“En el socialismo y sus modelos similares, la
ignorancia y el vicio viajan tan lento que pronto serán alcanzados por la
pobreza y la desesperación”.
La desesperada acción de este gobierno revolucionario
ante la debacle en la cual ya navegamos, se hace evidente con el exagerado
cobro de impuestos que se está gestando en estos momentos, y el cual supone ya
meterle las manos en el bolsillo a los pocos empresarios y trabajadores
honrados que sostienen la pesada carga de burócratas corrompidos que devoran
todo el presupuesto nacional.
Venezuela está llena hoy de una gigantesca y
depredadora burocracia que es la base esencial del modelo socialista del siglo
21. El enemigo de la producción es esa
burocracia, sin la cual es imposible que sobreviva. Improductiva y en gran
parte ineficaz, ha creado estancamiento, escasez y frustración. Esta forma de relación social
destruyó a la unión soviética, a la china comunista y a Cuba.
Sin embargo, miles de empleados públicos de las
empresas del estado, de los ministerios e instituciones a nivel nacional,
estatal y municipal, las milicias, comuneros, institutos educativos,
asalariados de las radios comunitarias y de diarios y pasquines, siguen
asoleándose en las colas ante la escasez y el alto costo de la vida además de
sobrevivir a la feroz delincuencia de las zonas populares donde habitan.
Burocracia y Militarismo son equivalentes,
aberraciones que desvían los excedentes de donde provienen los recursos para
las inversiones productivas. Cuando todo el aparato productivo y comercial
estaba funcionando los productos se podían obtener en cualquier supermercado,
abasto y hasta las bodegas. Las medicinas en pequeñas farmacias y los repuestos
en cualquier esquina. Había para todos.
Ahora la burocracia del gobierno trabaja hasta la 1
pm. Mientras el resto del país debe dedicar más horas para compensar la
inflación, aparte del tiempo que ya consume en las colas, jamás se había observado
tanta humillación y abuso. La proliferación de la economía de subsistencia se
observa por doquier y la violenta anarquía rodea ese deprimente ambiente
callejero que es el Bachaqueo.
Es el momento de obligar al régimen a dimitir en pleno
con todo su tren ministerial y su alto mando militar ante la ya insostenible
situación. Una junta cívico-militar debe emerger para rescatar la democracia y
la dignidad como nación. Su principal
deber será el de proteger al venezolano honrado y de trabajo. Ya colapsamos, no
hay retorno ni forma de recuperarnos sino es deponiendo al gobierno e
instalando esa junta por encima inclusive de la lamentablemente debilitada
asamblea nacional.
"Adhuc Stantes"
Cesar guillen Citterio/
cesarguillencittrerio@gmail.com
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