Cierto,
no puedo encontrarlas, sobre todo cuando las personas se comprometen a hacer un
trabajo cualquiera, asistir a una reunión, hacer una llamada, etc. y no lo hacen.
Tampoco son capaces de decirlo, teniendo inclusive la oportunidad.
No
tengo las estadísticas, pero creo que es una inmensa cantidad las que se
manejan de esta manera. Quizás sea esta
una de las razones por las que aun seamos un país del tercer mundo. Y creo que
por muchos años más.
La
conducta desviada de algunos venezolanos en torno a esta manera de llevar la
vida nos ha colocado, a mi manera de ver, en una posición de desventaja con
respecto al resto del mundo. Es lamentable que un país con los recursos tan
grandes que tiene haya llegado a estar en donde hoy está.
La
brecha entre países desarrollados y los no desarrollados es abismal. No se
comprende el porqué de este comportamiento tan
estéril. Mientras el mundo entero penaliza las conductas humanas
indeseadas, en todas las áreas, en Venezuela es al revés.
Cuando
nos fijamos en este detalle, no queda más remedio que lamentarnos y
entristecernos por estos comportamientos que nos alejan de las soluciones que
tanto requiere la república. Y concluir que estas personas están decididas a
arrojarlo todo por un acantilado.
Es
tan fácil decir: no puedo, no lo haré, no voy, en lugar de decir lo contario y
no cumplir. No quiero entra en detalles vinculados a la mente humana, pero no
quiero dejar pasar esta oportunidad para asomarlo y hacerme estas simples
preguntas.
¿Qué
extraño pensamiento pasa por la cabeza de estas personas? ¿Qué esperan de la
vida?
¿A
dónde quieren o pretenden llegar?
Son
pregunta sin respuestas pero que nos permiten especular: Creo que no deben
esperar nada de la vida, ni tampoco llegarán a ninguna parte. Dicen que hay dos
maneras de llegar a un desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo
inevitable. Palabras de Francisco de Asís Cambó y Batlle.
Antonio
López Villegas
altatribuna@yahoo.com.mx
@lopezvillegas7
Caracas
- Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario