El país, que necedad
decir lo que todos saben pero es indispensable volver sobre ellos para
entrelazar las ideas, sí, quería decir que el país vive una situación de caos
absoluto y peor aún con una tendencia irreversible y de hacerse más grave con
el transcurrir de los días.
Y el pueblo
venezolano como la sociedad organizada está consciente de ello y no privará
ningún mecanismo de obstáculos como los del Tribunal Supremo de Justicia y su
sala constitucional, la Contraloría, la Fiscalía, ni los jefes militares que
también toman del tetero que alimenta los bolsillos de los corruptos
“revolucionarios”.
Ni el control
hegemónico de los medios de comunicación ejercido por intereses crematísticos
de algunos zánganos que le deben lo que tienen a esta generosa tierra y otros
funcionarios que no pueden ver un dólar porque pierden la chaveta.
El antídoto para
combatir efectivamente todo el ventajismo grotesco del gobierno de Nicolás
Maduro y sus adláteres, se lo comentaba la semana pasada al columnista Pablo
Aure, está en realizar el trabajo de calle, en la protesta puntual, en la
visita casa por casa, en el contacto con nuestros compatriotas pero no con
cualquier compatriota, sino con absoluta preferencia por el más necesitado, el
que nada tiene, los que viven en las zonas populares y son víctimas de todas
las marramuncias y corrupción que se llevan a cabo desde las casas de Gobierno,
y de nuestra parte insisto, con un mensaje
sincero y factible para sacarlos del hueco donde lo sumergieron los
idólatras del dinero fácil.
No creo, mejor dicho,
estoy seguro, de que la ausencia en las marchas convocadas por los sectores
democráticos en las últimas semanas no se trata de la indiferencia de los
venezolanos o que hayan perdido la fe y la esperanza en la salida definitiva de
Maduro y del sistema de Gobierno que ha arrasado con todo, no, es que
sencillamente los tiempos políticos de hoy son distintos a los de antes del 6
de diciembre del año pasado.
En otras palabras hay
un pueblo ansioso, un pueblo asqueado, obstinado pero que no está dispuesto a
participar en actos que no representen objetivamente un avance para la salida
de la crisis.
La mejor demostración
de que el número de venezolanos que quieren un cambio de gobierno para este
mismo año se incrementa con el tiempo y el rechazo es mayor. Bastante más que
en las votaciones parlamentarias pasada donde la oposición barrió al
oficialismo en 19 o 20 Estados del país, hasta en el icono del chavismo la parroquia 23 de Enero donde abiertamente
fueron derrotados. Entre otros elementos, el más científico y convincente de lo
que acabamos de plantear está en las últimas encuestas de opinión pública realizadas
en las primeras semanas de este mismo mes de marzo, me refiero a las
encuestadoras: Datanálisis, Ivad y Alfredo Keller y Asociados.
Las tres empresas
coinciden, se aproximan bastante, en que 82% de los venezolanos quieren un
cambio definitivo, tan solo 13% respondió negativamente y 5% se abstuvo de
responder.
Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo - Venezuela
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