De inicio ha de puntualizarse, que cualquier Modelo
socio-económico que se pretenda instaurar
en aras de propiciar la riqueza nacional debe sustentarse en una
economía política (estudio y análisis del comportamiento real de la economía)
como requisito previo a la formulación de políticas económicas (empleo de
estrategias y herramientas relacionadas con materia fiscal, cambiaria,
monetaria, entre otras). A tenor de ello, en el trascurso de la historia
mundial se han instrumentado distintos modelos tales como el “Austriaco”, el “Keynesiano”, el
“Marxismo-Comunismo”, la “Economía social de mercado” (Alemania), la “Economía
socialista de mercado” (China Y Rusia), el “Capitalismo popular” (EEUU) y más
recientemente el de “Impresión de dinero inorgánico”. Venezuela, ha transitado desde el “Estado-Providencia”
(hasta finales del 70), al “Rentista-Consensual” (en declive desde los 80) y al
“Socialismo del Siglo XXI” (actualmente agonizante) con una marcada orientación
estatista-socialista (el Estado interviene directamente en el área económica)
que profundizó un capitalismo de Estado (los medios de producción en su poder)
hasta procurar (sin éxito) la instauración de un Modelo Socialista de
Producción sustentado en la emisión desequilibrada de dinero inorgánico para
estimular el crecimiento a la luz del consumo (Misiones) ( http://www.eluniversal.com/opinion/130315/empatia-y-misiones
) en prelación sobre la inversión; en complicidad con continuas devaluaciones
de carácter fiscal a efectos de apuntalar (por ahora) un gasto público superior
a USA 1,6 billones (dícese que más de un 20% se desvió hacia cuentas
personales) de corte populista-electoral como vía para intentar perpetuarse en
el poder.
La construcción constitucional en Venezuela de una
sociedad socialista (rechazada en el Referendo de 2007), es dogmáticamente
distinta a un gobierno socialista donde el aparato productivo nacional no
transita necesariamente hacia una propiedad social de los factores y medios de
producción, a la luz de una economía centralmente planificada y altamente
regulada que niega la asignación de recursos determinada por las fuerzas del
mercado y por la ley del beneficio. Vale señalar, que durante el lapso
1989-1992 ventidos (22) países revirtieron el enfoque socialista del Estado
evolucionando hacia democracias estables
(Polonia, Hungría y República Checa) y otros hacia democracias deficientes como
Ucrania y Rusia; hasta estructurar en 2015 un contexto mundial donde de los 193
países reconocidos por la ONU apenas 11 (5,7% del total) son considerados
socialistas-comunistas: Libia (África), Corea del Norte, China, Vietnam, Nepal,
Siria, Lao (Asia), Cuba, Venezuela, Bolivia (América) , Belarús (Europa) y de
Rusia ubicada en dos continentes: Europa y Asia; siendo que la Federación de Rusia (en similitud con el
caso venezolano) se está orientando hacia una autocracia con pretensión de
monarquía absoluta en función a la centralización del poder, el fortalecimiento
del Estado, un partido único al servicio del poder y a un combate permanente de
la oligarquía (que asumen como “gobierno de unos pocos” con sujetos y empresarios
que actúan en conjunto para la defensa de sus intereses).
En la obra: Camino de Servidumbre publicada ¡en1944! (F.
Hayek), se expone con suma claridad la incompatibilidad de la planificación
económica con la libertad individual destacando que los Gobiernos que toman el
camino de la planificación centralizada como utópica estrategia para alcanzar
la justicia social y la redistribución de la riqueza terminan ampliando el
tamaño del Estado hasta propiciar, en cómplice armonía con el estatismo, un totalitarismo
que destruye la libertad al tiempo de generar un ambiente de pobreza,
corrupción, inflación, escasez, desabastecimiento, desinversión, perdida de
infraestructura, sectarismo , amiguismo, desolación y rabia; en simultaneidad
con un enanismo del aparato productivo nacional al desatender el axioma según el cual el único motor para impulsar la
economía es el consumo inducido por un marco laboral eficiente en un escenario
de continuo progreso. Es de acotar, que durante la vigencia del denominado socialismo
del siglo XXI no se concibió un modo de
producción para desarrollar las fuerzas productivas, ante la ausencia de una
racional economía política (
http://www.eluniversal.com/opinion/130323/terca-economia), a pesar que en los albores de la agonía económica
en 2005 el Presidente de la Republica un 19/08/2005 anunció un
relanzamiento del “Plan Siembra Petróleo”; con repetido eco en 2013 al momento
de asumir unas medidas económicas (¿?) cuando, al igual que en este 2016, se
indicó que dichas medidas vendrían armonizadas con “políticas de estímulo a la
producción y a fortalecer las actividades productivas que tienen capacidad de
exportar”
http://unionradio.net/expertos-sugieren-tomar-medidas-en-materia-economica/),
y que en lo medular se fundamentaron en
A: Depreciación del bolívar, que se encontraba sobrevaluado en más de un
80% con respecto al USA dólar, B: Sostener un elevado gasto público de tipo
clientelar-electoral, C: Financiar el déficit fiscal y D: Sostener el ritmo
creciente de las importaciones que durante 2003-2012 crecieron en un 175% (
http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/02/debate-medidas-economicas-una-vision.html
). De igual modo en Enero 2013, el Gobierno expresó “tener la suficiente
capacidad para generar todas las divisas que se requieren para el
funcionamiento de la economía y una fortaleza de ingreso de monedas en
dólares” y el ¡¡08/02/2013 devaluaron!!
.
Nuevamente el 17/02/2016
anunciaron “medidas económicas” o mejor dicho de “emergencia”, ahora con
la intención de retardar el irreversible fallecimiento del proyecto socialista,
al no enfrentar las causas de la enfermedad ya que en esencia se redujeron a
mencionar un ajuste fiscal en pro de compensar la caída de los ingresos (unos
USA 35.000 millones) limitándose a un ajuste del 6.085% en el precio de la
gasolina y a una devaluación (¡otra vez!) del 58,7% al establecer un esquema
cambiario con dos tasas: la inferior de Bs10/$ y la superior “marginal
indefinida” con un piso de Bs 200/$ sujeta a la dinámica del mercado con
¡divisas que no existen!, y que tampoco vendrán habida cuenta de 14 años con un rígido y corruptor control de cambio a
la par de la presencia de una sensible incertidumbre en razón de la ausencia de
un clima de seguridad jurídica y personal.
En fin, las “medidas de emergencia” se enfocaron en el
anuncio (¡otra vez!) de repotenciar los desgastados motores que en 16 años no
han funcionado y ahora los dividen en 14 (¡!) para “convertirlos en el centro
del esfuerzo económico y político del gobierno y del país” (¿?); soslayando,
con su cinismo de oficio, que según el Índice de Calidad Institucional 2015 (Fundación Libertad y
Progreso/Argentina) referido a los países socialistas de América, Venezuela fue
el de peor desempeño “superando” a Cuba, Haití, Ecuador, Bolivia y Argentina;
al tiempo de ocupar a nivel mundial el ¡
puesto 184 entre 193 países!.
Jesús Alexis
González
@jesusalexis2020
Coordinador General ,
Observatorio 2012
Miranda - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario