viernes, 22 de abril de 2016

MANUEL CORAO, EL HAMBRE, POLÍTICA DE ESTADO EN VENEZUELA

Cuando Fidel y Raúl Castro convencieron  a Hugo Chávez , camino  hacia el  irremediable destino final del barinés, apoyar a Nicolás Maduro Moros para reemplazarlo en la presidencia de Venezuela, el larguirucho combatiente ya había jurado lealtad a la revolución cubana hace tiempo.

Raúl Castro avizoró  en Chávez  una molestia no prevista, hasta el punto de coincidir con su hermano Fidel en purgar parte  de la dirigencia que conformaba el Acuerdo Integral de Cooperación Cuba-Venezuela firmado el 30 de octubre del 2000.

Una vez el menor de los Castro en el poder, uno a uno   los  dirigentes cubanos simpatizantes  con Chávez fueron desapareciendo de la escena pública.

El vice-presidente actual   de Venezuela, Aristóbulo Isturiz,  comentó con despecho temer haya sido provocada la muerte de Chávez Frias.

Tales antecedentes son de importancia para analizar la actual  carencia en la nación bolivariana.

Las principales causas  de la hambruna reinante en la  gente son las regulaciones sin ajustes de precios por tres años existentes para insumos humanos, realidad de cuantía en el mercado considerando los índices de ganancia de manera no concertada, la ausencia  de otorgamiento de divisas para la adquisición de materia prima y repuestos en el exterior para los productores que los requieran, por igual la baja en los ingresos petroleros  y  el  adoctrinamiento de la economía productiva.

La autoridad socialista invirtió ocho mil millones de dólares en el 2015 para introducir
pertrechos que solo llegaron al 20% de la población. Cuantiosas comisiones se quedaron en el camino, lo cual incidió en las toneladas arribadas a los puertos locales como la calidad del producto importado. Funcionarios responsables de tales hechos hoy se pasean libremente sin recibir castigo por las fechorías cometidas.

Maduro insiste en monopolizar la transacción alimenticia bajo la falsa premisa que es de la exclusiva responsabilidad de su gestión.

De esta manera se pone  de espaldas al pueblo, lo cual demuestra ser su verdadera intención ; implantar el hambre como sistema de vida. Ello le permitirá exigir incondicionalidades  a la población de querer estos acezar a las despensas y medicinas que son solo distribuidas por el mandatario. Quien no milite en el PSUV  no podrá llenar las plazas de trabajo  , como tampoco recibir educación formal. Aquellos  que no se ajusten a tales requerimientos tendrán que rebuscarse en las calles o mendigar en el vecindario, y penderá siempre sobre su cabeza la posibilidad de ser acusados de delitos inexistentes que lo lleven a las mazmorras por el tiempo que a los Maduro colombianos o cubanos les venga en gana.

La demanda de víveres y subestructuras requiere de 10 a 15 mil millones de dólares al año.  Los hombres de la agroindustria proponen al gobierno otorgar entre mil y dos mil millones de dólares vía Banco Central de Venezuela en divisas extranjeras  de un total de  tres mil quinientas millones para garantizar pertrechos básicos  para el 75% de la población en el último semestre del 2016. Para cumplir con la meta total, tramitarían financiamiento externo bajo responsabilidad individual.

Para ello lograr se requiere despenalizar la adquisición de monedas extranjeras en el mercado no oficial. De igual manera proponen comerciantes e industriales,  otorgar  el ejecutivo un bono anti inflacionario a los 15 segmentos mas desprotegidos socialmente equivalente a 30 mil bolívares mensuales por persona, por tres meses máximos.

El  analista y ex presidente de la Cámara Venezolana de Alimentos,-CAVIDEA- Tomas Socías López expresa: “ La escasez en Venezuela obedece al proceso de imposición de ideología que ha prevalecido en el ultimo año, cuando  no se toma en cuenta costos, precios y aumento en las materias primas. El gobierno insiste en suministrar todo y tomar decisiones sin escuchar el área productiva privada. La actual ausencia de divisas es un incentivo para la escasez”, puntualiza.

PDVSA lejos de dirigir cuantiosos cargamentos de crudo   a territorios  insolventes, bien podría obtener seguros réditos colocando los embarques en el mercado internacional. No buscar soluciones en común acuerdo con las esferas que garantizan la creación de fuentes permanentes de trabajo para el suministro de nutrientes , medicinas y servicios; es ratificar la intención hambreadora del régimen. La vocación democrática  se pone una vez mas a prueba. De este reto como en las elecciones de diciembre, los venezolanos adversarán satisfactoriamente intentar someterlos contra su voluntad.

Manuel Corao
manuelcorao@yahoo.com
@manuelcorao
Director de VeneNoticias
Estados Unidos

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