Como siempre, repite
el editor Poleo "Muchas cosas son dichas pero hay que repetirlas"...,
es verdad, y esto acontece en turismo. Ya escribí sobre lo quijotesco de
plantear dicha actividad en un momento donde el gran debate está centrado en la
comida de la población, las medicinas y los insumos básicos para activar una
destartalada industria nacional fundamentada en un valor agrado importado y con
gobierno quebrado. ¡No hay dólares y nadie sabe dónde están los reales de la
fortuna que ingresó al país los últimos años!... Bueno..., la gente tiene una
idea de su paradero... pero este hecho no llena las huchas. Las nóminas de los
empleados públicos están vacías... ¡los maestros y profesores no han cobrado
las quincenas!..., y la crisis nacional está en comida, medicinas y seguridad.
¿Cómo hacer turismo con el pueblo hambriento?
¿Pero de algo habrá
que vivir..., habrá que producir con lo que Dios entregó y aún queda en la
nación? El turismo, industria sin chimeneas, puede ser una salida pero requiere
una gran intervención del gobierno para garantizar su arranque y sustentabilidad.
Los entes del gobierno han sensibilizado y capacitado a gran cantidad de gente,
en zonas con altas potencialidades: los andes, las costas... etc. ¡Claro!... me
responderán: ¿y los trenes del terror?... Son avernos que destruyen toda
posibilidad. Es allí donde sólo a partir de la cooperación de la triada:
vecinos organizados, instituciones turísticas y prestadores de servicios,
lograrán el cometido.
Se requiere un
"gran acuerdo para la acción cooperante en turismo".
Declarar"áreas de turismo controladas" es la salida, con éste o que
el gobierno que venga, pues el problema de seguridad no se resuelve de hoy para
mañana, pero el pueblo tiene que comer, vestirse e ir a trabajar todos los
días. Con el trabajo nace el ocio y la gente sale a ver en qué invierte su
tiempo de ocio. Se trata de potenciar un turismo nacional, para los
venezolanos, con ahorros en cero y consumo restringido por la inflación. La
gente con alta capacidad de ingreso es muy poca... los hay, pero esos salen a
pasear al exterior... no les importa las pequeñeces de la mega devaluación y
los bochinches criollos... El imperio los espera y desde allí mandan tweetes y
se sientes exiliados... que garrulos y pequeñitos... La candela está aquí
adentro y es en Venezuela donde hay que actuar.
Hay miles de
proyectos reposando en el Ministerio de
Turismo que esperan respuesta para su inicio, pero sin el control y la acción
conjunta no resultará nada bueno... será más dinero mal invertido. Luego, el
drama de lo comunitario. Nadie trabaja si no tiene un beneficio particular.
Allí el gobierno ha mostrado su incompetencia total, cuando no ha podido lidiar
con los beneficios colectivos e individuales al mismo tiempo, cosa resulta en
los desarrollados. Hay bienes colectivos: el faro, la naturaleza, etc. Las empresas
socialistas turísticas nunca han arrancado. La idea de un turismo socialista
les impidió la acción. La gente se calla, dicen que sí están dispuestos y
esperan el crédito que nunca llega a ver si pueden arrancar su proyecto... Todo
muere en esta etapa primaria. El resultado: el aborto del proyecto turístico.
Las áreas controladas
son la solución. Espacios decretados, con horarios particulares, con destinos
turísticos marcados y acordonados por seguridades especiales: militares,
policías, con mercancías a precios accesibles para le venta "made in
nosotros" y con la real posibilidad que el excursionistas (un día), o el
turista (varios días) la pase bien, aprenda y regrese vivo y sin ser
atracado... En los momentos de mayor crisis es cuando emergen las grandes
soluciones... Sólo donde los pueblos que han aprendido la lección pasan el
examen nace la democracia y el desarrollo. Así como en la Asamblea Nacional
muchos de burocrátas están quedando raspados... ¡Qué broma!, ¿No?...
Josefina Mas
@josefinamas211
josefinamas986@gmail.com
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