El enfermo (nuestro país) no puede estar todavía en sala de espera para
consulta, o bajo tratamiento con analgésicos. Debe entrar ya al quirófano
para operación de emergencia. El barco
no soporta más al capitán que lo conduce al naufragio, ni arreglos
superficiales que prolonguen el hundimiento; reclama un relevo de conductor y
de rumbo. Hay problemas que permiten esperas, pero se dan otros, como el
presente venezolano, en los cuales la demora simplemente agrava.
No es del caso entrar aquí en un detallado inventario de
los males, que por su cantidad y seriedad constituyen un conjunto desastroso.
Pero no podría menos de recordar algunos factores, agrupándolos por ámbitos.
Comencemos por el socioeconómico: desabastecimiento e inflación, que obligan a
colas degradantes y pauperización galopante; crisis de la salud, generadora de
angustia, penalidades y muertes; destrucción del aparato productivo privado y
desmantelamiento de las empresas del Estado; incalculable endeudamiento y
oscura alienación depredadora de recursos naturales, puenteshacia una
vergonzosa neocolonización.
En ámbito político: línea totalitaria del régimen, que
lleva a la negación del pluralismo democrático y la criminalización de toda
disidencia; abierta y reiterada violación de los Derechos Humanos; desencadenamiento
de la delincuencia, que junto a la amenazas y represión oficiales conducen a
una sociedad insegura y amedrentada; desconocimiento exhibicionista de la
división de poderes y de la soberanía popular (por ej. ante el 6D); voluntad de
convertir la Fuerza Armada en soporte cómplice y brazo punitivo del régimen.
En el campo ético-cultural: imposición de un pensamiento
único; hegemonía comunicacional y manejo de la educación como vehículo de
adoctrinamiento sectario; difusión de
una anticultura de muerte alimentando odio, violencia y exclusión; culto de la
personalidad y endiosamiento de un caudillo difunto; entronización de la
mentira como política de estado; escandalosa corrupción administrativa, tanto
admitida como propiciada.
¿Visión pesimista de la situación? No. Realista, sí,
pero, en todo caso, esperanzada. Porque lo negativo no agota, felizmente, todo
el ser-quehacer nacional.Nuestra Venezuela registra hoy, en efecto, una
mayoritaria voluntad de cambio, también en sectores afectos al régimen. El soberano
se ha dado una Asamblea Nacionalpara abrir nuevos caminos. Hay grandes reservas
humanas que, liberadas y estimuladas, pueden reconstruir y llevar ulteriormente
al país a un progreso consistente de-y-para todos los venezolanos.
Venezuela tiene futuro positivo, pero con un cambio de
gobierno.Este cambio constituye un imperativo moral para gobernantes y
gobernados. El deterioro general del país es manifiesto y se profundizará de
manera insoportable, si continúan el mismo Presidente, el mismo equipo de gobierno,
la misma línea dominante ideológico-partidista.
Empecinarse en seguir gobernando así es poner al pueblo
venezolano contra la pared. Exponiéndolo a una explosión social indeseable, a
una ingobernabilidad suicida, a
enfrentamientos fratricidas de consecuencias imponderables.
El soberano señaló el 6D un rumbo obligante, distinto del
SSXXI inviable y destructor. La Asamblea Nacional debe propiciar, como
protagonista principal, un nuevo gobierno, de encuentro-acuerdo-transición
nacional, que abra el paso a una solución de largo aliento y
constitucionalmente fundada de la gravísima crisis nacional.
El cambio de gobierno es un imperativo moral.No
pretendamos, sin embargo, un nuevo gobierno perfecto, ideal. Pero tenemos que
exigirlo, sí,suficientemente democrático, sensato, honesto, capaz eficiente.Contribuyendo todos para ello.
También con sincera oración a Dios.
Mons Ovidio Pérez
Morales
coroconcert@hotmail.com
@OvidioPerezM
Obispo Emérito de Los
Teques
Miranda - Venezuela
Monseñor Dr. Ovidio, quiera Dios escuchar su petición, a fin de que mejor nos oriente en al responsabilidad de cuando tenemos que hacer, pero bien ayuda que nos seque el mar rojo!
ResponderEliminarPero anhelo, perdone usted que lo escuche Satán y persuada a sus cómplices de que se vayan con hidalguía como cuando lo venció Florentino.
Aparecerá un poeta que emule a Arvelo Torrealba y un maestro que emula a Antonio Estevez y tengamos una cantata nueva que le hanle a la libertad de Venezuela