Un dia el Presidente
Chávez montando en uno de esos extravagantes templetes en plena Avenida Bolívar
le dijo al país y a miles de sus seguidores que mandaría hasta el 2050 o algo
parecido; dijo que había llegado para
quedarse, en medio de un arrebato oratorio de locura y sed dictatorial.
En esos tiempos, el
militar devenido en Presidente, no perdía oportunidad mediática para decirle y
repetirle a los venezolanos que los demócratas no volverían, que primero vendrían a gobernar Tarzán, Capulina, Mandrake y no se
quién más, pero que ellos se quedarían mandando por siempre como sucede en los
cuentos sin fin ¿Recuerdan?
Yo diría que en esos
episodios comenzó a gestarse la desviación de los valores democráticos. Los
“rojiverdes”, esos militares mezclados
con comunistas frustrados de toda la vida, se fueron metiendo en todas las
rendijas de la institucionalidad democrática desvirtuando todo y mandando a la
sociedad civil como si estuviéramos
metidos en un cuartel. Yo diría que en esos tiempos, cuando la gente comenzó
a uniformarse de rojo; cuando la gente andaba por la calle vestida con prendas
militares y se creían combatientes cubanos de Playa Girón comenzó a extraviarse
la democracia, gracias al poder indiscutible que tenía Chávez como amo de
pueblo; dueño de todos los poderes del Estado que se fueron convirtiendo en
instrumentos despreciables para satisfacer la voluntad de un tirano.
Les cuento, que por
la plaza Bolívar se pasaba de broma, porque hasta los círculos bolivarianos se
apoderaron de los espacios y cualquier cristiano, partido o movimiento que
osara hacer un acto allí, sabía que sería agredido y expulsado a palos y
piedras como si se viviera con energúmenos en la era cavernaria.
La cosa se complicaba
cada día más y el desastre económico fue tomando vida con el mal manejo del BCV
, con decisiones personalistas de la economía, fomentando el odio de clases,
las expropiaciones, el abuso el irrespeto a la propiedad privada de los demás,
fomentando las invasiones de edificios, terrenos, casas, empresas un verdadero
desmadre.
Hoy pienso, que la
revolución bolivariana ha sido lo peor que le ha podido suceder a Venezuela,
pues caímos en manos de ladrones que has espalillado nuestros recursos
financieros usando la conchupancia, el pillaje, el agavillamiento y el “no me
importa lo que digas.” ¿Horroroso el cuadro, verdad?
Naturalmente, este
cuento increíble pasa por cerrar medios de televisión, radioemisoras y hacerle
la vida imposible a diarios, pensadores, opinadotes, políticos, partidos y a
todo cristiano que se oponga al dominio de una dictadura de nuevo tipo que ha
desgraciado el futuro de las generaciones que no tienen culpa de nada.
La Ley de Amnistía es
una necesidad histórica que busca vaciar las cárceles de la revolución; que
busca darle una esperanza a mas de 2 millones de exilados políticos, económicos
y culturales, cuando el gobierno parece desmoronarse sobre su propio desastre y
fracaso
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui -
Venezuela
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