DE
LA FORMA MENOS CONFLICTIVA
Soy
cristiano católico, quizás no de los mejores, pero me incluyo en los creyentes,
o en quienes queremos creer. En ese sentido creo, o quiero creer, en milagros.
Un milagro en el cual quisiera creer es el de la rectificación de Maduro para
que él se convierta en un presidente normal y respetuoso de la Constitución
Nacional, de la autodeterminación, la independencia y la libertad de la nación con respecto a cualquier otro
país o persona; de los derechos de los ciudadanos venezolanos, de la independencia
de los poderes públicos, de las libertades ciudadanas, como de pensamiento y de
expresión; de la libertad de actividad económica y de propiedad, de la
autonomía del Banco Central de Venezuela; en fin para que deje de ser el
gobernante que quiere ser dictador, y se convierta en el presidente que debe
servir al pueblo de Venezuela con responsabilidad y eficiencia.
Que se
convierta en el presidente que empieza por respetar la autonomía y atribuciones
de la Asamblea Nacional, la libertad de los presos políticos y la necesidad
urgente de recuperar las condiciones de vida del pueblo de Venezuela.
Se
considera que todos los venezolanos sensatos y respetuosos de la verdad,
independientemente de otras apreciaciones de la realidad venezolana, comparten
esta evaluación de la gestión de Maduro.
Se trae esto a colación en momentos en
los cuales se disputa el destino del país, entre el escenario actual impuesto
por el chavecismo en forma ilegítima, y el escenario de la recuperación de la
democracia, la libertad y la justicia para el pueblo venezolano.
Se trae esto a
colación porque entre las opciones de salida de la disputa se mencionan las
elecciones de gobernadores y alcaldes , y se agrega que una elección
presidencial anticipada no es posible porque no está prevista en la
constitución.
Se ve muy claramente que esta opción solo es admisible en el caso
que ocurra el milagro ya citado, porque gobernadores y alcaldes elegidos en
2017 no podrían servir a la colectividad si se mantiene el mismo modelo de
gobierno nacional, es decir, si Maduro sigue siendo el gobernante que quiere
ser dictador.
Solo para negarle relevancia al chavecismo que alega que la
Constitución no permite una elección presidencial anticipada, se le puede
“remachar” que luego de haber violado tantas veces y tan descaradamente la
Constitución, con lo cual han demostrado que no la respetan, no merecen que se
les escuche en su falso papel de defensores.
Sin embargo, sin que haya
experticia en la materia, parece que la Constitución si permite, en una situación
como la actual de Venezuela, sustituir anticipadamente a un presidente como
Maduro en una forma diferente a la establecida en el artículo 233, y señala la
posibilidad de la Asamblea Constituyente presentada en el artículo 347, y
también que el pueblo de Venezuela debe desconocer cualquier régimen o
autoridad que contraríe los principios democráticos o menoscabe los derechos
humanos, como se indica en el artículo 350, el cual concuerda con el artículo
333. En todo caso, debe ser claro que el pueblo de Venezuela no puede, ni debe,
soportar más tiempo una gestión gubernamental que le desconoce y niega sus
derechos fundamentales, y le destruye sus posibilidades de una vida digna,
tratando siempre de mentir y engañar mostrando el librito azul, o rojo según el
momento.
Se concluye rogando por el milagro, el cual si haría posible la
conclusión del período de Maduro en 2019, o rogando por otro milagro que
posibilite el proceso que concluya, tan pronto como sea posible, y de la forma
menos conflictiva, la gestión madurista y la recuperación de Venezuela. Es
bueno recordar siempre al 19 de abril y al 23 de enero.
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
@djatemv
Falcon - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario