jueves, 26 de enero de 2017

LORENZO GARCÍA TAMAYO, ¿ERES UN PERRO, O UN AUTOMÓVIL?

NI LO UNO NI LO OTRO SINO TODO LO CONTRARIO

Una vez  un hombre de negocios importante me pregunto,  ¿eres un perro,  o un automóvil?

Como la respuesta era tan evidente, mi curiosidad de inmediato se inclinó más por encontrar las razones del porque alguien con status social por encima de la media tuviera razones para obrar de tal manera. 

Ambos sabíamos, que los dos no éramos objeto ni animal.

¿Sarcasmo; ironía; resentimiento; las tres al mismo tiempo?

En el mundo de la subjetividad todo es posible. Sobre todo por aquello de que cada cabeza es un mundo.

Evidentemente, él estaba resollando por la herida. Es decir, quejándose figurativamente, allá en lo más recóndito de la suya subjetividad, por algo que según su leal saber y entender, había sido un acto de injusticia. Vaya usted a saber.

No cabía otra explicación.

Y entonces,  como un rayo de luz,  vino a mi mente aquel adagio o frase memorable de Mahatma Gandhi,  que suelo utilizar como encabezado en algunos artículos de opinión, sobre la generalidad de la gente ignorante que se ofende y quiere castigarte porque dices la verdad.

El sol no suele taparse con un dedo y los caminos de la vida terminan siempre cuando esta se extingue. Lo que no se borra,  son los actos que cada quien labra para bien o para mal en el camino andado.  Y por muy grande que pueda ser el número inventario de las acciones buenas, un solo acto de vileza, pueda dañar y  opacar para siempre,  la hoja de vida de cualquier mortal.

Nadie es perfecto. Ni siquiera yo. Y parodiando al poeta escribo, “yo voy hacia mi propio nivel, y estoy tranquilo, cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño”.

Buenas noches.


Nota bene: Háganse el cargo, de que es un cuento breve.

Lorenzo Garcia Tamayo
lorenzogarciatamayo@hotmail.com
lorenzogarciatamayo@gmail.com
@lorenzogarciata
Nueva Esparta - Venezuela

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