Cuando su santidad el
Papa Francisco anunció su visita a Cuba
para los días 19, 20, 21 y 22 de septiembre del año pasado, se generó en
el mundo una gigantesca expectativa, por la agenda a cumplir y las connotaciones que desde el punto de
vista de la iglesia y desde el punto de vista político, generaría la presencia
del máximo exponente de la iglesia católica, en un País donde desde hace más de
56 años impera un régimen, que su principal característica es el cercenamiento
de los derechos universales defendidos por esa institución, como son el derecho
a la vida, la libertad y la paz.
Los resultados de la
intensa y exitosa gira que incluyó varias ciudades y encuentros con algunos
sectores de la sociedad cubana, marcó
una nueva etapa en las relaciones de la
iglesia, con quienes hacía cinco décadas recién llegados al poder, se habían
declarado ateos y sembró una esperanza en un pueblo, ávido de fe y de concilio
espiritual, no tengo dudas que la
presencia del carismático líder religioso, aunque no abordó temas eminentemente
políticos y atinentes a la democracia, fue la llave que abrió el cerrojo para
nuevos episodios y nuevas realidades invadieran la Nación antillana, como el
recientemente vivido con la presencia del presidente Barack Obama, quien
después de 88 años rompió barreras y aterrizó en la isla, para reiniciar un
período de relaciones diplomáticas, rota hace más de medio siglo y dejar
sentada, con mucha altura y respeto, su posición y la posición del País mas
poderoso del mundo, sobre democracia, libertad, derechos humanos, paz,
pluralismo, antiterrorismo, libertades económicas, elecciones libres, auto
determinación de los pueblos y prácticamente todos los temas, propios del mundo
moderno y de los países que procuran desarrollo y crecimiento de sus ciudadanos
y reafirmando que no estaba allí para imponerles el modelo Norteamericano,
porque el futuro de cuba lo decidía el pueblo cubano, tal como ocurrió en su
Nación, donde un hombre como él, hijo de una pareja que no podía estar casada
porque lo impedían las Leyes de la época, gracias a la democracia, con todos
sus errores y fallas y sus avances y perfectibilidad, es hoy el Presidente de
la República.
En mi opinión la
actuación de Obama en Cuba, marcó un hito histórico sin precedentes en la
historia política de América Latina y le permitirá, al culminar su segundo y
último período presidencial en noviembre de este año, salir por la puerta
grande de la Presidencia de los Estados Unidos y entrar por la misma puerta a
la historia política mundial, porque la lección principista y de arrojo a
prueba de misiles dada, quedará para la posteridad y para ejemplo de las
generaciones por venir.
Pedro Segundo Blanco
petersecond1@hotmail.com
@pedrosegundoABP
Sucre - Venezuela
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