“Siempre es grande, siempre es noble conspirar contra la tiranía, contra la usurpación y contra una guerra desoladora e inicua” Simón Bolívar

La relación conexa del extinto comandante galáctico con
las fuerzas sobre naturales era “vox populi”, pese al hermético silencio que
sobre el tema guardaban las personas de su entorno, los agentes de los anillos
de seguridad y sus allegados, sin
embargo, trascendía que constantemente viajaba a Cuba para hacerse sortilegios
y demás elementos afines, que algunos los califican como ensalmes, conjuros o
hechizos. Desde entonces, en los corrillos políticos se comenzó a manifestar
que en el país lo que teníamos era una pelea espiritual, es decir, estaba
planteado “una lucha del bien contra el mal”. No había duda que Sai Baba hacía presencia en la mentada revolución
socialista del siglo XXI.
Artistas, políticos y funcionarios de diversos países han
revelado e incluso difundido abiertamente su “devoción por el denominado Sai
Baba, aun cuando existen denuncias de sus ex fanáticos que han revelado algunos
aspectos desconocidos y oscuros de su vida. En el caso de nuestro país, la
presencia del mítico ciudadano nacido en la India llegó en la sede del poder
ejecutivo, el Palacio de Miraflores, es evidente y trascendía que no solo el extinto
comandante galáctico solía frecuentar su altar, sino también algunos de sus más
cercanos colaboradores, entre otros Nicolás Maduro, quien en cierta ocasión
viajó en compañía de Cilia Flores con quien no había contraído nupcias todavía,
a la región de Bangalore, dónde se encuentra el denominado Prasanthi Nilayam
(La Morada de la Paz Suprema), algo así como una especie de centro de
adoración.
Y la sede de la Asamblea Nacional no escapó de la
presencia de ciertos elementos alusivos a Sai Baba, los cuales su presidente
Henry Ramos Allup ordenó limpiar de “fetiches necrolátricos y objetos de
bujería”, como lo refirió en su cuenta personal de twitter en la cual comentó
que “se limpió las instalaciones del Parlamento y lo seguirán haciendo en todo
el país, pues solamente se mantendrán los símbolos patrios”. Rumores en el
ámbito de la sede del Poder Legislativo, el Capitolio, refieren que “el
ambiente dejó de ser pesado tras haber sido limpiado espiritualmente”.
Pero ni el llamado “Maestro Divino”, considerado una
encarnación de Dios, venerado desde que tenía 14 años, y quien se sentía enviado para restablecer la rectitud eterna en procura de la paz, ha
logrado que Maduro su fiel devoto supere la crisis económica y social, evite el
desempleo, elimine la inseguridad, acabe con la corrupción, procure el
abastecimiento de alimentos y medicinas, mejore los servicios públicos, luche
frontalmente contra el narcotráfico, deje de lado las constantes amenazas al
sector productivo del país y al empresariado, y no acuse obstinadamente a la
que califica burguesía parasitaria y al imperialismo de Estados Unidos, de
conspirar, y últimamente de atentar contra su vida. No hay duda alguna de que
el régimen chavista socialista dizque bolivariano, tiene como creencia
religiosa principal la santería, y ello quedó demostrado cuando se profanó la
tumba del único Libertador que ha parido la Patria, pese a la persistente y
necia intención de procurar ubicar al hijo de Sabaneta, en tan privilegiado
pedestal de la historia venezolana.
No ha podido Maduro pese a la doctrina de Sai Baba,
practicar los principios de la verdad, rectitud, paz y amor, pues al parecer no
persigue este propósito- tal como lo ha demostrado desde que asumió el poder -
aun cuando en su diaria meditación y rezo del rosario de 108 cuentas y la utilización de la sílaba sagrada OM, que
en la literatura Sai, es para servir a los necesitados, divague su mente más
allá de sus diabólicos propósitos para mantenerse en el poder, en uno de los
momentos más críticos que registra la historia del país, desde la fundación de
la república.
Quizás por esta razón, su denodado empeño en desconocer
la legitimidad del poder legislativo, al que por intermedio de sus oficiantes
en el seno de la Asamblea Nacional y en el Tribunal Supremo de Injusticia,
sabotea cuanta ley y moción sea aprobada con la mayoría de los votos del cuerpo
legislador. Su juventud militante de la Liga Socialista, formado en Cuba y célula preponderante de la izquierda a
fines de los años ochenta, con toda probabilidad le hace suponer que su
delirante adoración a la revolución cubana y a los dueños de la patria de
Martí, se debe imponer en nuestro país a troche y moche, y por ello ha llegado
al extremo de permitir ondee en las instalaciones militares la bandera cubana y
hasta retratos del octogenario y sanguinario Fidel Castro, amén de la presencia
de altos oficiales de la isla en el Ministerio de la Defensa, e instituciones
militares y agentes del G-2 en despachos de la administración pública., como
Notarías, Saime y otros.
Maduro tilda de injerencia en los asuntos internos de
Venezuela, a quien opine sobre la deplorable situación que vive el país, y
llega a calificar este hecho como violación de su soberanía. Pero y cómo se
pude calificar la presencia de miles de cubanos y la rendición de sus cuentas a
los hermanos Castro, para cuyos fines viaja periódicamente a la isla y sin
ningún recato y recelo manifiesta abiertamente, que acude para consultar la
opinión del ahora hombre fuerte, Raúl,
después de la claudicación política del hermano mayor, que en reciente
aparición por televisión anticipo su partida de este mundo terrenal.
Como bien afirma Rubén Machaen en un artículo publicado
en la revista Exceso, “entre el catecismo de Marx y las enseñanzas de Sai Baba,
el heredero de la revolución surfea en una mar de creencias contrapuestas. Por
un lado venera al líder religioso de Puttparthi -señalado de pederasta y
multimillonario a costa de la fe de los demás- y por otro se declara católico
antiimperialista y amigo de Fidel Castro”. Una recurrente contradicción a la
que ya el pueblo venezolano se ha acostumbrado, y que lo tiene sofocado e
inmerso en una laguna mental que le hace incurrir en tremendos dislates, en sus
casi diarias apariciones televisivas, en las que siempre sale mal parado y
expuesto a la grosera sátira.
Maduro seguirá empeñado en desconocer todo cuanto a su
juicio estime lo perjudique políticamente. De allí su desacato el ordenamiento
legal y constitucional, que le obliga a
cumplir al pie de la letra lo que en ella se estipula, entre otros, de
acuerdo a los artículos 41 y 227, determinar si nació en Venezuela, caso
contrario estaría usurpando el cargo de Presidente de la República, lo cual
obligaría a ser destituido en un plazo muy perentorio. Su pertinaz silencio se
ha prestado a las más diversas conjeturas en todos los sectores de la vida
nacional, sin exceptuar el estamento militar en cuyo cuerpo los hombres de
uniforme en situación de retiro, solicitan su destitución, tal como lo
manifiestan en documento público por intermedio del Dr. Enrique Aristeguieta
Gramcko, fechado en días recientes y publicado en los medios de comunicación
nacionales e internacionales.
El reloj de la patria ha comenzado hacer tic…tac..tic..tac… y los venezolanos ansiamos que el sacrificio al que hemos sido sometidos durante casi 18 años, culmine pronto para evitar seguir padeciendo las calamidades , estropicios y abusos de poder de un régimen al que nada le importa, haber generado la más profunda crisis económica, política y social que se pueda imaginar en toda la historia, la cual ha obligado a más de un millón quinientos mil venezolanos a abandonar la patria en procura de nuevos horizontes, y mermar la calidad de vida de millones de hogares carentes de alimentos y medicinas. Es hora ya de que se acabe esta horrible pesadilla, y como buenos cristianos elevamos nuestra oración: “Te lo pedimos señor”
Carlos E. Aguilera A.
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
*Miembro fundador del
Colegio Nacional de Periodistas (CNP.122)
Aragua - Venezuela
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