La visita de Obama a
Cuba está dando mucho que hablar, no solo por la isla sino por Venezuela. El
periplo regional de Obama tocó los dos extremos del arcoíris político al incluir a Argentina. Bush había
hecho sus apuestas con el Brasil de Lula, a quien le confirió el título de
subimperio sureño. Pero Brasil está a punto de un colapso político que se está
llevando a Lula en su caída. El modelo de Lula se mostraba como algo a seguir
en una región donde Chávez reinaba y el carioca se postulaba como aquel que
podía manejarlo. Todo esto ha cambiado.
Maduro no es Chávez
ni la Venezuela chavista tiene el ingreso que le permitía ser invitada a todas
las fiestas y comportarse como le diera la gana. Ahora tiene que rogar sus
invitaciones.
Hay acuerdo en la
necesidad de la reapertura de relaciones, pero no en la urgencia de esta visita.
Ella contradice las palabras de Obama de que no iría a Cuba sino cuando
mejoraran los derechos humanos. Además la visita fue constreñida al máximo por
los Castro. Para Raúl que quiere dar una imagen de apertura y que necesita
desesperadamente los dólares- o euros- que la isla no es capaz de producir para
parir un capitalismo de estado a la vietnamita, ha sido pura ganancia.
Para muchos es un
símbolo de que EE.UU. reconoce que la Guerra Fría ha terminado y que ahora
quiere mirar diferente a la región, y desea que la región lo vea distinto. Lo
paradójico de esto es que, el muro de Berlín no ha caído para muchos gobiernos
que ven en su alianza con Rusia, China e Irán, entre otros, y varios
movimientos terroristas, una manera de enfrenar al “imperio norteamericano”.
Como epítome de ellos el régimen venezolano.
Obama quiso mostrar
el fin de una era. Maduro se empeñó en resaltar
su relación privilegiada con los Castro, con la Cuba de la Guerra Fría y
de las revoluciones marxistas.
Raúl le plantó una
medalla a su sigüi, Nicolás Maduro, como “prueba de amor”, en viaje que
precedió al de Obama, y negó que el tema Venezuela se hubiera tocado en sus
reuniones con Obama. Obama lo desmintió al decir “…tocamos el tema, toda la
región está interesada en ese país”. A Cuba le interesa que se mantenga el
status quo en Venezuela y amenaza con la desestabilización de la
región. EE.UU. entiende que “cuanto más
pronto el pueblo venezolano pueda determinar un gobierno en que tengan
confianza y sea legítimo, y puedan comenzar
a instituir políticas económicas que los saquen de la espiral en que están,
mejor será la situación para todos
“. Dos visiones que se enfrentaron en La
Habana. Por debajo las negociaciones donde la carta de Raúl es Venezuela.
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena
Caracas - Venezuela
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