La premura de la
salida democrática del Presidente venezolano como consecuencia de la crisis que
vive el país, prácticamente nos obliga semanas tras semanas volver sobre el
mismo tema, en otras palabras, nos convierte en modestos escribidores
repetitivos.
Cuando titulamos este escrito “Entre dos o
tres semanas” me refiero de una vez al lapso transcurrido desde el momento en
que la Mesa de la Unidad Democrática comenzó a barajar las alternativas
impresas en la Constitución Nacional para librarnos del Gobierno medieval que
preside Nicolás Maduro.
Es probable inclusive
que haya transcurrido más de tres semanas y hasta ahora no se ha podido dar con
la clave de cuál de los procedimientos es el más expedito o el que con mayor
facilidad pudiera colarse entre las garras del Tribunal Supremo de Justicia.
Por lo expresado
tanto por dirigentes políticos, como por grupos de expertos
constitucionalistas, exmagistrados del TSJ y algunas individualidades, se da la
coincidencia de que las dificultades con las que pudieran toparse para evitar
el avance bien sea de la enmienda, el revocatorio o la constituyente, si fuera
el caso, son las mismas trancas con pequeñas diferencias únicamente.
De manera, que solo
desarmaría de la cuchilla a los togados rojos las protestas enérgicas del
pueblo en la calle, pero utilizando como bandera la decisión constitucional que
previamente haya asumido la oposición, de allí el apuro.
Entonces, ¿Qué hacer?
¿Continuar mirando sin capacidad de respuesta como el gobierno se apropia de
cuanta cosa se mueve a su lado? o ¿Esperar a que el día menos pensado el pueblo
pierda la paciencia capuchina y salga a reclamar lo que sus dirigentes no
fueron capaces de exigir?
¿O, que cada uno de
los partidos que conforman la Unidad salten por su cuenta y riesgo, unos
pidiendo una cosa y otros, otras, trayendo confusión y mayor desaliento a la
gente que está colmada de tantas y tantos maltratos y laberintos?
Esto implica una
crítica sana al partido Primero Justicia y a su máximo líder Henrique Capriles
que la semana pasada decidieron salir a recorrer el país llamando a
revocatorio, porque fragmentar la sinergia, la Unidad, nunca darán buenos
resultados, entendiendo, sin embargo, que la paciencia se va agotando y conduce
a la irracionalidad la mayoría de las veces.
Como sea, pero no hay
cosa que asuste más a un Gobierno de las características u origen que sea, ver
a un pueblo salir a la calle a reclamar lo suyo, lo que por derecho le
corresponde. Más aún, sin ese régimen es flácido, blando, que sabe que sus días
están por concluir, que no hay ninguna posibilidad de prolongar la vida si el
soberano hace respetar su voluntad.
Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario