la inflación se disparará a un ritmo avasallante. Para responder ante los hechos, el gobierno optó por aplicar la emisión de moneda inorgánica aumentando así aún más la inflación. Las Fuerzas Armadas de Chile también fueron atacadas pero de forma más vil y sanguinaria, el Jefe del Ejército chileno Carlos Prats es asesinado, por consiguiente el control de los uniformados es asumido por el militar Augusto Pinochet. De esta manera las piezas estaban perfectamente colocadas para que el 11 de septiembre de 1973 se llevara a cabo un Golpe de Estado contra el gobierno de Allende, la respuesta fue la resistencia al grado de inmolarse el propio Presidente, para cumplir el mandato que le había dado el pueblo y quedar “firme ante la historia”. Toma el gobierno Pinochet y se inicia una dictadura militar de 17 años acompañada de la oscura represión y la censura.

Perú 1992: en la presidencia de Alberto Fujimori, el Congreso en manos de la oposición adelantó leyes, rechazó proyectos, crítico y desafío la postura del Presidente. El parlamento colocaba frenos a las iniciativas de Fujimori, quien buscaba aplicar medidas económicas y acciones contra los grupos subversivos que hacían fuerte presencia en el país. Todo esa disyuntiva llevo a Fujimori a tomar medidas violatorias a las leyes de la nación y es así como encabeza un denominado Autogolpe que lleva a desconocer y deslegitimar al Congreso es decir al poder legislativo, al Poder Judicial y a la Contraloría; por considerarlas obstáculos para el avance del país. El sector militar responde con un intento por derrocar al gobierno, los militares fracasan y son encarcelados. Fujimori quien se encontraba refugiado luego de los hechos reapareció y ejerció el poder, ya que “él busco el Autogolpe no para renunciar, sino para tener el poder total”. A pesar de ello la presión de los organismos internacionales lo obligó a convocar nuevamente a elecciones para el Congreso del Perú.

Guatemala 1993: Jorge Serrano Elías gana las elecciones presidenciales de 1990 y asume el poder en 1991, durante su gobierno se incrementan a niveles escandalosos los casos de corrupción política e institucional, el sector económico se agudiza, la crisis impacta en áreas como la inflación, se ejecutan medidas de aumentos en los servicios públicos que desmejoran la calidad de vida del pueblo guatemalteco. Ante la reacción popular de protestas, el Gobierno de Serrano responde con represión y muerte, es así como la política exterminadora se expresa con el macabro asesinato a manifestantes incluidos jóvenes, trabajadores y profesores. Ante la crisis institucional el Presidente ordenó emitir un Decreto donde exhortaba a la población que el Poder Legislativo expresado en el Congreso, el Poder Judicial manifestado en la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Publico serían disueltos y el poder se concentraría todo en manos del Ejecutivo. La realización de estos eventos adelantaron la salida de Serrano Elías, quien “sin quererlo o queriéndolo busca su retirada del poder”. Población civil y militares se unieron logrando así que el Presidente abandonará su cargo y huyera del país con destino a Panamá.

Argentina 2001: Argentina atraviesa la crisis heredada del gobierno de Carlos Menem quien con un supuesto ropaje peronista, llevo a su país a la más difícil situación económica, con un alto déficit fiscal, alto niveles de desempleo, un PIB decreciente, pobreza en aumento, deficiencia en el sector educativo. Y medidas para entregar al capital extranjero las principales empresas publicas, tales como: Aerolíneas Argentinas, YPF: Yacimientos Petrolíferos Fiscales e INTEL. En ese ambiente asumió el poder Fernando de la Rúa, un radicalista de tendencia no carismática en comparación a otros políticos de la época. De la Rúa aplica bajo sus consejeros y asesores económicos medidas de recorte en aéreas neurálgicas como la salud y la educación, buscando así recuperar y sanear la economía de la nación argentina. Otro de las medidas y quizás el detonante del caos fue el denominado “corralito bancario”, donde se congelaron los ahorros bancarios que millones de argentinos tenían en las entidades financieras. El movimiento que exigió la renuncia de De La Rúa fue dirigido por la clase media, los primeros intentos costaron sangre, pero finalmente el Presidente abandona el poder en diciembre de 2001, bajo la frase: “vámonos que aquí no nos quieren”.

Todos estos eventos históricos tienen una similitud, y es que la historia los guarda como una huella imborrable, que transmite el recuerdo negativo y la no posibilidad de retornar como movimientos salvadores de las naciones. Por supuesto, exceptuando de estos casos a Allende que prefirió inmolarse antes que renunciar al poder que le otorgó el pueblo. Todos los demás quedaron marcados como seres cobardes en medio de circunstancias económicas y sociales gravísimas, que en muchas ocasiones buscaron la salida del poder o aferrarse más a este, siendo finalmente sacudidos por las fuerzas de los pueblos que los enterraron en los anales más oscuros, y penosos, de la historia. Convirtiéndose de esta manera en oprobio, pero de necesaria consulta para recordar lo que no se debe hacer.

Y empecemos con lo crucial:

Salida Negociada: como lo dijimos al inicio del articulo, esta posibilidad implica acuerdos con sectores contrarios: oposición, sectores de derecha, significa asumirse como responsable total de la situación económica de la República y reconocer que bajo sus medios, el Gobierno de Maduro no tiene como resolver el problema y abandona el barco dejándolo en manos de los que antes hacia responsable de la vorágine económica. Este panorama conduce a que el sistema Socialista se considere incapaz, y cobarde al grado de entregar el poder.

Conspiración de la Oposición: enfoca el tema que bajo las aspiraciones presidencialistas de los dirigentes de la oposición, cada uno de ellos busca diversos mecanismos para cortarle el camino al Gobierno de Maduro, es decir no permitir que este cumpla los seis años del periodo constitucional completo y en este ambiente todos se debaten quién toma el liderazgo de la oposición. Es una conspiración muy particular por que los lleva a públicamente hablar de mecanismos constitucionales, quizás por saber que a pesar de tener la mayoría en la Asamblea Nacional, ese pueblo que los voto responde sinceramente por la debacle económica y no por propuestas. Y que a su vez es muy arriesgado incitarlos a tomar otros caminos. Todos los sectores que agrupan estos hechos se agrupan bajo la presencia de los siguientes personeros, reconocidos por muchos como precandidatos presidenciales en posición adelantada, ellos son: Lorenzo Mendoza, Henrique Capriles Radonski, Henry Ramos Allup, Henri Falcón y Leopoldo López. Cada uno con formas de pensar muy diferente, pero unidos por un mismo propósito.

Conspiración de Sectores Revolucionarios: basta recordar las declaraciones del alcalde del Alto Apure, padre del ex ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, para suponer las intenciones del ex funcionario y militar de la generación del 4F por convertirse en el ungido para salvar la Revolución. Acompañando estas intenciones, también se avizoran los intereses de un núcleo de gobernadores militares que confabulados debaten la salida o no del Presidente Maduro y perfeccionan planes para la posición que deben asumir si llegaran a presentarse condiciones mas difíciles o situaciones de definición. Se encuentran en ese movimiento los gobernadores: Francisco Arias Cárdenas, gobernador del Zulia; Jorge García Carneiro, gobernador de Vargas; Francisco Rangel Gómez, gobernador de Bolívar; José Gregorio Vielma Mora, gobernador de Táchira; Alexis Ramírez, gobernador de Mérida y Luis Mata Figueroa, gobernador de Nueva Esparta. Todos los militares se caracterizan por su estrecha relación con el Comandante Chávez en su gobierno y por conocerlo mucho antes que el propio Presidente Nicolás Maduro.

Alto Mando Militar: en nuestra FANB, es vital señalar que el grupo de Generales, jefes de Componentes, Tenientes-Coroneles, Capitanes, Coroneles y Mayores se encuentran fuertes y plegados a la figura del Presidente Maduro. Muchos quizás por el aseguramiento de las condiciones de las cuales gozan, y otros por respeto a la investidura presidencial y para evitar negarse la tranquilidad o quedar como un  traidor en medio de leales. Es difícil que un movimiento de militares tenga efecto en estas circunstancias, y de ser así ese grupo seria rápidamente sofocado. Los militares no quieren optar por las vestiduras de gorilas, porque saben las nefastas consecuencias de una locura de tal magnitud.

Finalmente queda la posición histórica con la que iniciamos, Nicolás Maduro no puede dejar a la estructura del Partido Psuv, al Gran Polo Patriótico, a las fuerzas revolucionarias como una bandada de personas que abandonaron todo al momento de la chiquita. Por ello toda está en sostener el poder ha como de lugar y si surgieran movimientos que los sacudan del poder, ya sería un ataque a la Revolución que los obligó y despojo del gobierno. El partido, Maduro y la dirigencia política quedaría en la capacidad de prepararse y poder retornar para seguir con la lucha por el poder político en Venezuela.  “Porque si no se estaría traicionando un legado, y eso es drástico por su peso y rompimiento de compromiso histórico.”
  
Jesus Eduardo Bolivar
jesuseduardobolivar@live.com 

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