jueves, 26 de enero de 2017

EUGENIO MONTORO, DIOS SE FUE DE VACACIONES

UN PROBLEMA PARA LOS VENEZOLANOS

         Una película de Woody Allen, cuyo nombre no quiero acordarme, tiene una escena donde aparece Allen haciendo cola para entrar al cine. Un tipo de la fila, justo detrás de él, habla alto y lo fastidia y luego discuten sobre cuál es el verdadero mensaje que quiere dar el director de la película. De pronto Woody se dirige al trípode donde estaba el cartel que anuncia el film y de allí saca a su director. Lo trae al lado de su molesto contrincante y el director le da la razón a Allen y regaña al otro por ignorante. “Si la vida fuera como esto (de fácil)”  dice Allen viendo a la pantalla y cerrando la escena.

         Por supuesto se trata de “Annie Hall” un clásico del cine por el que Allen ganó un Oscar al mejor director y Diane Keaton a la mejor actriz.

         De la misma forma, imaginemos ahora a un ciudadano que todos los días escucha a Maduro en cadena Nacional hablando, por ejemplo, del simulacro militar que se hizo, alabando la excelente organización, lo bien que resultaron los cañonazos y el impresionante poderío militar del País. Casi al mismo tiempo por los pocos medios libres y las redes sociales, se muestran fotos de gordos barrigones y viejitos disfrazados de militares haciendo burla al cómico y desastroso ejercicio y criticando el dinero que se gastó en esa tontería cuando hay miles de personas pasando hambre y enfermos sin medicinas. Pues bien ¿Quién tiene la razón? Dios, que sería un buen árbitro para este tipo de cosas, está de vacaciones y, además, no se mete en asuntos de libre albedrío.

         Multipliquemos ese ejemplo por miles y tendremos una buena idea del enorme follón informativo en el que estamos metidos. Todos los temas tienen opiniones contrarias y mucho.

La sabia Constitución incluyó una forma de resolver estas discrepancias y la llamó referéndum. Con ese mecanismo todos los ciudadanos opinan y bajo la premisa de que el pueblo es “la voz de Dios” y el que manda, se terminaba la discusión. Pero sorpresa, si alguien tramposamente controla una institución esa consulta popular puede alterarse, diferirse o eliminarse según convenga. Y exactamente así pasa en Venezuela. El pueblo tiene un deseo de cambio, pero el gobierno no quiere “entregar el coroto” y entonces enreda todo y no permite preguntarle al “soberano”.

         Entonces, Dios está de vacaciones, el pueblo tiene un trapo en la boca y ni siquiera hay un director detrás del trípode. ¿Qué hacemos?

         Muchos Países han recurrido a la guerra civil donde la vaina trata de resolver el asunto a plomo limpio. En otros los ciudadanos han protestado de una manera tan contundente que los gobernantes han tenido que retirarse. Kennedy que decía que los inteligentes son los que saben contratar a otros más inteligentes que él. Eso también es una opción y buscar ayuda internacional más allá del verbo, no debe descartarse.

         Pero, en cualquier caso, solo los ciudadanos podemos limpiar a Venezuela de esta boñiga roja. El 23 de enero luce bien.

Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
Zulia - Venezuela

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