Maduro afirmó que se iba a reunir con el sector empresarial de la Nación para constituir, en concordancia con ellos, un modelo financiero que impulse la producción y termine con el rentismo petrolero.
El mismo discurso cuando se ve con la soga al cuello. La realidad es que las estatizaciones y los controles arruinaron la economía, destruyeron el aparato productivo nacional, para hacerlo dependiente de importaciones corruptas. Desmantelaron PDVSA nuestra principal empresa, que otrora estuvo entre las mejores del mundo. Mantienen un sistema cambiario que solo ha producido corruptos multimillonarios.
Desmanteló el sistema de servicios públicos y paremos de contar. El gobierno es el único responsable de esta catástrofe, y ciertamente es el único que podría ser el auténtico promotor del bienestar colectivo en una alianza complementaria con el sector privado, pero no hay confianza.
Se impone la realidad, la desviación populista que distorsionó toda la vida social y económica. Todo por imponer un modelo político de concentración de poder y dominación de la sociedad y atribuir a todos los que piensan distinto, intenciones golpistas y perversas.
Es el discurso repetitivo que recula cuando le conviene. El mismo que atacó sin piedad a los que saben producir, mediante expropiaciones e intervenciones de empresas y fincas.
No es nada nuevo, es un método de engaño para surfear la crisis.
Los sectores agrícolas y agroindustrial sufren los embates no solo de la falta de transporte de carga, sino de escasez de maquinaria, fertilizantes, equipos, semillas, etc. Solo ellos conocen su precaria situación, es una calamidad.
Se trata de la grave crisis producto del modelo fracasado. Mientras no cambie el modelo que destruyó el tejido productivo, que con el vigor de varias generaciones impulsó la iniciativa privada, todo seguirá igual o peor.
Más allá del modelo financiero, se trata del modelo económico en general, que es producto del modelo político, mientras éste no cambie se profundizará más la crisis; y en lugar de abordarlo, el régimen sigue con la lata de la conspiración, con el cuento de la guerra económica y persiste en la letanía del golpe.
Jesús Alberto Barrios R.,
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob
Carabobo - Venezuela
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